06 Abril 2016
Alberto Carbot
+ Temen que cuba vuelva a ser el paraíso de las apuestas, el narcotráfico y la prostitución
+ “Panama papers”, un terremoto internacional, menos en México, por el cinismo y la corrupción
El presidente de Estados Unidos Barack Obama cumplió en días pasados uno de sus sueños: el de convertirse en el primer mandatario de su país en visitar Cuba en casi 90 años, y a pesar de que los hermanos Fidel y Raúl Castro trataron de hacer que su misión naufragara, no pudieron impedir que la gente lo recibiera con entusiasmo.
Su visita tuvo lugar 88 años después de que el entonces presidente estadounidense Calvin Coolidge realizara la primera de la historia en 1928.
Si ya la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba en julio pasado significó el inicio de una nueva era, ahora se dice que la reciente visita, marca el fin de la guerra fría entre ambas naciones, aunque no la finalización del bloqueo económico que se mantiene latente desde octubre de 1960.
En los discursos y el ceremonial se dejó traslucir la frialdad con la que Raúl Castro intentó mostrar que Obama no era muy bienvenido a la mayor de las Antillas; primero se abstuvo de recibirlo en el aeropuerto José Martí, como sí lo hizo en febrero cuando llegó el Papa Francisco en una escala previa a su visita a México, para entrevistarse con el patriarca ortodoxo Kirill.
Luego ordenó a sus brigadas que impidieran a la población salir al Casco Histórico de La Habana, que habitualmente está lleno de gente. Ni siquiera la música caribeña, tan habitual por esas calles, se pudo escuchar cuando Obama transitó por los lugares inmortalizados por su compatriota el célebre escritor Ernest Hemingway, quien solía ir al “Floridita” y a “La Bodeguita del Medio” para tomarse sus daiquiris y mojitos, durante los recesos que se tomaba en su labor literaria.
Incluso, poco antes de la llegada de Obama y para evitar que la disidencia se le acercara, el gobierno cubano ordenó detener a Elizardo Sánchez, uno de los históricos activistas por los derechos humanos de la isla y las Damas de Blanco. Sin embargo, todo esto no impidió que el jefe de la Casa Blanca cumpliera su objetivo de conocer personalmente un país que por medio siglo fue su enemigo histórico.
El tibio recibimiento de los Castro hacia el presidente estadounidense le dio alas al vitriólico aspirante republicano a la Presidencia, Donald Trump, para atacar a Obama y criticar la “falta de respeto” de las autoridades cubanas hacia el mandatario estadounidense.
Otro precandidato republicano, Ted Cruz -de origen cubano-, también criticó al presidente porque consideró que su visita “enriquece y da poder a la dictadura cubana”.
Barack Obama argumentó que no estaba previsto en la agenda protocolaria que Castro lo recibiera en el aeropuerto como tampoco -agregarían algunos-, que Fidel hablara con él, y menos por cuanto éste no ostenta ya cargo político alguno y sólo es una especie de “conciencia crítica” del régimen, aunque por supuesto influye en las decisiones de su hermano Raúl, sin tener que cargar con los costos políticos que conllevan.
Por lo demás, los expertos se muestran muy pesimistas sobre los resultados concretos que tendrá lo que fue la primera visita de un jefe de Estado estadounidense en casi un siglo y creen que poco servirá para modificar la precaria situación cotidiana de los cubanos de a pie.
Otros, desde un enfoque gradualista, sin embargo ven con ilusión este viaje y consideran que es sólo un primer paso para que, poco a poco, el viejo establishment se derrumbe por completo.
El desmantelamiento del llamado “embargo” es una de las grandes asignaturas pendientes en las relaciones bilaterales, pero tardará todavía algún tiempo en llevarse a cabo.
Para que ello ocurra será necesario que en el Congreso estadounidense haya un consenso en ese sentido, lo cual se antoja imposible en los actuales momentos en los que hay una gran influencia de estadounidenses de origen cubano en el Capitolio.
Si hasta hace sólo una década era impensable que Estados Unidos tuviera un presidente afroamericano, que Cuba fuera gobernada por alguien distinto a Fidel y que ondearan juntas las banderas de ambos países para enmarcar el fin de la guerra fría con el último reducto del comunismo soviético-latinoamericano, hoy nadie se atreve a apostar por la continuidad del comunismo en la isla.
EL TEMOR A QUE CUBA VUELVA A SER EL PARAÍSO DE LAS APUESTAS, EL NARCOTRÁFICO Y LA PROSTITUCIÓN
Por supuesto, falta mucho tiempo para que sea desmantelada la base naval de Guantánamo, que los cubanos consideran una afrenta. Además, quienes creen que las cosas cambiarán en Cuba saben que no pueden regresar a los viejos tiempos precastristas, cuando esta isla caribeña era un paraíso del narcotráfico, las apuestas y la prostitución.
En la vieja Constitución de la República de Cuba, figuraba el apéndice denominado “Enmienda Platt”, por el cual Estados Unidos se arrogaba el derecho de intervenir en los asuntos internos de Cuba cuando lo estimara conveniente. Empero, esos tiempos no volverán.
