21 Septiembre 2017
Angel Mario Ksheratto
ksheratto@gmail.com
México trágico
Dos terremotos en 12 días, huracanes, temblores; el resultado: cientos de muertos, miles de damnificados y un gobierno bajo la permanente sospecha de aprovechar las recurrentes crisis para beneficio propio. Esa quizá sea la tragedia silenciosa que corroe las estructuras del país, pero que no ha podido minar la espontánea solidaridad de los mexicanos que, en los dos últimos eventos violentos de la naturaleza, se han volcado a las calles para ayudar, para dar palabras de aliento a los conciudadanos en desgracia mayor.
Lo que hemos visto tras los dos devastadores terremotos que han sacudido al país, a veces resulta inenarrable; imposible de asimilar, principalmente cuando hay niños y niñas atrapados bajo toneladas de escombros. Difícil de comprender, cuando la mayoría de víctimas, son gente pobre que ha luchado toda su vida para tener el patrimonio digno, y lo pierde por un capricho de la tierra, a la que, por supuesto, no debemos reclamar nada, en virtud que hemos sido nosotros, los grandes contribuyentes para su deterioro.
Las consecuencias de tales manifestaciones de la naturaleza, profundizan la marginación y la pobreza; ensanchan la brecha entre pobres y ricos y facilita el enriquecimiento ilícito e insultante de quienes ostentan el poder público, a pesar que éstos, se rasgan las vestiduras en incontenibles negaciones, frente a las notorias muestras de lo contrario.
No se trata de una suposición; es un hecho, por desgracia, real. Recordemos los estragos del huracán “Stan” en los primeros días de octubre del año 2005: diez mil comunidades de Chiapas fueron afectadas por el meteoro, dejando a miles de ciudadanos, sin hogar. Cincuenta personas murieron, 31 mil casas quedaron inhabitables, 12 mil quedaron con daños parciales, 96 escuelas colapsadas por completo (más de 300 con daños severos), 13 puentes colapsados y miles de comercios, destruidos, entre otros daños.
El gobierno federal dispuso de ciento once mil millones de pesos para la reconstrucción; organismos internacionales como la Unión Europea, la ONU, la OEA, la UNICEF, el FMI y otros tantos, enviaron miles de dólares en ayuda. El actor Mel Gibson, donó un millón de dólares (al cambio de hoy, un poco más de 17 millones y medio de pesos)… Nos preguntamos: ¿dónde está la reconstrucción?
Lo poco que se hizo, fue insultante. Casas ridículamente pequeñas en cuya construcción, se utilizó material de pésima calidad. Insisto: fueron obras solo para el lucimiento del entonces gobernador, Pablo Abner Salazar, quien hoy, es un hombre multimillonario, con propiedades escandalosas en varias partes del país, e incluso, fuera de México.
¿Qué nos garantiza que el dinero destinado para la reconstrucción de Chiapas y Oaxaca, Morelos, Puebla y la Ciudad de México, no se lo roben los políticos y gobernantes? ¡Nada! La desconfianza es brutal, espantosa. El razonamiento colectivo para dudar, se basa, primero, en acciones como las ocurridas por el huracán “Stan” y segundo, porque los mecanismos de “transparencia” anunciados, no son confiables.
En Chiapas, el gobernador Manuel Velasco Coello, ha dicho que pedirá a la Auditoría Superior de la Federación y al Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado, que vigilen y auditen los recursos públicos para la reconstrucción.
Ambas instancias, han sido el más grande fracaso en materia de combate a la corrupción y la impunidad. En el caso de la institución chiapaneca, no ha sido capaz de auditar a los presidentes municipales y la federal, se ha negado a ofrecer datos sobre las auditorías ejercidas a las delegaciones federales, cuyos titulares se han quejado que todos los recursos financieros de la federación, les son prácticamente, secuestrados por la Secretaria de Hacienda de Chiapas.
El encubrimiento de la ASF y el OFSCE, no se puede ocultar. Por lo tanto, sugerir que éstos habrán de evitar el desvío del dinero para reconstruir las zonas afectadas, es irresponsable. Porque no garantizan nada y porque no gozan de credibilidad.
Diferente sería si el señor Velasco Coello, propusiese la creación de una Comisión Mixta Ciudadana de Vigilancia y Transparencia, formada por dirigentes sociales, rectores, líderes religiosos, académicos, activistas y ciudadanos probos. Gente que no permita que un solo centavo, una sola despensa, sea utilizada con fines políticos o los recursos vayan a parar en manos de corruptos.
No se debe encimar una tragedia sobre otra; eso es perfectamente evitable, si se tiene buena fe, voluntad y capacidad para entender y atender a la sociedad. El México y el Chiapas trágicos, deben encontrar una salida honorable. ¿Escuchará el gobernador voces distintas a las de sus colaboradores?
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