01 Septiembre 2015.
Víctor M. Cruz Roque
vmcruzroque@hotmail.com
AMLO va de nuevo: meta, el 2018.
Nuevamente el famosísimo Peje, se encuentra en las listas de los mejor posicionados para convertirse en el candidato de su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional, a la presidencia de la República. Va por la tercera, que en percepción de la gente, siempre resulta ser “la vencida”.
En dos ocasiones anteriores ya figuró en las boletas electorales (2006 y 2012) y en ambas, para amplios sectores de la sociedad, el triunfo le fue arrebatado por eso que él mismo insiste en llamar “la mafia del poder”. La primera lo fue por la Coalición Por el Bien de Todos, y la siguiente por otra alianza similar denominada Movimiento Progresista, en las que participaron el PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano.
En la primera de ellas, la Convención Nacional Democrática, organización multi-representativa de organizaciones de izquierda, lo designó como “Presidente Legítimo de México”.
El Peje, va de nuevo.
Andrés Manuel López Obrador, originario de una comunidad de Macuspana, Tabasco y de 62 años de edad, es el político mexicano de la época contemporánea que posee más referencias bibliográficas producto de su desempeño y quehaceres políticos de lucha social. Pero más allá de la literatura, es la firmeza de sus convicciones lo que lo identifica con amplias franjas y segmentos de la sociedad.
AMLO, como se le conoce popularmente, es al igual que Porfirio Muñoz Ledo, ha liderado hasta la fecha dos partidos a nivel nacional: el PRD del cual fue co-fundador y actualmente del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), del cual es presidente de su Consejo Político Nacional y para muchos el propietario absoluto de su franquicia partidista.
La exegesis de su discurso y su proclama ideológica—que tan buenos dividendos le ha redituado–es la denuncia permanente contra la corrupción, canceroso mal que aqueja al sistema político mexicano y particularmente a los gobiernos emanados del PRI y del PAN, únicos que a lo largo de 86 años han sentado sus reales en Los Pinos, residencia oficial de los presidentes de México.
Pragmático siempre y de acentuado tono lexicológico propio de su tierra natal, López Obrador es el ente político más polémico de los últimos tiempos. Su sola presencia provoca ánimos polarizantes, y es capaz de centrifugar en su entorno los más acendrados sentimientos: de veneración en muchos, y de odio exacerbado en otros. En la primer franja se ubican los más vulnerables y desprotegidos, de pobreza insultante, y en la segunda, los prototipos del poderío identificados con el régimen que nos gobierna.
Así, a sus seguidores, que lo mantienen intocado casi en un pedestal santuario, se les ha dicho que son “pejezombies”, y en el otro extremo se localizan los que lo siguen considerando “un peligro para México”.
AMLO, en la palestra.
Memorables han sido los episodios que ha protagonizado, como la Marcha por la Dignidad que lideró de Villahermosa, Tabasco, hacia el Distrito Federal en 1983, para protestar contra los abusos de Petróleos Mexicanos y para exigir que la paraestatal retribuyera parte de sus ganancias para invertirlas en su estado natal, segundo productor nacional del hidrocarburo.
En 1991 también a la cabeza, inició el Éxodo por la Democracia, larga caminata para denunciar el fraude electoral perpetrado entonces por el entonces gobernador Salvador Neme Castillo, quien meses después renunció al Ejecutivo estatal y a propuesta del presidente en funciones Carlos Salinas de Gortari el congreso tabasqueño nombró a Manuel Gurría Ordoñez.
A finales de 1994 realizó otra acción similar nuevamente en marcha masiva hacia la ciudad de México. Esta vez llevó consigo más de 250, 000 documentos contables originales con los que argumentó se había fraguado la victoria, en la gubernatura de Tabasco, a favor del priísta Roberto Madrazo Pintado.
Destaca también el plantón que encabezó en las principales arterias viales de la capital del país, a principios del 2007, para denunciar lo que él mismo llamó “el fraude electoral más grande del siglo”, en referencia a lo que consideró un robo a la voluntad popular, debido a que en el proceso electoral del 2006, los tribunales competentes le reconocieron el triunfo a Felipe Calderón Hinojosa, con tan solo menos del 1% de diferencia entre ambos.
