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ARCANO POLÍTICO

16 agosto 2018

Es santanista

* Por Cumplirse la profecía de Fuentes en su Cristóbal Nonato

* Centralismo causó separatismo sangriento y pérdida de territorio

* Emergen los fantasmas liberales separatistas contra el conservador AMLO

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

Es santanista. Ni juarista, ni maderista. Ante las propuestas centralistas de Andrés Manuel López Obrador, observamos históricamente sus antecedentes en el veracruzano Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, causante de guerras separatistas y la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano, entre otros.

Resumidas las propuestas de facto del presidente electo, se ubican al establecimiento formal y constitucional, el 30 de diciembre de 1836 del sistema centralista con la promulgación de las Siete Leyes Constitucionales al 22 de agosto de 1846, al expedirse el decreto restaurador la vigencia de la Constitución de 1824.

Andrés Manuel López Obrador, virtual presidente electo de México, presentó a los 32 coordinadores estatales que estarán encargados de vigilar los programas de desarrollo y, que a su vez, sustituirán a los delegados de las dependencias federales.

El 11 de julio pasado, el virtual presidente electo, presenta a 32 coordinadores estatales para plan de desarrollo nacional, quienes vigilen los programas y sustituirán a los delegados de las dependencias federales. Substituyen a los Delegados Federales con el argumento de reducir la burocracia en lo que dice, será su gobierno de austeridad.

Y “de una vez les voy a decir quiénes van a representarlos: Aguascalientes, Aldo Ruiz; Baja California, Jaime Bonilla; Baja California Sur, otro senador, Víctor Castro; Campeche, Katia Meade; Chiapas, José Antonio Aguilar Castillejos; Chihuahua, Juan Carlos Loera; Ciudad de México, Cristina Cruz”.

En Coahuila, el licenciado Reyes Flores; Colima, Indira Vizcaíno (diputada federal que pide licencia); Durango, Enrique Novelo; Durango, Enrique Novelo; Guanajuato, Mauricio Hernández; Guerrero, Amilcar Sandoval; Hidalgo, Abraham Mendoza; Jalisco, Carlos Lomelí; Estado de México, Delfina Gómez; Michoacán, Roberto Pantoja.

Para Morelos, Rabindranath Salazar, Nayarit, Miguel Ángel Navarro; Nuevo León, Blanca Judith Díaz Delgado; Oaxaca, Nancy Ortíz; Puebla, Rodrigo Abdalá; Querétaro, Gilberto Herrera Ruiz; Quintana Roo, Arturo Abreu; San Luis Potosí, Gabino Morales; Sinaloa, Jaime Montes Salas; Sonora, Jorge Taddei.

En Tabasco, Carlos Merino; Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal; Tlaxcala, Lorena Cuéllar; Veracruz, Manuel Huerta; Yucatán, Joaquín Díaz Mena y Zacatecas, Verónica Díaz.

Todos ellos bajo el mando de una coordinación general de delegados, que dependerá del Presidente, y le ayudará en la relación entre esas representaciones y los gobiernos estatales.

Para el 2 de agosto, declaró: “(El delegado) es un representante del gobierno federal y esta es una facultad que tiene el Presidente, que la voy a ejercer, no es algo que voy a crear, nada más es reducir el número de delegados a uno estatal y uno por región, que dependerá del representante estatal y éste de la Presidencia de la República”.

Con base en el Inciso II del Artículo 89 Constitucional, una de sus facultades: Nombrar y remover libremente a los Secretarios de Estado, remover a los embajadores, cónsules generales y empleados superiores de Hacienda, y nombrar y remover libremente a los demás empleados de la Unión, cuyo nombramiento o remoción no esté determinado de otro modo en la Constitución o en las leyes.

Un tema que parece cocinado, muestra las entrañas totalitarias y centralistas del tabasqueño López Obrador y su antiguo correligionario en el PRD, actual gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, consideró que la sustitución de las delegaciones por 32 coordinaciones podría “violentar los principios básicos del pacto federal”.

Con su lenguaje directo, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, gobernador independiente de Nuevo León, calificó Como una idiotez y gasto burocrático el sistema de coordinadores que el virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, pretende implementaren el País.

Para El Bronco, solamente se da trabajo a quienes le ayudaron en la campaña, además de que es un gasto adicional y una falta de respeto a los gobernadores.

Esto nos lleva a revisar la historia de México para encontrar que la imposición de un gobierno federalista (alianza de los Estados) a uno centralista (totalitario) por Antonio López de Santa Anna generó revueltas en Yucatán, Zacatecas, Tamaulipas, Nuevo León y la separación de Texas, y la pérdida del 52 por ciento del territorio nacional.

Los conservadores aprovecharon el fusilamiento de Vicente Ramón Guerrero Saldaña el 14 de febrero de 1831 en Cuilápam, Oaxaca, para argumentar la urgencia de poner fin a las disputas entre élites regionales y establecen la República Centralista, un régimen político unitario, establecido formalmente el 30 de diciembre de 1836, con la promulgación de las Siete Leyes Constitucionales, aunque ya en 1835 se había derrocado la constitución federal de 1824.

La República Centralista duró casi once años, hasta el 22 de agosto de 1846, cuando el presidente interino José Mariano de Salas, expidió el decreto que restauró la vigencia de la Constitución de 18244 y con esto, el regreso al federalismo.

