18 Septiembre 2017
Ángel Mario Ksheratto
ksheratto@gmail.com
MRN, decisiones equivocadas
Muchas son las conjeturas que han surgido tras el predicho “triunfo” del presidente del Poder Judicial, en la invisible encuesta que lo coloca como el virtual candidato al gobierno de Chiapas, según la lógica “democrática” del usufructuario mayor de la franquicia política: quien gane la coordinación, es el que se levantará con las siglas morenistas en las elecciones del 2018.
Es claro que el método y sus resultados, no favorecen al agraciado en términos estrictamente políticos; puede ser que, si en realidad se efectuó la dudosa práctica, haya sido, el señor Rutilio Escandón, vencedor, pero al grupo político que representa lo ubica justo en el terreno de la derrota absoluta y contundente.
Ha sido más el repudio que se ha erigido en contra suya, que por lo menos, el beneficio de la duda a favor. Los factores por los que don Rutilio ha caído en el menosprecio generalizado, son muchos y muy razonables.
Se le acusa con insistencia —desde las entrañas de MORENA, desde otros partidos y en no pocos sectores sociales—, de estar en la línea de sucesión pactada para consolidar el continuismo del actual sistema de gobierno. Es señalado de utilizar recursos públicos para promover su imagen, asunto que está prohibido por la ley electoral y que ha sido desoída olímpicamente por él.
El presidente del Poder Judicial, no es un hombre carismático, que arrastre multitudes; es más bien, parco, agrio, metódico, poco afable, exageradamente serio y a veces, intratable. Carece de un discurso viable para los chiapanecos. Su formación política estuvo, por muchos años, al amparo de un priísta de hueso colorado, ahora su adversario al interior de MORENA, Plácido Humberto Morales Vázquez.
Tiene el perfil idóneo para perder las elecciones frente a quien sea ungido por Manuel Velasco, como su sucesor. Esto nos indica que la verdadera lucha por el poder, no está en los partidos ni entre éstos, sino en el fuero interno del gobernador. La pelea estará entre los cercanos al mandatario que, como don Ruti, se siguen promoviendo al margen de la ley.
Curiosamente, los demás aspirantes morenistas, guardaron silencio o se alinearon gustosos, como en los antiguos tiempos del PRI, cuando el presidente o el gobernador, elegía a quien debía cubrirle la retaguardia. Aquí entra un nombre que nadie se explica por qué apareció como aspirante a coordinar los trabajos de MORENA, cuando su militancia no solo es distinta, sino que lidera al partido gobernante y es el mandamás del Poder Legislativo: Eduardo Ramírez Aguilar.
¿Qué habría pasado si “gana”, Eduardo Ramírez, la encuesta? ¿Sería presidente del PVEM y coordinador de MORENA al mismo tiempo? No fue un error de cálculo y mucho menos, una muestra de “democracia e inclusión” dentro del partido de López Obrador.
Es sin duda, una táctica bien estudiada; es enviarle un claro mensaje al elector: “el candidato deseado de todos los chiapanecos, es Eduardo; lo quieren tanto, que hasta en el partido más intransigente, le otorgan votos ‘de calidad’ en sus ‘elecciones’ internas.” La idea generalizada en el sentido que el señor presidente del Supremo Tribunal de Justicia, se está prestando a un juego nada limpio, tiene sentido, si lo vemos desde esa perspectiva.
Y caemos en una pregunta: ¿Le interesa a AMLO ganar las elecciones presidenciales del próximo año? Para ello, lógico es que necesita votos, votos que Rutilio Escandón, no le garantiza de ninguna manera, en caso que al final, termine siendo el aspirante formal. Si anduviese en busca de votos, con dedazo o imposición directa, hubiese elegido a un precandidato con mayor fuerza, credibilidad, honorabilidad y de querencias multitudinarias.
Paco Rojas, que aparecía en la lista de “elegibles” —y que solo después de la “derrota” se deslindó y acusó de corruptos a los de ese partido—, le hubiera garantizado, sino el triunfo, por lo menos, una batalla electoral fuerte, consistente. Para el caudal de sufragios que requiere para alcanzar la presidencia, los que Rojas Toledo le podría dar un respiro electoral.
La sospecha es que desde la cúpula de la empresa del señor López Obrador, se tomaron las decisiones equivocadas. No en pos de una lucha genuina por el país, sino para engordar un peculio personal que a los mexicanos, no les beneficia en lo absoluto.
A MORENA, el resultado de la encuesta no la favorece; tampoco a Rutilio Escandón, quien ha sido blanco de todo tipo de críticas, especialmente porque con todo y la responsabilidad otorgada a fuerzas de dedazo, no renuncia al cargo que ostenta, lo que habla de su falta de probidad y congruencia.