12 diciembre 2018
Angel Mario Ksheratto
Gabinete inexperto
La composición del gabinete que acompañará al gobernador Rutilio Escandón Cadenas, atrajo la atención: rostros nuevos, nombres distintos, paridad de género… Los chiapanecos estaban urgidos de gente nueva al frente del gobierno. No importaba quién llegare; lo apremiante era que la gavilla de saqueadores, dejase los puestos para iniciar una nueva época.
La expectativa era grande, promisoria. Los nombrados, arrancaron aplausos y abrieron la brecha hacia un esperanzador futuro. Por lo menos, ya no eran los mismos que mostraron indiferencia y aprovecharon la complicidad del presidente de la República, para llevarse hasta el último centavo, amparados en el perdón presidencial, cuasi imperial.
En 72 horas, sin embargo, el gabinete de Rutilio Escandón, pasó de la expectativa, a la duda. ¿Podrán hacer frente al reto que supone reconstruir al estado? ¿Recibió, el gobernador Escandón, previos proyectos —de cada uno de los aspirantes— para de ahí tomar una decisión? ¿Fueron auscultados por un equipo de expertos en cada área, para recibir la responsabilidad que les corresponde? ¿El equipo cercano al gobernador, conoce a los ahora funcionarios de primer nivel?
A juzgar por los escuetísimos historiales proporcionados por el área de prensa de la nueva administración, la experiencia de casi todo el gabinete, es nula y por lo mismo, preocupante. Perturbadora.
En otros casos, esa oficina se cuidó de no publicitar el currículum de por lo menos, la mitad de los secretarios, lo que constituye un hecho intrigante y sumido en la opacidad, puesto que revela dos cosas: o encubrir el turbio pasado de éstos, o no poner en riesgo la incapacidad —moral y laboral— de quienes vivirán seis años a costa del erario.
En algunos casos, la carta de presentación de los funcionarios, se infló descaradamente; en ese tenor, hay a quienes les agregaron maestrías, doctorados, profesorados, cursos y diplomados especializados, obviamente, sin que eso sea verdad. A otros, inventaron cargos públicos que jamás han tenido.
Cito un ejemplo: Zayna Andrea Gil Velázquez, secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca. En el “expediente” que se hizo circular, le acreditan la delegación, en Chiapas, de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), cuando en realidad, solo fue algo así como encargada del Registro Agrario Nacional, órgano desconcentrado de la SEDATU. Entre otras cosas, laboró, sin cargo específico, al lado de Emilio Zebadúa, últimamente, bajo el ojo del huracán por sospechas de utilizar prestanombres para adquirir grandes proporciones de tierra y otras utilidades en el país.
A quien ocultaron su pasado, fue al actual secretario de Salud, José Manuel Cruz Castellanos, acusado en Tabasco de daño ambiental grave, por el que en su momento, un juez libró orden de aprehensión, sin que se sepa, hasta hoy, si la causa penal se mantiene en curso, o, como suele ocurrir en el país, se encarpetó para usarla en su contra cuando sea necesario.
Cierto es que Luis Manuel García Moreno, que repite en Protección Civil, ha dado buenos resultados en materia de prevención y reacción en el caso de desastres naturales en los últimos sexenios, pero siguen siendo fuertes las sospechas en el sentido que utiliza recursos de esa dependencia, para beneficio personal y hay quienes le acusan de desvío de recursos del FONDEN.
Si revisamos a cada uno —si no es inexperiencia e incapacidad, desconocimiento e ineficacia o excesos y corrupción—, encontraremos argumentos para insistir en que a pocas horas de asumir los cargos, están sembrando dudas y con ello, debilitan la poca confianza en el gobernador Escandón, que tendrá que modificar, rectificar, pero sobre todo, legitimar su mandato con acciones determinantes y no con más frivolidades, como ocurrió con su antecesor.
Rutilio ofreció un cambio; está más que obligado a lograrlo. Pero para ello, debe rodearse de expertos y no de advenedizos. De recomendados y menos, de impostores e impuestos por Manuel Velasco o gente de otros estados. Chiapanecos valiosos, hay muchos. Cientos, miles de jóvenes talentosos. ¿Por qué entonces recurrir a recomendados? En todo caso, que ponga límites.
Por último, menester es que sus más cercanos colaboradores, le cuiden las espaldas y no lo expongan al descrédito y tampoco le formen una burbuja alrededor, para que se aleje de la gente. Está obligado a dar la cara. A responder de frente y atender los problemas con seriedad, pero también con sensibilidad humana. Encerrarse a cuatro paredes, no les sirve de nada.
¿O lo encierran para que no vea la rapiña que se viene?