15 Octubre 2014
ALBERTO CARBOT
EL GOBERNADOR DE GUERRERO SE NIEGA A IRSE Y EL CONFLICTO AMENAZA CON ESCALAR
YOLOXÓCHITL BUSTAMANTE FINALMENTE TENÍA RAZÓN. EL MOVIMIENTO POLITÉCNICO CONTROLADO POR EMISARIOS DE LÓPEZ OBRADOR
Quienes creen que el PRD es una mala copia del PRI están quizá en lo cierto. No sólo imitó sus artimañas -y en algunos casos las superó-, sino también es más aferrado al poder, a pesar de que sabe que no le asiste la razón y corre el riesgo de ver mermado aún más su apoyo popular.
En el caso del conflicto de Guerrero, el gobernador Ángel Aguirre Rivero insiste en mantenerse en el cargo. Sin embargo, recordemos que por la matanza de Aguas Blancas -algo de menos impacto mediático que la actual tragedia-, tuvo que renunciar el gobernador Rubén Figueroa Alcocer.
Aquel aciago 28 de junio de 1995, un convoy de integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, fue atacado en el paraje de ese nombre, en la región de Costa Grande de Guerrero y 17 de ellos fueron asesinados por la policía estatal motorizada.
El 28 de junio pasado, al recordarse 19 años de esa infausta efeméride, un millar de personas marcharon desde la comunidad de Aguas Blancas hacia el vado del mismo nombre.
Al grito de “¡28 de junio no se olvida, es de lucha combativa!”, integrantes de organizaciones sociales exigieron castigo a los responsables de los asesinatos, entre ellos al ex gobernador Figueroa Alcocer.
Además, exigieron la libertad de los presos políticos y el esclarecimiento de los crímenes y lamentaron la impunidad que impera en Guerrero, donde 13 dirigentes de organizaciones sociales han sido asesinados en la administración de Aguirre.
Es decir, el mandatario actual se escuda en el hecho comprobado de que masacres de esta naturaleza quedan impunes y nunca llegan a aclararse completamente.
El conflicto actual amenaza con escalar, a medida de que Aguirre se aferra al poder y no entiende el clamor popular que le dice que por dignidad -y un sentido muy elemental del decoro-, debiera dejar el cargo para permitir el desarrollo de las investigaciones.
Este lunes hubo violentas protestas en Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, donde fue incendiada una caseta de policía del Congreso y fueron obstruidos los accesos a la sede legislativa y el Palacio de Gobierno.
Alumnos de la escuela Normal para Maestros de Ayotzinapa rompieron vidrios y también prendieron fuego a un salón de la sede donde despacha Aguirre Rivero. Exigen que los desaparecidos sean presentados con vida y la renuncia del mandatario.
“Nadie sale ni entra a este lugar hasta que nos regresen vivos a nuestros compañeros”, dijeron los manifestantes. Algunos empleados y funcionarios lograron salir de las instalaciones, pero otros permanecieron retenidos en sus oficinas por varias horas. Luego se produjeron enfrentamientos con tubos y piedras, entre los manifestantes y agentes antimotines.
Por ahora sigue en el misterio el paradero de los estudiantes a pesar de que la versión de que sus cuerpos habrían sido hallados en 9 fosas clandestinas del cerro La Parota, cobra cada vez más forma, aunque los análisis forenses tardarán todavía varias semanas.
Según los testimonios, después de que los agentes municipales balearon a los estudiantes, se llevaron a varias decenas de ellos a un sitio desconocido y los habrían asesinado. De 58 estudiantes desaparecidos, sólo aparecieron 15 que se habían ocultado e incluso habían solicitado ayuda en un hospital local.
Hay 28 cuerpos hallados en las 9 fosas, quizá más, en espera de ser identificados, con apoyo inclusive del Equipo Argentino de Antropología Forense, una organización sin fines de lucro, y referente mundial para este tipo de casos por su enfoque humanitario y su respeto a los derechos de las víctimas.
LA VIOLENCIA DE QUIENES SUPUESTAMENTE CLAMAN UN ALTO A ESTE TIPO DE ACCIONES
En lugar de que las cosas se aclaren, cada vez se vuelven más confusas, en medio de versiones de que el gobernador Aguirre y el Procurador General de la República Jesús Murillo Karam mantienen un enfrentamiento, que se volvió público el domingo pasado, cuando el primero dijo que no todos los cadáveres eran de desaparecidos y el segundo dijo que desconocía en qué se basaba el mandatario para hacer esa afirmación.
La violencia de los compañeros de los desaparecidos y de los grupos radicales que los apoyan, crece cada vez más.
Este lunes, antes del mediodía, unos 200 estudiantes de Ayotzinapa, iniciaron los disturbios cuando tras arribar -a bordo de tres autobuses en la zona del Palacio de Gobierno y del Congreso, con el rostro cubierto con pañuelos-, arrojaron petardos, rompieron vidrios y colocaron barreras con vehículos para impedir la salida de las personas, utilizando también cadenas y candados.
Los violentos incidentes surgieron cuando en el Congreso se llevaba a cabo una ceremonia para entregar la Medalla Eduardo Neri a la ex legisladora Guadalupe Gómez Maganda, la cual fue interrumpida. Los enfrentamientos cesaron luego, pero los manifestantes se instalaron en un plantón permanente en las inmediaciones del Congreso.
