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ANÁLISIS A FONDO

21 Octubre 2013

-La Cumbre Iberoamericana: el fracaso

Francisco Gómez Maza

+ Cada uno con su cadaunada

+ Veracruz, ¿la tumba del foro?

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anfitrión de la próxima Cumbre Iberoamericana de Veracruz en 2014, o de sus despojos, tendrá que desplegar todos sus esfuerzos de negociador entre pares para intentar rehacer el tejido iberoamericano, después del fracaso rotundo de la Cumbre Iberoamericana de Panamá, que transcurrió sin pena ni gloria y concluyó como empezó, sin rumbo ni destino.

Si alguien hizo el análisis más exacto de la Cumbre de Panamá fue la periodista española Pilar Gasset. de la República: La XXIII Cumbre Iberoamericana de Panamá concluyó el sábado sin acuerdos sustanciales, salvo el paso a reuniones bienales de jefes de Estado y de Gobierno, a partir de la próxima cita en Veracruz (México) en 2014. España seguirá siendo en 2014 el principal promotor de este foro (financia un 60 por ciento), aunque ese año se convocará una reunión extraordinaria para debatir un nuevo reparto de cuotas.

La llamada ‘cumbre de la renovación’, en la que los líderes estaban llamados a introducir cambios para darle un nuevo impulso a esta relación, no ha dado un solo paso en esa dirección, sino que lo ha dejado todo para más adelante.

Aunque no es el único motivo de que este tipo de citas se hayan ido desinflando en los últimos años, el “por qué no te callas” que el Rey espetó en 2007 al entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, marcó un punto de inflexión. Desde entonces, los dirigentes latinoamericanos no han ocultado su pérdida de interés en unas cumbres lideradas por dos países, España y Portugal, que están sumidos en profundas crisis que afectan a sus respectivos modelos económicos y que no han sabido o no han querido conectar con el nuevo liderazgo político y económico surgido en el cono sur.

El presidente Peña Nieto defendió en Panamá la necesidad de transformar estas citas para posicionarse como un mecanismo moderno de integración regional y de vinculación global, porque, «estos son tiempos de cambio, de nuevos equilibrios en la geopolítica internacional».

Pero habría que preguntarse si vale la pena tratar de mantener medio muerto un mecanismo que no sirve para nada, aunque Peña Nieto abrigue esperanzas, ya que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, de izquierda, la han ya sepultado debido a que no conduce a ningún lado.

Y si el presidente mexicano no despliega una escalada diplomática, de ahora al próximo año, la cumbre de Veracruz será la que celebre las exequias de ese foro moribundo. Peña Nieto, tiene que aprovechar la anfitrionía, y mirar más hacia el sur y un poco menos hacia el norte, pues  en Sudamérica están ocurriendo cambios que no han ocurrido en México al amparo del libre mercado. que está demostrando que su destino es la debacle económica.

Pero no es cuestión de geometría, sino de realismo económico. Los gobiernos latinoamericanos tienen que ser convocados por una cumbre democrática. Y ahí podría caber Peña Nieto como el «presidente democrático» del que presume .

«Cumbre de la renovación» calificaron a la XXIII Cumbre Iberoamericana de Panamá, tanto el rey de España (en un mensaje videograbador), como Enrique Iglesias, secretario general del foro. Pero no pudo haber una Cumbre más desintegrada. Y esa fue la nota periodística: El fracaso de la Cumbre de Panamá.

fgomezmaza@analisisafondo.com

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