No obstante, al parecer también se acabaron las incursiones militares de Estados Unidos patrocinadas desde el triunfo la Revolución Cubana en 1959 y que fueron todas derrotadas, como la de Bahía de Cochinos, también conocida como invasión de Playa Girón, en la que tropas de cubanos exiliados intentaron invadir Cuba en abril de 1961.
En sólo 72 horas las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba acabaron con más de un centenar de soldados invasores y capturaron a otros mil 200, junto con importante material bélico.
También quedó para la historia la famosa “crisis de los misiles”, donde nunca la humanidad estuvo tan cerca de una confrontación nuclear, cuando Estados Unidos descubrió en la isla la existencia de cohetes nucleares soviéticos, en octubre de 1962.
Entre la comunidad cubana en Estados Unidos hay sin embargo mucho optimismo. El Diario de las Américas le dio un gran despliegue a la visita de Obama e hizo notar que se trata de un episodio simbólico que figurará en los libros de historia y el comienzo de un proceso que, aunque podría tomar varios años, es ya imposible frenar.
El matutino citó a Diego Moya-Ocampos, analista de riesgo económico y político de la firma IHS, basada en Londres, quien dijo que la visita presidencial no significará un cambio drástico en la realidad sociopolítica de la isla, pero sí “marca un antes y un después en las relaciones diplomáticas entre los países”, así como un avance paulatino en varios sectores como el del comercio, turismo e inversiones.
Ciertamente, las concesiones que dio Estados Unidos son mayores que las que cedió Cuba, según el analista, y el gobierno castrista “todavía no ha dado indicios de voluntad en los pedidos de Estados Unidos de dar paso a una democracia, ni tampoco de hacer cambios en materia de derechos humanos y libertades civiles”.
Pero en términos pragmáticos, Moya-Ocampos consideró que habrá medidas como las anunciadas por el Departamento del Tesoro que apuntarán a flexibilizar el embargo y sentarán las bases para el incremento significativo del comercio y la inversión.
El experto hizo notar que desde que se hizo el anuncio del restablecimiento de relaciones entre los países se ha visto un incremento del intercambio y los capitales hacia Cuba.
En todo caso, según el especialista, “los cambios se están haciendo más rápido en Estados Unidos que en La Habana” y basa sus afirmaciones en el hecho de que en EU, quienes desean obtener un permiso para comercializar con la isla lo consiguen sin mayores complicaciones, a través de reglas claras.
No obstante, esto no se replica en territorio cubano, donde un inversionista que desea realizar una operación comercial, “puede encontrarse con un panorama muy diferente, turbio y complicado”.
Y esto se debe a que las autoridades cubanas “todavía no están preparadas para presentar o crear un marco regulatorio y que las cosas están yendo un poco más lento en suelo cubano que en suelo estadounidense, lo que ha confundido a inversionistas no solo americanos sino también a otros que tienen interés de invertir en Cuba”, dijo.
La visita de Obama ha sido evento muy significativo en la historia de ambos países, pero aún falta mucha tinta por correr. Por lo pronto, se ha dicho que los avances, aunque lentos, serán imposibles de parar a mediano plazo.
Sin embargo, más allá de la repercusión histórica, el verdadero impacto de la visita de Barack Obama podrá evaluarse en toda su dimensión en 2 años más, cuando Raúl Castro deje la presidencia o a la muerte de Fidel Castro, el anacrónico dirigente, quien todavía mueve los hilos en Cuba.
GRANOS DE CAFÉ
Los “Panama Papers” -las filtraciones de más de 2,5 millones de terabytes de información, la mayor divulgación de documentos confidenciales de la historia, superando inclusive a los Wikileaks, procedentes de archivos de un bufete jurídico de la nación canalera-, causaron el efecto de un terremoto en todo el mundo, menos en México, donde la inmoralidad política, el cinismo y la corrupción son el pan nuestro de cada día.
En Islandia, una fría isla volcánica de 300 mil habitantes, que se precia no por sus bajas temperaturas, sino por su tradicional “Estado de Bienestar”, el primer ministro David Gunnlaugsson se vio obligado a renunciar debido a que su nombre apareció en la lista de personajes que enviaron na pequeña fortuna para resguardarla en un paraíso fiscal, para evadir al fisco.
En Argentina, el presidente Mauricio Macri fue duramente cuestionado y está sujeto a un fuerte escrutinio y soporta una tormenta de críticas.
Son apenas dos ejemplos de la tormenta que sobrevino para muchos tras la difusión de sus nombres en la controvertida lista de empresarios, políticos y hasta futbolistas y actores que realizaron operaciones sospechosas de lavado de dinero o evasión fiscal por intermedio de la firma panameña.
Pero en México, el paraíso de la impunidad, parece que vivimos “al otro lado del espejo”.
