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CAFÉ PARA TODOS

24 Mayo 2017.

ALBERTO CARBOT

* CONTROVERSIA POR LA CONTAMINACIÓN; MANCERA-PACCHIANO, UNA PELEA EN LA QUE PERDEMOS TODOS

* A AGUSTÍN MIRANDA MENESES, UN HUACHICOLERO, DELFINA GÓMEZ, LA CANDIDATA DE MORENA, LO HIZO DIRECTOR DE SEGURIDAD PÚBLICA EN TEXCOCO                                               

Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la ciudad de México, mantiene su desacuerdo con el titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Guillermo Haro Bélchez, pero en particular con el secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano Alamán, a propósito de las medidas de contingencia ambiental adoptadas en estos días en que la megalópolis ha estado castigada por los altos niveles de ozono.

Por supuesto que ambas partes esgrimen sus argumentos, pero lo que nos queda absolutamente claro, es que se está utilizando con fines políticos un tema delicado, como es el del aire tóxico en la atmósfera capitalina.

Haro y Pacchiano insisten en que sólo quieren colaborar con el gobierno de la ciudad de México para resolver el problema ambiental -y de hecho han intentado evitar declaraciones estrambóticas o polémicas-, pero esa sólo es una bofetada con guante blanco, porque la pelea se da bajo la mesa e incluye golpes bajos.

Miguel Ángel Mancera, fiel a su naturaleza, ha sido menos diplomático y tampoco se queda atrás su secretaria del Medio Ambiente Tanya Muller, quien también ha querido convencer de que la capital mexicana sigue siendo “la región más transparente” de la que hablaba Alfonso Reyes. “Viajero, has llegado a la región más transparente del aire”, iniciaba en su libro Visión de Anáhuac.

De hecho, Muller presumió hace unos días en que la ciudad de México tiene un aire más limpio que el de cualquier ciudad de China y difundió una foto en la que se ve el Valle de México recortado por un cielo azul turquesa.

Además, Mancera ratificó este enfoque al retratarse junto a su secretario de Salud, Armando Ahued, corriendo despreocupados por las calles de la ciudad de México.

Ambas fotos envían un mensaje inequívoco: el gobierno de la Ciudad de México discrepa totalmente con la idea preconizada por las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente en el sentido de que la capital y sus alrededores figuran entre las más contaminadas del mundo.

MONTERREY Y TOLUCA, REGISTRAN PEORES NIVELES DE CONTAMINACIÓN QUE LA CIUDAD DE MÉXICO

Las autoridades capitalinas en parte tienen razón, pues según un informe difundido el año pasado por la Organización Mundial de la Salud, el ranking de las urbes con la peor calidad del aire en el país lo encabezan Monterrey, luego Toluca, después Salamanca y León, y finalmente Irapuato y Silao. La Ciudad de México viene después, y se ubica en el 7º sitio.

El informe de la OMS, que recoge datos de casi 3 mil concentraciones humanas alrededor del mundo, revela que esas ciudades registran niveles más altos de partículas 2.5 y 10 que conllevan riesgos a la salud que van desde mayores casos de asma, hasta cáncer de pulmón: nitratos, sulfatos, y carbón negro.

Eso explica por qué la secretaria Tanya Muller fue tan criticada cuando subió a Internet una foto que más parecía arrancada de una guía turística, porque si bien estos primeros meses la capital ha llegado a lucir un cielo azul, la mayor parte del tiempo basta con levantar la vista para observar una espesa nata grisácea cubriendo el horizonte.

Sobre Monterrey, el estudio del organismo, llamado Global Urban Ambient Air Pollution Database, señala que registra el doble de partículas PM10 respecto a la Ciudad de México. Esto por supuesto no quiere decir que el gobierno capitalino se cruce de brazos y salga a la calle a celebrar que se está mejor.

Y puede ser que la OMS proclame a la capital mexicana como la séptima -y ya no como la primera urbe más contaminada en el país-, pero la mayoría de los ciudadanos en la metrópoli sigue pensando que el aire es tan malo en la Ciudad de México, que nos está matando lentamente.

Además, resulta políticamente incorrecto que Miguel Ángel Mancera utilice estas cifras para su disputa política con Pacchiano Alamán, porque en el fondo lo único que revela es que sus relaciones con el presidente Enrique Peña ya no son tan cordiales, y que -en vez de cabildear y presionar por la vía política con apoyo de su partido, sus diputados en el Congreso y sus asambleístas-, ha optado por la disputa frontal, en un tema donde la percepción mata a la realidad.

Mancera solía decir que su relación con el presidente era de “interacción y diálogo” y presumía de mantener vínculos institucionales y productivos con el jefe del Ejecutivo. Hay tiempos, hay espacios, donde tendrá que haber coordinación y nosotros vamos a ser respetuosos de eso, afirmaba Mancera.

Pero ahora que el jefe de gobierno de la capital está cargo de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), resulta que ha decidido mantenerse políticamente distante del gobierno de Peña Nieto y de sus funcionarios e incluso beligerante con el tema de la contingencia ambiental.

Quizá se trata de un divorcio estratégico, pues Mancera está ya desde hace meses preparando su lanzamiento como candidato presidencial, aunque todavía se ignora si lo hará como independiente o cobijado por el PRD.

Y ahora que el gobierno federal y local se supone que tienen que marchar de la mano para enfrentar el problema de la contaminación -que suele ser cíclico y afectar a la megalópolis principalmente durante la temporada de calor-, la oportunidad se convirtió en única para el jefe de Gobierno capitalino, para dejar constancia pública que ya no está alineado en la misma órbita que Peña Nieto.

