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CAFÉ PARA TODOS

04 Marzo 2015.

ALBERTO CARBOT

* LA CAÍDA DE SERVANDO GÓMEZ MARTÍNEZ; SU ARRESTO, UN INTENSO ESFUERZO DESARROLLADO POR LA FEDERACIÓN.

* RAÚL ANGUIANO, VÍCTIMA DE LA INGRATITUD Y LA NEGLIGENCIA OFICIAL. 

El arresto de jefe del cártel de Los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, culmina un intenso esfuerzo de la Federación que reviste sobre todo efectos simbólicos, pero que difícilmente pondrá término a la crisis de seguridad que todavía afecta a Michoacán.

En realidad, este escurridizo jefe mafioso era ya un hombre obligado a andar a salto de mata, escondido en cuevas y madrigueras, cuya organización se hallaba casi totalmente desmantelada.

Parte de la estructura de Los Templarios se fragmentó para formar pequeñas pero peligrosas bandas como “Los Viagras” o se sumó a organizaciones fuertes que estaban del lado contrario como Jalisco Nueva Generación.

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El efecto mediático que provocó la captura de “La Tuta”, sin embargo, se explica porque era el único que faltaba de la plana mayor de Los Templarios y porque podría beneficiar en términos electorales al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las actuales campañas.

De alguna forma, la Policía Federal tenía que coronar con éxito su búsqueda, porque precisamente a “La Tuta” se atribuye el secuestro y posterior asesinato de 12 policías federales en julio de 2009.

El presidente Enrique Peña Nieto refirió en su cuenta de Twitter, que su captura es resultado de meses de investigación y del intenso trabajo de inteligencia de las instituciones de seguridad.

“Con esta detención, se fortalece el Estado de Derecho en el país y seguimos avanzando hacia un México en paz”, afirmó el mandatario quien felicitó al Ejército, la Marina, la fiscalía y los cuerpos de seguridad que participaron en el operativo.

La captura de “La Tuta” y de uno de sus familiares, ocurrió a las 3 horas del pasado viernes sin que fuera necesario realizar un sólo disparo en un barrio de la zona rural de la periferia de Morelia, donde el criminal acababa de comer unos “hot dogs” y se hallaba a punto de irse a dormir, cuando llegó la policía.

“No reclamó, no hizo nada por evitar su captura; estaba cenando”, se dijo en los primeros informes de la policía, la cual se sorprendió de  hallarlo en un lugar público de una zona urbana después de buscarlo en lugares inhóspitos de la Tierra Caliente, su bastión cerca de las costas del Pacífico.

El criminal -por quien la Procuraduría General ofrecía 30 millones de pesos de recompensa-, era ya sólo una mera caricatura de cómo había sido en sus buenos tiempos, cuando supervisaba personalmente la recolección de cargamentos de cocaína, cristal y marihuana, que tenían como destino la frontera con Estados Unidos.

El hombre cobró fama por difundir videos a través de Youtube, donde presentó videos de reuniones con poderosos dirigentes políticos de Michoacán y periodistas a quienes le daba trato de subordinados y les exigía colaborar con su empresa criminal.

“La Tuta”, de hecho, era el único que quedaba vivo o libre tras el arresto de otros jefes del cártel como Nazario Moreno “El Chayo”, o Enrique Plancarte “El Quique”, quienes murieron en enfrentamientos con fuerzas federales en 2014, o Jesús Méndez, “El Chango”, detenido en 2011.

Los Caballeros Templarios surgieron de una escisión de “La Familia Michoacana” y mantenía asolada a una amplia zona de Michoacán, principalmente por exigir extorsiones y traficar con mineral de hierro.

Entre otros personajes con los que apareció en video “La Tuta” y a quienes arruinó su carrera política, figuran Jesús Reyna, secretario de Gobierno de Michoacán, ahora preso, y Rodrigo Vallejo, el hijo del ex gobernador Fausto Vallejo, quien también debió renunciar.

El 2 de febrero pasado anunció que dejaría de difundir videos y que tomaría previsiones para evitar su detención, sabiendo que la justicia lo seguía muy de cerca.

El gobierno mexicano había señalado que la detención de Gómez Martínez era una prioridad, pero también decía que su imperio quedó drásticamente disminuido, desde que hace un año fue lanzado un vasto operativo policiaco militar en Michoacán. En mayo pasado fueron desmovilizados los grupos de autodefensa creados para hacer frente a “Los Caballero Templarios”.

UN HOMBRE EXTREMADAMENTE VIOLENTO, QUE DISFRUTABA TORTURAR A SUS VÍCTIMAS

Maestro de escuela, de 49 años, era un hombre poderoso y mediático, encargado de tejer fuertes lazos de complicidad con el gobierno y las comunidades de Michoacán.

Algunos lo describían como un hombre “violento, cínico, sanguinario y capaz de ordenar deshacerse de sus enemigos a sangre fría” y quien disfrutaba de torturar a sus víctimas antes de asesinarlas.

No obstante, en su compleja personalidad también hallaba cabida una persona que solía ser paternal y daba consejos a sus subalternos, para ayudarlos y promovía el establecimiento de grupos de apoyo para jóvenes con problemas de adicciones.

Egresado de una normal rural, siempre vestido en forma sencilla y con una gorra en la cabeza para ocultar su enorme calva, “La Tuta”, también  apodado “El Profe”, era aficionado a las peleas de gallos, la música de banda y la lectura del tarot, y tenía una gran capacidad para convencer a las personas de unirse a sus actividades criminales.

