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CAFÉ PARA TODOS

07 Diciembre 2016

ALBERTO CARBOT

+ EL NOMBRAMIENTO DE CARSTENS AL FRENTE DEL BANK FOR INTERNATIONAL SETTLEMENTS  (BIS), UN RECONOCIMIENTO AL TALENTO MEXICANO

+ EL PERIODISTA ARMANDO ROJAS PRESENTARÁ EN CHIAPAS SU NOVELA “LA CONDESA DE LIVADI Y OTROS NAUFRAGIOS”

La sola noticia de que Agustín Carstens, de 58 años, gobernador del Banco de México (Banxico) dejará vacante el despacho que ocupa a partir del 1 de julio de 2017 -en medio de la tempestad que azota a la moneda mexicana tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de hace un mes-, causó gran extrañeza y descalabros en el sistema financiero, sobre todo luego de que hace menos de 3 meses el Senado había aprobado su ratificación por otros 6 años más.

Siendo la gubernatura de Banxico un puesto tan bien remunerado y con tanta influencia en el país, muchos se preguntan por qué decidió renunciar como titular de la máxima autoridad monetaria, que preside desde 2010. Los periodistas le cuestionaron el por qué tomaba una decisión de esta envergadura y si ésta no se debía a supuestos desacuerdos con la secretaría de Hacienda o algunos integrantes del gabinete de Enrique Peña.

Carstens respondió simplemente que no iba a dejar de inmediato su responsabilidad en Banxico y agregó que cuando tome posesión de su nuevo cargo en el Bank for International Settlements o BIS por sus siglas en inglés, con sede en Suiza, espera que la tormenta haya amainado. Y así también lo esperamos todos.

Los corrillos políticos, tan proclives a los chismes de lavadero o a especulaciones sin fundamento real, han hecho mil suposiciones, pero lo único cierto es que encabezar el Banco de Pagos Internacionales -como se le conoce en español al BIS-, conocido como “El Banco de Bancos”, es sin duda un gran reconocimiento al gran trabajo del economista mexicano y para Latinoamérica entera, sobre todo porque por primera vez en sus 86 años de historia, lo encabezará un hombre que proviene de uno de los  países denominados emergentes.

El Bank for International Settlements, que más allá de las fronteras suizas sólo posee 2 oficinas de representación, -una en la Ciudad de México y otra en la Región Administrativa Especial de Hong-Kong-, actúa como banco de los 60 bancos centrales accionistas miembros, encabezados por instituciones de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Bélgica,  Italia y Alemania. Tiene como misión fundamental apoyarlos en la promoción de su estabilidad monetaria y financiera y fomentar la cooperación internacional en dichos ámbitos, para que sus políticas monetarias sean más predecibles y transparentes.

Con maestría y doctorado en Economía por la Universidad de Chicago – donde se dice que fue alumno de Milton Friedman-, el padre del neoliberalismo, y a quien algunos miembros de la izquierda le apodan soterradamente “el jefe de los Chicago Boys”, Carstens fue secretario de Hacienda entre 2006 y 2009 en la gestión del presidente Felipe Calderón.

En 2011 compitió por el cargo de director del Fondo Monetario Internacional contra la entonces ministra francesa de finanzas Christine Lagarde, quien sin embargo lo venció.

Pero Lagarde lo dejó fuera de la contienda no porque fuese más capaz que él -ya que Cartens es ampliamente respetado por la comunidad financiera internacional y los expertos lo consideran un garante de la estabilidad económica de México-, sino que realidad, los analistas creen que su derrota se debió a la costumbre no despojada del todo de tintes racistas y difícil de romper, de que el titular del FMI sea un europeo y porque además el gobierno de Brasil, encabezado por la deshonesta Dilma Rousseff lo vetó para el cargo.

Carstens solía aparecer con frecuencia en los cartones políticos pues su singular figura lo hacían fácilmente parodiable, pero también porque solía formular declaraciones ocurrentes que sabía le harían ganar los titulares. Por ejemplo, antes de las elecciones en Estados Unidos, aseguró que si ganaba Trump México sufriría el impacto de un “huracán categoría 5” y que si lo hacía Hillary, sólo resentiría el golpe de una tormenta tropical.

Aunque en un país de instituciones como México el peso de un personaje no suele contar tanto en el desenvolvimiento cotidiano de la economía o del país en general, lo cierto es que el anuncio de Carstens cimbró los mercados y agregó un ingrediente volátil más a la inestable situación financiera reinante en el país. El dólar de inmediato subió 25 centavos frente al peso y trepó hasta llegar a un nuevo máximo histórico.

LAS VERSIONES SOBRE SU RENUNCIA Y LA FUGA DE 100 MILLONES DE DÓLARES DIARIOS  EN LOS ÚLTIMOS 9 MESES

El presidente Enrique Peña Nieto felicitó a Agustín Carstens por su nombramiento y reconoció su labor al frente del Banco de México. Sin embargo, pese a esa aparente cordialidad, no tardaron en surgir versiones de que su salida se debió a que, aparentemente, ya estaba harto de los choques que había mantenido con las autoridades financieras.

