30 Mayo 2017
Angel Mario Ksheratto
De izquierda a izquierda
Sin una plataforma política clara (quizá porque de entrada, aseguraron que no buscarán el poder) el EZLN y el CNI, dieron a conocer el nombre de quien esperan, aparezca en las boletas electorales para elegir presidente el año venidero. Es, el lanzamiento de María de Jesús Patricio Martínez, un lanzamiento estratégico, sí, pero con poco sentido común frente al revuelto escenario social mexicano.
Muy lejos del discurso incendiario de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, se colocó muy por detrás de la cúpula del Congreso Nacional Indígena, agrupación que nació poco después del surgimiento de la guerrilla chiapaneca y que a pesar de algunos de sus dirigentes, sigue bajo la tutela discursiva del subcomandante Marcos, quien deliberadamente, no ha querido figurar en las consultas para elegir a quien los represente en el proceso electoral.
La postura del máximo líder del movimiento armado, no es fortuita; obedece, en parte, a la manutención de cierto grado de congruencia y por otro lado, se trata de un intento por mantener abiertas las puertas a una eventual alianza con la dividida izquierda del país.
La coherencia discursiva del EZLN, principalmente, podría estar en riesgo; en pasados procesos electorales, el grupo armado ha convocado a no sufragar, bajo el argumento que la clase política y sus candidatos, no satisfacen las exigencias de un electorado cansado de mentiras, corrupción e impunidad, y porque a juicio suyo, las elecciones son antidemocráticas y notoriamente simuladas.
Recurrir a un método duramente criticado por Marcos, sería dar su brazo a torcer y admitir que las instituciones vapuleadas por ellos, finalmente, son confiables. El cerebro de todo, es decir el subcomandante, sabe, entre otras cosas, que las encuestas —reales o ficticias o compradas— favorecen a Andrés Manuel López Obrador, un político astuto, pero con poco criterio con respecto a los grandes temas nacionales.
No es de mucha conveniencia cerrar todas las puertas, aunque el objetivo de fondo es dividir el voto duro de los seguidores de MORENA, el partido de AMLO.
No hay mucho para el análisis del discurso del fin de semana: las mismas claves, las mismas quejas, las mismas acusaciones. Un mensaje agotado y una vocera/candidata con escasa capacidad comunicativa y por decirlo de algún modo, sin un conocimiento profundo de los graves problemas del país. Más aún, desconocida incluso, por muchos de los que emitieron su voto a favor de ella… Que fueron menos de mil 500, según se dice.
Como estrategia electorera, la intención del EZLN y el CNI de contender por la presidencia de la república, parece encaminada al fracaso y de paso, al descrédito de ambos grupos. No era necesario despertar su fervor electorero y más, si el fin único es debilitar a López Obrador. Éste se mata solo; lo ha demostrado en elecciones anteriores y lo está demostrando en la elección del Estado de México. Si alguien será responsable de la derrota de la candidata de MORENA, será él mismo.
En las condiciones actuales de la izquierda mexicana, no necesita una cuña de sí misma para mantener su inmovilidad y alimentar sus derrotas. Y menos, una cuña débil y con pocas posibilidades de apretar. La “candidatura” EZLN-CNI, más parece una burla a los verdaderos pueblos indígenas del México marginado.
Independientemente si su aspirante es mujer, la intención es burda; carente de seriedad y objetividad en cuanto a temas de relevancia nacional y de urgente resolución. Queda la sensación que en lugar de una candidatura seria y formal, la idea es mandar un mensaje burlón a la clase política; pero lo peor, exhibir de manera soterrada la figura de la mujer indígena.
Llama la atención que los medios de comunicación nacional que tradicionalmente dedicaban grandes espacios al EZLN, relegaron la nota de la “elección” de Marichuy, como conocen en su comunidad a la aspirante ezetaeneísta a una columna por ahí escondida. Los analistas del fenómeno zapatista que otrora aplaudían a rabiar cualquier ocurrencia de Marcos, nada han dicho hasta hoy.
¿Significa esto que la propuesta zapatista no es bien vista por la izquierda inteligente? ¿Ven mejor opción en AMLO que en el EZLN-CNI? Es muy probable. Como probable es que en determinado momento, éstos y aquellos, volteen la vista hacia un candidato, no necesariamente de la izquierda, sino simplemente, progresista, incluyente, respetuoso… No mesiánico, pues.
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