Sin embargo, el problema estriba en que probablemente los ciudadanos reciban el mensaje equivocado, porque a muchos da la impresión que el jefe de gobierno no quiere cooperar con el gobierno federal y por tanto no se empeña en combatir el problema como lo hacía antes.

En términos académicos, Mancera es un hombre más preparado que Peña y tiene una experiencia innegable. Hace cinco años, ganó las elecciones con el 60 por ciento de los votos. Su habilidad política fue tal que -pactando con Peña Nieto-, consiguió hacer a un lado a Marcelo Ebrard para evitar que se interpusiera en su camino hacia la candidatura presidencial.

Para deshacerse de Ebrard -quien se tuvo que marchar del país en un virtual destierro, debido al escándalo de la Línea 12 del Metro-, el jefe de Gobierno recurrió a mil y un artificios, lo que demuestra que también es una figura ya curtida en las artes de la política ruda.

Ahora sin embargo, parece que Mancera ya no es ese fajador estelar que fue en sus inicios.

La pelea con Peña y el secretario Pacchiano por el tema de la contaminación, podría convertirse finalmente en un arma de dos filos: o gana popularidad o quedará muy débil rumbo al 2018. Pero en ambos casos, los habitantes de la ciudad de México seguramente saldrán perdiendo.

GRANOS DE CAFÉ

Es innegable que todos y cada uno de los aspirantes a gobernar el Estado de México ocultan hechos vergonzosos en sus gestiones públicas, por decir lo menos, pero ninguno como Delfina Gómez -candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México-, quien presume un halo de pureza que quiere equiparar al de su jefe político Andrés Manuel López Obrador.

Lo grave no es presumir virtudes y lanzar lodo a los oponentes. Lo condenable es la cauda de irresponsabilidades, que en otras circunstancias ameritaría que rindiese declaración judicial, por estar involucrada directa o indirectamente en hechos que tienen que ver con la delincuencia organizada.

La última y más reciente revelación no es menos preocupante. Resulta que Agustín Miranda Meneses -su jefe de policía como alcaldesa de Texcoco-, otorgaba protección a una peligrosa banda de “huachicoleros”, ladrones de gasolina de los ductos de Pemex.

Miranda Meneses, resultó además tío de Higinio Martínez -el padrino político de la hoy aspirante a gobernador-, y en 2012 ella lo designó como titular de la Dirección de Seguridad Pública de Texcoco.

De acuerdo con un primer análisis, la llegada de Agustín Miranda al frente de la Dirección de Seguridad Pública de Texcoco, coincide con el considerable aumento en el municipio de robo de combustible a Petróleos Mexicanos (Pemex).

Con base en informes de la unidad de transparencia de Petróleos Mexicanos -dados a conocer por el portal “UnoTV”-, durante la administración de Delfina Gómez, el robo de hidrocarburos en Texcoco, aumentó hasta en 84 mil 454 por ciento.

Los datos de Pemex son elocuentes. En 2012, cuando Delfina Gómez asumió la presidencia municipal, el robo de combustibles era de 700 litros de diesel y gasolina. Un año después, durante su gestión, éste se disparó a  436 mil, 141 litros. Al final de su trienio de gobierno, en 2014, el robo alcanzó su pico con 591 mil 880 litros. Sí, más de medio millón de litros.

Curiosamente, fue a partir de la salida de Delfina Gómez, que el robo de combustibles nuevamente disminuyó como por arte de magia, a grado tal, que el año pasado sólo llegó a 25 mil 403 litros.

Lo triste es que hasta hoy, seguramente con motivos evidentemente políticos, se haya dado a conocer la protección que el gobierno de Texcoco brindaba a las bandas de “huachicoleros”, ya que la policía de Delfina fue descubierta desde 2013 por elementos policiacos del municipio vecino de Tepetlaoxtoc, quienes sorprendieron a los elementos de seguridad encabezados por su protegido Miranda Meneses, durante la ordeña a los ductos de Pemex.

Y ya que la corrupción ha dominado las primeras planas de los medios informativos, no podemos soslayar la desafortunada declaración  del diputado federal perredista Luis Maldonado Venegas, quien aseguró que “probablemente no tengamos la capacidad de acabar con la corrupción. Quienes sugieren que pueden y lo van hacer de manera mágica o través de un decreto, me parece que es una oferta demagógica, pero lo que sí podemos es terminar con la impunidad”, dijo.

Esa visión limitada de las cualidades y valores de los mexicanos, coinciden con las de Virgilio Andrade Martínez, ex secretario de la Función Pública, quien, al igual que el legislador, consideraba que la corrupción es endémica, cultural e imposible de erradicar…

…De la mar de infaustas y penosas noticias que a diario colman los espacios informativos, hoy conocimos una muy buena nota. El Programa de Desarme Voluntario -que forma parte de uno de los 8 ejes centrales de la política social capitalina-, fue elevado a rango de ley por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, que en breve será de la Ciudad de México, para ser congruente con la flamante constitución de los capitalinos.

Esto se logró -hay que decirlo-, por la eficaz gestión política que el doctor José Ramón Amieva, secretario de Desarrollo Social, realizó entre los legisladores para lograr este cometido. Esto dice mucho de su capacidad política de concertación, ya que seguramente no fue sencillo convencer a los 39 diputados que votaron para convertir en Ley el Programa.

El mismo Amieva, fue contundente en su exposición de motivos: Un arma fue diseñada para causar daño…Sus comentarios envíelos al correo gentesur@hotmail.com

 

 

 

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