Nadie sabe a dónde conducirá este conflicto mientras persista la negativa del PRD y del gobernador en mantenerse aferrado a la silla.
Y para colmo, el presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete, todavía se atreve a señalar que las políticas aplicadas por el gobierno han sido insuficientes para enfrentar la inseguridad y que en el caso de Guerrero “el clima social es de una enorme indignación que nosotros acompañamos”.
El flamante dirigente asegura que “todos los instrumentos del Estado Mexicano y del gobierno de Guerrero deben centrarse en la localización de los muchachos, en la investigación de lo acontecido y en fincar responsabilidades. Más tarde el gobierno federal en concluir su investigación y en fincar responsabilidades, más tensión social se genera en el país y en Guerrero”, afirmó.
A eso habría que señalar que entre más se tarde Aguirre Rivero en renunciar, más tensión habrá y más riesgo de que se desboquen los ánimos.
Hacen falta todavía más que las ridículas propuestas perredistas de “impulsar una iniciativa para que formalmente se conforme una comisión que aporte entre otras cosas, herramientas para combatir el grave fenómeno de la infiltración de la delincuencia organizada en la política, especialmente en la parte más frágil que son los gobiernos municipales”, como lo plantea Navarrete.
Realmente no se entienden los argumentos esgrimidos por el perredismo para seguir brindándole apoyo al mandatario e inclusive respaldar esa propuesta falaz de convocar a una consulta popular para saber si debe quedarse en el puesto o renunciar.
Como se sabe, Navarrete inclusive condicionó la renuncia de Aguirre a que hagan lo propio los gobernadores de Tamaulipas y del estado de México.
Ciertamente, lo que menos les importa a los perredistas son los muertos, porque el poder es algo que ven como irrenunciable, no como una oportunidad de servir.
No parecen estos izquierdistas herederos de Lázaro Cárdenas o de figuras históricas de los Flores Magón, sino de las figuras más impresentables de la mal llamada “izquierda”.
Se les olvida que quizá la matanza de Iguala sea algo equivalente a la masacre de Tlatelolco y que Aguirre Rivero podría pasar a la historia como la segunda parte de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, aquellos mandatarios que son la némesis del partido del sol azteca o cuando menos solían ser pero ahora son su alter ego.
Además, la permanencia del gobernador equivale a encargar la investigación de los desaparecidos precisamente a quien mantuvo lazos muy estrechos con ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, quien hasta hoy se presume como el autor intelectual de este trágico episodio.
GRANOS DE CAFÉ
La coerción que operadores políticos profesionales de “izquierda” ejercieron sobre la Secretaría de Gobernación para obtener respuestas favorables a las demandas de los estudiantes politécnico, muestra la capacidad de control que ya tiene Morena sobre los movimientos sociales y dimensiona, desde ahora, la fuerza política que alcanzará en las elecciones intermedias del próximo año en que estarán en juego la gubernatura de 9 estados, 500 diputaciones federales y 641 locales en 17 Estados de la República.
Tenía razón la ex directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante, cuando advirtió que en el movimiento politécnico se habían infiltrado fuerzas pertenecientes al Movimiento de Renovación Nacional (Morena) de Andrés Manuel López Obrador.
Este “ensayo” de sus fuerzas vivas, permitió ya al tabasqueño, medir la capacidad de respuesta del gobierno federal frente a un conflicto que hábilmente escaló, al posesionarse del control de la Asamblea General Politécnica con 3 de los principales líderes del movimiento parista y que operan desde un cubículo en la unidad Zacatenco de esa institución educativa que este lunes cumple 20 días sin clases.
Se trata de Ubaldo Oropeza Meneses, Adrián Alvarado y Ricardo Che, quienes junto con Daniel Antonio Rosales, vocero de la Asamblea General Politécnica (AGP), mantienen control sobre Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico–Comité en Defensa de la Educación Pública (CLEP-CEDEP), bloque perteneciente al ala de paristas radicales dentro de la AGP.
Estos mismos “estudiantes” son quienes cada año organizan el movimiento de los rechazados de la UNAM y el propio Politécnico, a través del Movimiento de Estudiantes no Aceptados (Mena).
Es obvio que López Obrador se anotó un punto muy importante al crecer de tres a 10 las demandas de los politécnicos y “arrancarle” al gobierno federal la aprobación de las 10 demandas incluida la potestad de que sean ellos, presuntamente los politécnicos -docentes y estudiantes-, los que designen al nuevo director general de la institución, además de hacer “autónoma” a esta institución.
Lo lamentable es que, como están las cosas, seguramente serán los leales al López Obrador y su Morena, los que se adueñen de esta institución educativa y la conviertan -como en el caso de muchos otros movimientos sociales y sindicalistas contestatarios-, en parte de su coto de poder.
Pero eso no es lo peor. Lo infame son los ínfimos niveles de aprovechamiento de las instituciones que se adueñan y donde la grilla y la “militancia” ciega son lo primero. Si no, que se den una vuelta por la universidad patito del Gobierno del Distrito Federal, donde miles de jóvenes pierden lastimosamente su tiempo.
Si Morena se logra adueñar del IPN, desde hoy vayámosle diciendo adiós a la institución modelo, que por décadas ha sido el orgullo de talentosos estudiantes mexicanos con proyección internacional…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com