México, D. F., 01 de Septiembre de 2013./Agencias.- El Presidente de la Asociación Mexicana de Síndrome Mielodisplásico, Médico Hematólogo, Roberto Ovilla Martínez, informó que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), autorizó el primer fármaco para atender ese tipo de cáncer en la sangre, a través del cual ayuda a generar en la médula ósea células sanguíneas sanas y evita el desarrollo de leucemia.
En rueda de prensa, indicó que esa enfermedad afecta de tres a seis personas por cada 100 mil, y aunque se consideraba como un proceso preleucémico, gracias a los avances en los tratamientos, como la azacitidina, que recién fue aprobado por Cofepris, ahora sólo entre 10 y 15 por ciento de los enfermos desarrollan leucemia.
Aunado al trasplante de médula ósea, para atender este problema, añadió, se encuentran otros fármacos como azacitidina, que es el primer medicamento que la FDA aprueba para su uso en Síndrome Mielodisplásico y que ya ha sido autorizado por las autoridades sanitarias mexicanas.
Ovilla Martínez añadió que uno de los beneficios del fármaco es que ayuda a que la médula ósea produzca células sanguíneas sanas, lo que provoca que el recuento de células sanguíneas se incremente, además de disminuir la necesidad de transfusiones de sangre en el paciente.
Aseguró que “con azacitidina la expectativa de vida del paciente aumenta de entre 10 a 15 años, además de que este tipo de compuestos han demostrado dos cosas: doblar la supervivencia y mejorar exponencialmente la calidad de vida y esto es fundamental “Para quien lo padece es una revolución, pasar de tratamientos súper drásticos donde el objetivo era la cura como quimioterapias y trasplantes de médula ósea, a tratamientos más suaves y de fácil administración, sin recurrir a la necesidad de estar hospitalizado, donde el objetivo es controlar la enfermedad a largo plazo”, sostuvo.
Comentó que “el Síndrome Mielodisplásico es un padecimiento que ocurre frecuentemente en varones, después de los 65 años cuando se convierte en una de las patologías de enfermedades de la sangre más comunes”.
El experto comentó que aunque aún se desconoce lo que provoca este tipo de cáncer en la sangre y entre los principales factores de riesgo se encuentra el envejecimiento, exposición a sustancias tóxicas, sobre todo que contiene benceno y los derivados del petróleo, e incluso los artículos de limpieza del hogar, así como por la exposición a quimioterapia por otro tipo de cáncer.
Refirió que el problema del síndrome comienza desde el diagnóstico, ya que no existen registros de la enfermedad en la mayoría de los países, pues “muchas veces se confunden con malestares por la edad, el más común es la debilidad, además que la mayoría de los pacientes tienen otros problemas médicos, como cardíacos o endocrinológicos, lo que complica el diagnóstico”.
El especialista en hematología resaltó la importancia de solicitar un análisis de sangre para detectar este padecimiento, y estar alerta si se encuentra un poco de anemia, plaquetas por debajo de su nivel, así como células blancas, señales que comúnmente no se toman en cuenta y que pueden ayudar a detectar la enfermedad a tiempo.
Agregó que al detectar a tiempo el síndrome, el paciente cuenta con una opción de trasplante de médula ósea; sin embargo, para llevarlo a cabo se debe contar con un estado físico estable, lejos de cardiopatías, diabetes y otros factores que puedan generar problemas en la cirugía.
En ese contexto, la paciente Clara Arditi, de 79 años de edad, quien en febrero fue diagnosticada con el Síndrome de Mielodisplasia, opinó que ante la falta de conocimiento de la enfermedad en los médicos, la suerte fue el factor principal a su favor para poder tratarse a tiempo.
Refirió que siendo una persona aparentemente sana, que siempre practicó deportes y llevó una alimentación sana, aunque hace algunos años empezó a registrar baja en sus niveles de plaquetas sanguíneas, al empezar con los síntomas del síndrome los doctores le diagnosticaban otras enfermedades como anemia.
Después de cambiar de hospital, le diagnosticaron el padecimiento y le recetaron el fármaco inyectable, “con el que volví a recuperar mis actividades y niveles de sangre, pues hasta para caminar tenía que apoyarme con una andadera y siempre me sentía cansada”, dijo.