Solía aparecer siempre rodeado de hombres fuertemente armados, de aspecto temible, en sus reuniones videograbadas con alcaldes, funcionarios y figuras de poder de Michoacán.

Los columnistas políticos solían bromear sobre la “Tutoteca” o videoteca de que disponía, que era la envidia de cualquier servicio de espionaje y apostaban sobre quién sería el siguiente en caer en desgracia, al aparecer a su lado en algún video.

Hasta el inicio de 2010, el capo todavía mantenía una plaza de maestro de escuela pública. Sin embargo -según su hermano Felipe-, desde 2001 había comenzado su exitosa carrera delictiva como miembro del Cártel del Golfo, que mantuvo una guerra a muerte con la banda de los Beltrán Leyva, y en 2006 fue señalado como uno de los fundadores de “La Familia Michoacana”.

En 2011 tras pelearse con Jesús Méndez, “El Chango”, jefe de esta agrupación, creó “Los Caballeros Templarios”.

Quienes conocen del tema, afirman que lamentablemente su arresto no resuelve los problemas de violencia en Michoacán y sus alrededores.

Eduardo Guerrero, consultor en seguridad pública, afirmó que  los vacíos que están dejando “Los Caballeros Templarios” están siendo ocupados por organizaciones mayores (como el cártel Jalisco Nueva Generación) y otras más pequeñas (como Los Viagras).

Alejandro Hope, investigador en temas criminales, indicó que la detención de Gómez, “tiene un valor simbólico, porque el problema ya no son “Los Caballeros Templarios” sino la proliferación de grupos armados irregulares, la fragmentación y creación de grupos criminales de medio pico y la fragilidad institucional que sigue presente en el Michoacán, expuso. Esa es la realidad.

GRANOS DE CAFÉ

La política cultural en México parece estar a la deriva cuando los artistas y otros creadores no reciben la promoción y la honra que merecen y son víctimas de la ingratitud y negligencia, dos deplorables actitudes.

Así parece estar ocurriendo actualmente con las autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) que ha montado una excelente muestra con reproducciones de las obras más destacadas de tres grandes de la pintura italiana, Rafael, Leonardo y Caravaggio, pero en cambio a un pintor mexicano como Raúl Anguiano no le ha dado el trato que se le merece.

Al cumplirse el centenario de su nacimiento, se esperaba que hubiera grandes eventos en su memoria, pero hasta hoy, esta efeméride parece sólo importarle a su viuda Brigita Liepins y a un reducido grupo de organizaciones culturales de provincia.

Recientemente, la infatigable mujer editó con recursos propios el libro de la investigadora Dina Comisarenco Mirkin, “Las cuatro estaciones del muralismo de Raúl Anguiano”, una edición bilingüe sobre sus obras, incluyendo las desaparecidas o destruidas, como lo consignamos en este número de nuestra revista.

En su momento, la administración del presidente Felipe Calderón, se comprometió a exhibir en exposición permanente, en una sala del Palacio Nacional, las obras donadas para tal fin por Brigita Anguiano, que hasta hoy desafortundamante se mantienen almacenadas en una bodega.

De nada han servido los reclamos y la insistencia de su viuda para que se les saque de ese sitio para exhibirlos públicamente, ni siquiera ahora que se cumplen 100 años del natalicio del artista, que hubiera sido una buena oportunidad para hacerlo.

Pero no sólo el gobierno federal ha incumplido sus promesas, sino también el capitalino. Marcelo Ebrard, ex jefe de Gobierno, cuando era candidato, prometió que establecería el Museo Anguiano en las instalaciones del Centro Escolar Revolución. Sin embargo, cuando llegó al poder se olvidó de su compromiso.

Ante la iregular situación que prevalece, Brigita Anguiano ha intentado recuperar la obra donada, que consta de 35 cuadros, pero al parecer esto es imposible, sin contar que todas las gestiones deben transitar por laberintos burocráticos imposibles de recorrer.

En este esfuerzo por reivindicar la importancia de la obra de su esposo, ella no está sola. La acompañan diversas voces del mundo cultural, como la del escritor René Avilés Fabila, quien considera que Anguiano “desciende de las grandes y rigurosas tradiciones de los mejores artistas plásticos de la humanidad” y por ello se pregunta “¿Y el museo Anguiano?”.

Para Avilés Fabila, su viuda, ahora demanda lo justo: el homenaje que su obra requiere y el digno museo donde debe estar.

En Gentesur nos sumamos al reclamo para pedir que se le otorgue el lugar que merece, en el podio de los grandes pintores del siglo XX.

No se entiende cómo el gobierno federal se ha olvidado de una figura de la talla de Raúl Anguiano.

El centenario de su natalicio hubiera sido el momento idóneo para habilitar un espacio donde pudieran verse esas bellas obras creadas con su genio, como ya lo hay en su natal Jalisco, donde por cierto se montará a mediados de marzo, en Guadalajara, la muestra “Viaje a Bonampak”. Hasta el Centro Cultural Tijuana tiene programado presentar el libro Las cuatro estaciones del muralismo de Raúl Anguiano.

Si algo puede subrayarse en descarga de este vergonzoso episodio de negligencia oficial, es la discreta participación del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que de último momento se sumó al centenario, lo cual no es suficiente para un hombre de la estatura de Raúl Anguiano. Es hora de darle el lugar que se merece…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com

 

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