01 Agosto 2017
Ángel Mario Ksheratto
ksheratto@gmail.com
Candidatos ¿opositores?
Fue un grupo de panistas el que trajo a colación el tema de la “oposición” en Chiapas. Proponen, mediante una carta dirigida al CEN del PAN, a Eduardo Ramírez Aguilar, como precandidato de ese partido a la gubernatura, a través de un “Frente Amplio Opositor”. Es de risa. Desde la dictadura de Pablo Abner Salazar, no existe la oposición en la entidad; ha sido brutalmente eliminada. Y cuando digo “brutalmente”, no me refiero al uso de la fuerza, sino a la total ausencia de inteligencia por parte de quienes han dirigido a los partidos políticos.
Por elemental lógica, el diputado Ramírez Aguilar, no puede constituirse en “opositor” al régimen de Manuel Velasco Coello; es presidente del partido que lo postuló al gobierno y es además, presidente del Congreso del Estado, que sigue estrictamente las órdenes del Ejecutivo. Notoria y pública es la amistad entre Eduardo y Manuel. Fingir un distanciamiento, no les serviría a éstas alturas. Les resultaría contraproducente.
Pero, ¿es Eduardo Ramírez el único que, moralmente, estaría impedido para construir un proyecto opositor? Si revisamos la lista de pretendientes, encontramos que no hay uno solo que pudiera aglutinar el voto de millones de ciudadanos desencantados con la actual administración y las dos pasadas (Salazar y Sabines).
MORENA, que se suponía un partido opositor, ha decidido meter a la competencia interna a tres propios y dos externos —todavía bajo discusión, aunque todo indica que ya se tomó la decisión desde la Casa de Gobierno— que no pueden negar su origen oficial. Rutilio Escandón, Zoé Robledo y Oscar Gurría, han sido personeros gubernamentales cuando no, aliados incondicionales a cambio de beneficios personales.
El primero, es todavía presidente del Tribunal de Justicia. No por ser un Poder independiente (en teoría, claro está) ha estado exento de recomendaciones y ordenamientos del Ejecutivo. Escandón Cadenas, es parte del sistema de gobierno y por lo tanto, de resultar electo candidato, será uno más del oficialismo. De Robledo Aburto, conocemos la forma en que logró un escaño en el Senado de la República; fue, mediante argucias y acuerdos políticos cupulares, aun cuando el voto popular no le favoreció. Su cercanía con el gobernador Velasco, se ha visto reflejada en actos de respaldo a su gestión, independientemente de los resultados.
Gurría Penagos, por su parte, ha logrado financiamiento oficial para MORENA, lo cual no es necesario probar con documentos; basta ver la pasividad y el silencio de éste y su jefe máximo, Andrés Manuel López Obrador, para con el gobierno doméstico, para determinar que la complicidad, cuesta caro. Hay que ver también, el “avance” de MORENA en términos de diputaciones, alcaldías y regidurías, para saber que no es en realidad, un partido opositor.
Los dos nombres de posibles candidatos externos son el senador Luis Armando Melgar Bravo, senador del PVEM y protegido del magnate Ricardo Salinas Pliego, uno de los grandes explotadores de las riquezas naturales de Chiapas, bajo la mirada complaciente oficial. El otro es José Antonio Aguilar Bodegas, exsenador del PRI, excandidato a la gubernatura y expresidente del PRI estatal. Es, actualmente, secretario del Campo.
Los perredistas impulsan la candidatura de Diego Valera Fuentes, un chaval cuya ignorancia, rebasa cualquier límite; apoyado por Pablo Salazar, la tribu que lo impulsa, pretende negar el cordón umbilical de éste. Ha pasado por varios partidos y ha sido incondicional del actual mandatario, al grado de haber sido enviado al PRD para participar como candidato y cooptar así, a ese remedo de institución política. La carrera de Valera, todos lo saben, ha sido promovida por el PVEM y cuidada con esmero por Manuel Velasco.
Paco Rojas, panista de hueso colorado, es bien visto por otras tribus perredistas. Son las que se han alineado al oficialismo desde la dictadura pablista. Ya declinó en plena campaña a su candidatura, lo que no deja lugar a dudas que lo volverá a hacer. Fernando Castellanos, actual alcalde, tampoco podría ser un candidato de oposición. Su veta verdista, es innegable.
Enoc Hernández Cruz, del Partido Mover a Chiapas, ha sido funcionario en todo el sexenio. Es de los personajes cercanísimos al gobernador Velasco Coello, por lo que atribuirle el beneficio de la oposición, sería una burla. Queda Roberto Albores Gleason… En los últimos días, reanudó su cercanía con el gobernante estatal. Su trabajo como senador y dirigente del anciano PRI, ha estado apegado a los deseos gubernamentales. ¿Cabría como “opositor”? Nadie lo creería. Bajo esas circunstancias, resultaría más factible que Manuel, se convierta en opositor de sí mismo.
http://ksheratto.blogspot.com