Es la gran diferencia entre el tabasqueño y su antecesor dictador López de Santa Anna. El actual mandatario electo “usará sus facultades presidenciales” por encima del Pacto Federal que garantizar la soberanía y autonomía de los Estados, mientras que el veracruzano “legalizó” su imposición con la complicidad del Congreso.

El instrumento conocido popularmente como Las Siete Leyes con el nombre oficial de Constitución de régimen centralista de 1836, altera la estructura de la naciente República Federal de los Estados Unidos Mexicanos a principios del siglo XIX. Promovidas por Santa Anna, que con licencia en el cargo de Presidente de México intrigaba desde su hacienda Manga de Clavo en Veracruz, las leyes fueron promulgadas por su interino, el tapatío José Justo Corro, el 30 de diciembre de 1836.

Estableció un cuarto poder: el Supremo Poder Conservador, el cual fue integrado por cinco ciudadanos. Estos deberían haber desempeñado la presidencia, vicepresidencia, o bien haber sido senadores, diputados, secretarios de despacho o ministros de la Corte. Este cuarto poder tenía la facultad de regular las acciones de los otros poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), bajo el argumento de que sus integrantes tenían la capacidad de interpretar la voluntad de la nación.

Argumentos repetidos sistemáticamente por Andrés Manuel López Obrador y son iguales las medidas de corte centralista que ocasionaron la declaración de independencia de Texas, la de Tamaulipas y la de Yucatán. A pesar de la tendencia conservadora, las leyes contemplaban la división de poderes.

Recordemos que la independencia de facto de Texas de 1836, firmada por López de Santa Anna el 14 de mayo con el Tratado de Velasco, de dos partes, una secreta y otra pública, en donde Santa Anna a cambio de su liberación y de la promesa de que las tropas mexicanas en retirada no serían atacadas, reconocía de facto la independencia de Texas y se comprometía a no proseguir la lucha contra el nuevo Estado.

Fue resultado de la batalla de San Jacinto, conocida también como «la siesta de San Jacinto» el 21 de abril, donde el ejército mexicano fue atacado mientras dormía y fue totalmente derrotado. Santa Anna fue capturado. Texas lo anexo Estados Unidos en 1845.

Con este elemento y en resistencia al Centralismo de Santa Anna, se reúne cerca de Laredo un grupo de notables el 17 de enero de 1840, una rebelión para constituir la República del Río Grande, con Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y partes del actual estado estadounidense de Texas.

Con la negativa del presidente de la República de Texas Mirabeau B. Lamar, para apoyar la causa y después de una serie de derrotas insurgentes, el 6 de noviembre de ese año, el regio Antonio Canales Rosillo, comandante en jefe del ejército insurgente, acepta del potosino José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez, el puesto de general brigadier del Ejército Mexicano y abandona su idea secesionista.

Se registra también la Rebelión de Tabasco de 1839 a 1846 y la Independencia de Yucatán, cuando el Congreso yucateco decretó el 4 de marzo de 1840que mientras la Nación Mexicana no sea regida conforme a las leyes federales, el Estado de Yucatán permanecerá separado de ella.

Se reafirman después de 178 años los fantasmas separatistas neoleoneses, al emerger la ambición y avaricia conservadora en complicidad con el centralista autoritario contra el liberal sistema federal representado por su gobernador independiente Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, quien habría sido despojado del triunfo electoral presidencial por el único voto a favor del tabasqueño, el de Enrique Peña Nieto.

El 6 de octubre de 2017 apareció en Facebook como eco de la separatista Cataluña, el usuario “República de México del Norte” con Baja California Sur, Coahuila, Durango, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa y Tamaulipas, con base en los artículos 39 y 40 de la Constitución.

Nada descabellado. El 39 constitucional ordena: La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

Y el 40 establece: Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.

Los 7 Estados suman 794 mil 21 kilómetros cuadrados, cerca del 40 por ciento de la extensión territorial nacional con un millón 964 mil 375 kilómetros cuadrados, que en porcentaje, estaría 12 puntos debajo Andrés Manuel López Obrador de lo que perdió Santa Anna en la injusta invasión de Estados Unidos a México de de 1846 y 1848.

Tan sólo Nuevo León con sus 64 mil 156 kilómetros cuadrados, es igual o superior en territorio que 75 de 194 países registrados en la ONU.

¿Se cumplirá con diferencia de 39 años, la profecía del hijo predilecto de París, Carlos Fuentes Macías (Panamá, 11 de nov. de 1928-Cd de México, 15 de mayo de 2012) en su Cristóbal Nonato de 9187? Señala que en 1992 se concibe a “se convirtiera en el vástago espléndido del pueblo y, de paso, solucionar sus problemas morales y económicos.

Nos leemos en http://arcanoradio.blogspot.mx/, asociada a RNU y a RFI y afiliada a la Voz de América, otra forma de escuchar para ver el mundo, desde la cabina de transmisión Gilberto Armienta Calderón, a un lado del Cañón del Sumidero en el corazón de la otrora Selva Lacandona, deforestada desde 1972 por Manuel Velasco Suárez que consumó su nieto Manuel Velasco Coello y su mami.

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