TAPACHULA, Chiapas, 21 de Mayo del 2014.- Aunque aseguró que de momento la perturbación con posible desarrollo ciclónico que se encuentra al Sur de las costas de Guerrero, en el Pacífico, no representa peligro para Tapachula, de todas formas, el director de Protección Civil Municipal Herbert Schroeder Bejarano, pidió a la población tomar todas las precauciones prudentes y necesarias.
En entrevista con periodistas de Nueva Era, el funcionario señaló que “ya estamos en plena temporada de lluvias desde inicios de este mes en el Soconusco, principalmente en Tapachula, donde ha llovido muy fuerte casi todos los días, o de madrugada como el caso de anoche con torrencial con rango elevado, acompañado de vientos que alarmó a la población”.
Por eso, insistió en que se tome todo tipo de precauciones, ya que los vientos que acompañan a las lluvias provocan caída de ramas o de árboles, desprendimiento de láminas de los techos y otros daños más, los mismos que pueden ser peligrosos si la población no se resguarda como debe ser.
En cuanto a las zonas vulnerables, Schroeder Bejarana dijo que la zona Alta del municipio de Tapachula, como siempre, tiende a sufrir daños cada vez que hay lluvias fuertes, debido a que provoca deslaves o deslizamientos que no solo causan estragos en los caminos, sino también en viviendas. Lo mismo sucede en la zona Baja, donde el desbordamiento de los ríos o de los arroyos causan problemas a caminos, viviendas y plantaciones.
Añadió que afortunadamente, el fenómeno de las lluvias no ha sido de todo el día, sino por lapsos de una a dos horas, y de momento no hay inundaciones que puedan afectar, pero aún así, sugiere que se ponga mucha atención y que se tomen todas las precauciones posibles, sobre todo para quienes viven ceca de ríos de respuesta rápida como el Tiplillo, Texcuyuapan, Pumpuapa o en su caso el Cahoacán.
Finalmente, el funcionario puso en alerta de que en caso de lluvias fuertes, no cruzar vados en las carreteras o caminos; en caso de tormentas eléctricas, no ponerse debajo de los árboles o en cielo abierto, sino resguardarse en las viviendas. Pero principalmente, no permitir que los niños jueguen en los patios o calles cada vez que llueve y hay tormentas eléctricas (Rosalino Ortiz).