Aquí el titular del Servicio de Administración Tributaria, Aristóteles Núñez, se vio muy sereno y dijo que “no fue ninguna sorpresa” ver a algunos “peces gordos” aparecer en la nómina de personajes que sacaron dinero de México para colocarlo en refugios seguros donde se pagan menos tributos.
Es más, Núñez dijo que no es ilegal depositar dinero en el exterior, incluidos los llamados paraísos fiscales como Las Bahamas o las Islas Seychelles, sino que “ilegal es no pagar los impuestos”.
Inclusive, el funcionario se aventó la puntada de “invitar” a sus ciudadanos con inversiones offshore a repatriar el dinero para evitar sanciones.
El titular del SAT dijo que actualmente México cuenta con un plan que facilita ese retorno sin auditorías ni multas.
Entre los mexicanos de alto perfil que figuran en el polémico elenco figuran la actriz de telenovelas Edith González, los ex contratistas del gobierno Armando Hinojosa, el que le vendió con facilidades la Casa Blanca a la primera dama Angélica Rivera, Amado Yáñez, el encarcelado defraudador de Banamex y ex dueño de “Oceanografía”, así como el narcotraficante Rafael Caro Quintero.
Además, se menciona a Omar Yunes Márquez, el hijo del candidato panista al gobierno del estado de Veracruz, Miguel Ángel Yúnes, y el ex titular de PEMEX, Emilio Lozoya, quienes obviamente negaron tener depósitos en el extranjero.
“Tenemos que revisar de los nombres que son públicos, quiénes de ellos sí pudieron presentar en su declaración anual sus rendimientos, si se acogió al pago anónimo o si puede entrar en el programa de retorno de inversiones que está vigente hasta junio”, dijo el titular del SAT con toda calma, para no asustar a los dueños de los capitales golondrinos.
El funcionario federal admitió que las investigaciones podrían tardar hasta dos años. Es decir, les envío un mensajito de que no les va a pasar nada, que traigan su dinero cuando puedan, siempre que no sea más allá del 2018.
Entre los 11 millones de documentos que obtuvo el diario alemán Süddeutsche Zeitung de la firma panameña Mossack Fonseca, dedicada a la creación de empresas offshore en paraísos fiscales, figuran directivos de las dos grandes cadenas televisivas mexicanas, como Alfonso de Angoitia, director del Comité de Finanzas de Televisa y el dueño de TV Azteca Ricardo Salinas Pliego.
Sin embargo, ninguno de ellos sufre de insomnio porque sabe que en el país de nunca pasa nada, nadie los molestará ni con el pétalo de una auditoría, a menos que fueran un trabajador por su cuenta que gana 20 mil al mes y que olvidó presentar este mes su declaración. Ese sí, que se cuide de los celosos guardianes del SAT…
…En el reacomodo del gabinete legal para dar una nueva dinámica a la segunda parte del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y perfilar a los posibles candidatos a secretarías y subsecretarías de estado en la próxima administración priista, la hasta hoy senadora Mely Romero Celis, se incorporó esta tarde como nueva subsecretaria de Desarrollo Rural, cargo del cual le dio posesión José Calzada Rovirosa, titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
La senadora por Colima -quien obtuvo su escaño con una votación de más de 130 mil votos para el PRI, superando incluso la que obtuvo Enrique Peña Nieto en la entidad-, recientemente se perfiló como aspirante de su partido a la gubernatura de esa entidad.
Su designación naturalmente lleva la bendición de Los Pinos y mucho tiene que ver con la reforma al campo, que discretamente se ha desplegado desde el inicio del sexenio, pero que ha logrado los mejores resultados, como lo prueba el crecimiento sostenido en el valor de la producción agropecuaria y, naturalmente, de las exportaciones no sólo a nuestro mercado natural que es Estados Unidos, sino a países otrora ignorados como China, el gigante asiático y primera potencia global.
En la designación pesaron también muchas cualidades y habilidades políticas de la nueva subsecretaria, de quien se dice tiene amplia experiencia con asociaciones de mujeres, organismos juveniles, organizaciones campesinas, y de pequeños productores, para promover un mejor y más amplio desarrollo sectorial.
Romero Celis ha ocupado diversos cargos en la administración pública federal y naturalmente en el Partido Revolucionario Institucional, donde fue coordinadora del sector juvenil y de profesionistas, además de consejera política estatal del PRI en Colima.
Por supuesto que su trayectoria académica ha contribuido a soportar su carrera política. Es licenciada en Contaduría Pública por la Universidad de Colima; asimismo cursó la licenciatura en Educación Secundaria especializada en matemáticas por la misma universidad; docente en Booker T. Washington Middle School y en el Heritage High School en Nueva York y Maestra en Educación Matemática por la Teachers College, de Columbia University, Nueva York, con beca Fullbright Comexus.
En el Senado, ocupó el cargo de secretaria de la Comisión de Salud y de Desarrollo Municipal. Además, fue integrante de las comisiones de Educación, Comercio y Fomento Industrial, así como de Comunicaciones y Transportes…Sus comentarios envíelos al correo gentesur@hotmail.com