Desde hace tiempo se hablaba de que el Banco de México y la Secretaría de Hacienda “no tenían una muy buena relación”, según recordó el columnista Macario Schettino. El académico afirmó que las divergencias no tendrían que ver con simples discrepancias sino con la forma en que el gobierno llevaba adelante la dirección general de la economía, en la parte que el Banco no controla, pero le afecta, dijo.

“Carstens había insistido varias veces en que las finanzas públicas eran demasiado laxas. Lo hacía porque eso elevaba la vulnerabilidad del sistema financiero, y porque podría repercutir en inflación”, añadió. Sin embargo, dijo que “apenas le hicieron caso, y eso porque las calificadoras ya amenazaron con reducir la calificación”.

El diario Reforma recordó que en el último año, el optimismo de Hacienda sobre el manejo de las finanzas públicas y la economía contrastó en todo momento con el tono más incisivo y crítico de Carstens.

Una prueba palmaria de esas divergencias es que hace unos días Banxico redujo la proyección de crecimiento económico del país para este año, pero las autoridades financieras se rehusaron a seguir su ejemplo.

“Ante el incremento acelerado de la deuda pública en México -alrededor 10 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos cuatro años-, Carstens se erigió como un impulsor de la austeridad y disciplina fiscal en México”, recordó Reforma.

La noticia de su renuncia anticipada, empero llegó en mal momento, pues está en curso una constante fuga de capitales derivada de la incertidumbre por la victoria de Trump en las elecciones del país vecino.

Según el propio Banco de México, salieron a bancos extranjeros 100 millones de dólares por día en los últimos 9 meses. En este período, totalizaron 26 mil 999 millones de dólares en ese período a instituciones financieras fuera del país, la mitad de ellos en el tercer trimestre de este año, según la fuente.

Enrique Quintana, columnista de El Financiero, estima que las especulaciones sobre los motivos de Carstens son “equivocadas en el mejor de los casos y malintencionadas en otros”.

El analista financiero señala que después de investigar los hechos, encontró que en la primera mitad del año el Bank for International Settlements  (BIS) lanzó una convocatoria pública para seleccionar a su nuevo gerente general a través de un anuncio en el periódico “The Economist”, y fijó un plazo para inscribirse hasta fin de junio.

Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y del Consejo del BIS, invitó a Carstens a listarse para aspirar ese puesto éste aceptó contender, aunque se veían muy pocas probabilidades de que fuera electo, debido al antecedente referido de que el número uno del BIS siempre había surgido de naciones desarrolladas.

Hacia fines de octubre, Weidmann volvió a contactar a Carstens para decirle que se estaba generando un consenso en el BIS para que por primera vez en su historia de 86 años el gerente general proviniera de una nación emergente, y que el candidato con más reconocimiento era él. Así se lo hizo saber Carstens al presidente Enrique Peña y al nuevo secretario de Hacienda José Antonio Meade, para que estuvieran enterados de que tenía altas posibilidades de ser electo.

El 1 de diciembre pasado se realizaron las votaciones en el Consejo de Administración del BIS y Carstens obtuvo el cargo. Esa es la versión de Quintana, que por supuesto procede de fuentes altamente confiables, y algunos suponen que es un relato directo del propio gobernador de Banxico.

Sin embargo, no hay que ser mal pensados para creer que Carstens pudo haber dicho finalmente que no, aun cuando se tratara de una propuesta “difícil de rehusar” como según el cliché, suele decirse en películas o series de mafiosos.

Si Carstens estaba a gusto y sabía que se le necesitaba en el país -porque es un hombre a quien pocos se atreven a no responderle una llamada telefónica, y quien tiene los mejores contactos al máximo nivel en el sistema financiero internacional-, entonces no se explica por qué querría irse. Sobre todo, porque está en su país, goza de una reputación envidiable y está cerca de toda su familia.

Es cierto que, como asegura Quintana y otros analistas, el Banxico “ha adquirido la madurez necesaria para poder funcionar sin Carstens desde julio del próximo año”. Y en rigor, esto podría ser verdad, porque se dice que que si hay una institución verdaderamente autónoma, donde funciona el servicio civil de carrera y hay personas muy capacitadas para dirigir la institución, ese es el propio Banxico. La institución se ha esmerado en reclutar y preparar a sus mejores cuadros, a quienes detecta desde que son pasantes universitarios y luego pule con esmero para enfilarlos a los cargos de mayor responsabilidad.

No obstante que la marcha de Banxico está preparada para los momentos delicados actuales -que en realidad no tienen precedente por el atemorizante factor Trump-, la presencia de Carstens es indispensable y un seguro de que las cosas podrían mantenerse a flote si realmente llegase a presentarse un panorama de desastre para la economía.