Ya en el transcurso del sexenio malogrado del panista, “destapó” escandalosos actos de corrupción y pillerías cometidos por el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Muriño, quien después falleciera en un accidente aéreo.
Y en las elecciones del 2012, nuevamente como candidato a la presidencia de la República, ocupó el segundo lugar, mediando una diferencia de 3 millones 328 mil 892 votos a favor del actual presidente Enrique Peña Nieto. Fue entonces que AMLO dispuso el montaje de una “Expo-Fraude” para dar a conocer lo que a su juicio representaban las pruebas de las irregularidades, los vicios y las artimañas cometidas en su contra.
Desde entonces ha mantenido una vigorosa oposición a las reformas estructurales impulsadas durante la presente administración federal, y particularmente contra la energética y la fiscal. Hace escasos días logró establecer alianzas con la CNTE, plataforma desde donde dirigirá una nueva etapa de reivindicación social, tomando como base al magisterio disidente, sobre todo de Oaxaca.
PRD, adiós; funda Morena.
Al igual a como lo han hecho los fundadores del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y muchos emblemas más, López Obrador renunció “formalmente” al PRD e inició la formación de Morena. Su principal argumento fue “el entreguismo” y la falta de capacidad del clan conocido como “Los Chuchos” para dirigir a ese Instituto Político, además de haber participado en la construcción del Pacto por México, a inicios del presente sexenio.
Morena, con López Obrador como su principal activo, participó por primera vez en elecciones, siendo estas la federal del pasado 7 de junio y la estatal en Chiapas el 19 de julio.
Lo impensable: logró arrebatarle la hegemonía que el PRD mantenía en el Distrito Federal, y Morena se convirtió en la primera fuerza partidista, con mayoría en la Asamblea Legislativa, además de conformar una bancada de 35 diputados federales en la naciente LXIII legislatura federal.
Recientemente anunció que los asambleístas del D.F., dejarán de percibir recursos para gastos médicos y los tratamientos por este concepto lo harán en el ISSSTE. Además, ha dado a conocer que el 50% de las prerrogativas que recibe Morena del INE, las destinará a actividades de promoción educativa.
El actual presidente del Consejo Nacional de MORENA, se prepara para participar en el proceso electoral del 2018. A principios de la semana entrante se difundirá un nuevo spot, donde promete que «cuándo Morena triunfe en la república nadie se quedará sin trabajo, como lo hizo el presidente Roosevelt».
Se escuchará además decir que: «Gracias a tu confianza donde gobierne Morena, ningún joven que quiera ingresar a la universidad será rechazado y en el Distrito Federal, donde somos mayoría, no habrá aumentos de impuestos». Y remata: «si por actuar con responsabilidad social y luchar por la vía pacífica me acusan de populista, que me apunten en la lista».
AMLO: ¿indestructible?
Ha soportado de todo: iras y malquerencias, acosos e intentos de coludirlo con personajes ligados incluso al narcotráfico. Los video escándalos de 1994 en donde participaron algunos de sus colaboradores; amagos de desafuero como cuando se desempeñaba como Jefe de Gobierno del D.F,, ataques burdos a través de la mayoría de los medios de comunicación de todos los géneros; linchamientos públicos y estigmas de que él representa “Un peligro para México”, entre otros epítetos. Pero lo innegable es que sigue firme, actuante y hoy por hoy es, de acuerdo a un sondeo efectuado por Reforma, como el prospecto más viable para la sucesión presidencial del 2018.
Lo cierto es que su tesis de que los males que padece el país son producto y resultado de la pobreza y la corrupción, sigue vigente y se advierte en crecimiento constante.
Va Andrés Manuel López Obrador por tercera ocasión: ¿será la vencida?.
APUNTES.
De las incursiones políticas de AMLO en Chiapas, su relación con los ex gobernadores Pablo Salazar Mendiguchía, el EZLN y Juan Sabines Guerrero, hablaremos en otra entrega.
Es todo, gracias.
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