Llenar los zapatos de Carstens, resultará sin duda una tarea complicada, pero no imposible. Sus malquerientes comentan en son de broma que el aún titular del Banxico prefiere ver desde su oficina los nevados picos de Los Alpes suizos en lugar de la neblina gris-naranja de la contaminación de todos los días en la Ciudad de México.

Sin embargo, el nombramiento de Agustín Carstens al frente del Bank for International Settlements  (BIS), debemos verlo como un reconocimiento de que el talento mexicano tiene cabida en los principales foros del mundo a todos los niveles, una noticia que leída detenidamente opaca, al menos por unos instantes, las primeras planas que consignan los robos, abusos y excesos de los burócratas, policías y políticos de toda laya, que han hecho de la corrupción su forma de vida. ¡Qué triste!

GRANOS DE CAFÉ

…Vivir de la patada es muy digno, pero hacer las cosas “con las patas” sólo denota que el talento físico no necesariamente se vincula con el intelectual. La mejor prueba de ello es el futbolista Cuauhtémoc Blanco, quien se constituyó en ídolo del futbol, pero defraudó dolorosamente como político, al vender en 7 millones de pesos su imagen y persona al Partido Social Demócrata (PSD), propiedad de los hermanos Yáñez Moreno, quienes al pagarle para que aceptara ser su candidato a alcalde de Cuernavaca, aspiraban a conservar el registro como partido local en Morelos y con ello las prerrogativas económicas que reciben.

Grande, sin embargo, fue la sorpresa al ser electo el futbolista, con lo que inició el conflicto político que tiene como rehén a la sociedad de la capital de Morelos.

Independientemente de la ineptitud mostrada por Graco Ramírez como gobernador de esa entidad, el ascenso al poder político del futbolista sólo trajo consigo la agudización de la inseguridad, los secuestros, los asesinatos, el cobro de piso y todos los males salidos de la caja de Pandora, pero igual confirmó que toda sociedad tiene el gobierno que se merece.

Cuauhtémoc Blanco pudo ser un excelente jugador, e incluso convertirse en ídolo, pero de allí a tener la necesaria capacidad intelectual para ejercer funciones de gobierno, hay una abismal distancia, que a diario prueba con sólo abrir la boca.

Es cierto que muchos deportistas han saltado a la política y en algunos casos han probado tener cualidades para ambas tareas. El caso de Pipino Cuevas, es un buen ejemplo de capacidad física, intelectual y moral.

Justo lo contrario ocurre con el “Cuau”, quien -como Raúl “El Ratón” Macías todo se lo debe a su mánager-, el futbolista le pasó el bastón de mando a José Manuel Sanz Rivera, quien fue su manejador en su carrera dentro del balompié y ahora gobierna, según los enterados, detrás del trono.

El conflicto surgido precisamente por el control del gobierno de Cuernavaca entre los hermanos Yáñez Moreno y Sanz Rivera-Cuauhtémoc Blanco, no sólo llevó al divorcio entre ambas partes, a la denuncia pública del pago por la candidatura y a la evidente disputa jurídico-electoral, sino a hacer de la otrora ciudad de la eterna primavera, una de las metrópolis más inseguras del país donde gobernar es sinónimo de negocio que ni los dueños del PSD, ni Cuau y su manejador quieren soltar.

Los tambores que anuncian su salida de la presidencia municipal ya comenzaron a escucharse en la sede el Congreso morelense, que ordenó su remoción. Sin embargo, impulsado por sus consejeros, el balón lo envió Cuauhtémoc hasta el área chica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que deberá resolver si su destitución es o no constitucional. Pero si tuviese vergüenza, Blanco debiese renunciar y el INE proceder penalmente contra la familia Yáñez. Ya basta de tolerar a bandidos y salteadores de la política…

…El periodista chiapaneco Armando Rojas Arévalo, Premio del Certamen Nacional de Periodismo, del Club de Periodistas, y Premio Nacional de Comunicación 2015, de la Fundación Pagés Llergo, presentará en su nueva faceta de escritor su novela “La Condesa de Livadi y otros naufragios”, este miércoles en Arriaga, Chiapas a invitación de la corresponsalía del Ateneo de Cultura, y el viernes –día 9- en el centro cultural “La Enseñanza” de San Cristóbal de las Casas, con los auspicios del colectivo de narradores “Al sur de la palabra”.

En Arriaga, la presentación será a las 7 de la noche, en el foro-sede del Ateneo de Cultura, el cual preside el doctor Julio Cisneros, quien fungirá como moderador. En San Cristóbal de las Casas los presentadores serán los escritores Oscar Palacios y Efrén Camposeco.

Previo a la presentación, en el marco del evento, el grupo “Los Jinetes del Rock” ofrecerá un concierto con melodías de ese ritmo de los años sesenta.

La novela de Rojas Arévalo está coeditada por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, y la editorial “Mar y Tierra”…Sus comentarios envíelos al correo gentesur@hotmail.com

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