15 de abril de 2015
Alberto Carbot
+ MÉXICO DEBE HACER A UN LADO LA DIPLOMACIA DEL AVESTRUZ Y RECUPERAR SU PRESTIGIO INTERNACIONAL
+ LOS DIPUTADOS APROBARON LA TRANSPARENCIA DE GASTOS, PERO PARA LA PRÓXIMA LEGISLATURA
Desde que se inició el sexenio, muchas cosas han cambiado con el regreso del PRI al gobierno. La oposición insiste en que hubo una restauración. Otros críticos señalan que se trata de un partido “recargado”, es decir, una nueva versión del tricolor.
Al presidente Enrique Peña Nieto se le pueden reprochar muchas cosas, pero no que haya dejado inmóvil al país, como sí ocurrió con sus antecesores Vicente Fox y Felipe Calderón.
“Mover a México” es el lema del actual régimen y por supuesto que lo ha movido, pues efectuó las más audaces reformas sobre todo económicas y financieras en varios lustros. Por ejemplo, hubo varias reformas: laboral, educativa, financiera, energética, telecomunicaciones y tributaria, pero lamentablemente éstas se vieron opacadas por una extraña combinación de circunstancias internas y externas.
En el aspecto interno, destaca la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa el 26 de septiembre del año pasado y la matanza de 22 presuntos delincuentes en Tlatlaya, estado de México, el 30 de junio, por la que fueron detenidos 7 militares.
Ambos casos generaron un amplio revuelo, sobre todo internacional, entre organizaciones defensoras de derechos humanos y provocaron un amplio debate en torno al tema de las ejecuciones extrajudiciales en el país y los desaparecidos. Recientemente también se generó una polémica por un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el cual se acusó a México de tortura generalizada por parte de un relator que se ocupa del tema, que fue rechazado por las autoridades mexicanas.
El otro aspecto externo que ha erosionado la imagen de México y ha opacado las reformas promovidas por Peña Nieto, es la caída de los precios del petróleo, que han obligado a reformular los planes de apertura de la explotación de energía en el país.
El desplome de los precios de los hidrocarburos -que cayeron desde junio del año pasado hasta la fecha más del 60 por ciento-, causó una devaluación del peso que amenaza con frustrar muchos de los planes de Peña Nieto.
Ya a fines de enero pasado, el mandatario anunció un recorte del gasto público por unos 8 mil 500 millones de dólares (el 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto) y el año que entra se ha dicho que habrá un recorte ligeramente más elevado.
Esto significa mucho en términos de creación de empleos, obra pública -se tuvieron que suspender varios proyectos ferroviarios y de infraestructura carretera- y por supuesto también es una jugada que no suele aconsejarse en vísperas de elecciones, pero el gobierno ha tenido que hacerlo porque los ingresos tributarios se han reducido drásticamente.
Pero otro de los temas en los cuales ha habido un cambio en este gobierno es el de la diplomacia. La política exterior mexicana solía ser uno de los timbres de orgullo de los gobiernos emanados del viejo PRI.
Hoy no se puede decir lo mismo. La diplomacia se encuentra en retirada y México ha preferido aparentemente seguir la política del avestruz, enterrando la cabeza para no ver lo que sucede a su alrededor y desentenderse de lo que ocurre en su entorno.
Ante temas como Cuba y Venezuela, México ha decidido evitar jugar roles protagónicos y se ha replegado. No quiere hacer ruido y prefiere permanecer cauteloso.
Algunos analistas han cuestionado que Peña Nieto haya desperdiciado la oportunidad de jugar un rol importante en el deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, anunciado en diciembre pasado.
Ahora, en la reciente Cumbre de las Américas, se perdió otra vez la ocasión de jugar un rol más proactivo sobre el tema.
El ex canciller Jorge Castañeda ha sido muy puntilloso para criticar la política de cruzarse de brazos del gobierno actual en torno al caso de Venezuela, pero también ha reprochado la posición sobre Cuba a fin de aprovechar el contexto y obtener ventajas del nuevo acercamiento con Estados Unidos.
¿A MÉXICO YA NO LE INTERESA LA POLÍTICA EXTERIOR?
Natalia Saltalamacchia, profesora titular del Departamento de Estudios Internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), ha señalado su extrañeza de que el presidente Peña Nieto -a pesar de que se requiere que su gobierno active todas las baterías de su política exterior ante el actual entorno internacional-, desaprovechó la oportunidad que tuvo recientemente, al hablar ante la sesión plenaria de la cumbre.
“El discurso del Presidente Peña Nieto fue corto (ni siquiera ocupó los ocho minutos concedidos a cada orador) y vacío de contenido”, señaló.
La académica lamenta que en un foro internacional de máximo nivel y visibilidad Peña no haya hablado de política exterior, sino de política interna “limitándose, como principiante, a apegarse al tema de la equidad sugerido en el nombre de la Cumbre. En una Cumbre en la que por fin Cuba se reintegra a un foro interamericano el presidente de México podría haberse engalanado recordando que esa fue una reivindicación histórica del país”, afirmó.
La experta dijo que su mensaje fue “un discurso deslucido que contrastó con la capacidad de oratoria de los subsiguientes participantes, Barack Obama y Raúl Castro y envía la señal de que al gobierno de México no le interesa demasiado la política exterior”.
A quienes disfrutan de hablar una y otra vez de una “restauración”, en realidad se les olvida que hay cosas que eran positivas en los tiempos del viejo PRI y que no se han replicado en la nueva era del tricolor, como es el caso de la política exterior.
Ya desde 2010, en una encuesta realizada por BBC Mundo, se decía que México ya no tenía el peso y el liderazgo de antaño, debido a la violencia del narcotráfico.
“El país no ejerce ya el liderazgo que tenía, por ejemplo, en América Latina”, señaló Michael Shifter, presidente de la organización Diálogo Interamericano, con sede en Washington, entre otros. Razones geopolíticas como el ascenso de Brasil en la arena internacional, agravaron el asunto.
Pero cuando regresó el PRI al poder se abrió la oportunidad de recuperar esos espacios perdidos, sobre todo ahora que Brasil está en retirada tanto por su bajo crecimiento como por sus escándalos de corrupción. Sin embargo, México prefirió mantener un perfil bajo, y seguir asumiendo una postura no confrontativa, en especial ante Cuba y Venezuela.
Ya en los tiempos de Ernesto Zedillo quedó demostrado que se puede seguir siendo priísta y al mismo tiempo asumir una postura crítica ante el caso cubano.
Con Venezuela, la situación de los derechos humanos se agrava, pero México prefiere mirar hacia otro lado.
Ahora, con el escándalo de la descalificación del gobierno mexicano al relator de la ONU sobre la tortura, el activista y abogado Juan Méndez -que fue un hombre perseguido durante la dictadura argentina-, la diplomacia mexicana sigue tambaleante.
Con razón, Perseo Quiroz, director ejecutivo de Amnistía Internacional-México, ha dicho que México ha perdido mucha credibilidad como país promotor de los mecanismos internacionales de derechos humanos.
Es apremiante que el gobierno deje de alentar una diplomacia aldeana, para recuperar el liderazgo perdido. Ese era uno de los activos que dejó el viejo PRI. ¿Por qué no restaurarla?
GRANOS DE CAFÉ
… “Que se haga la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”. Esa parece ser la inspiración de senadores y diputados de la actual 62 legislatura que condenaron a sus sucesores a someterse a la nueva Ley de Transparencia, la cual se negaron a acatar al dictaminar que el Congreso debe transparentar sus gastos a partir del 31 de agosto, con lo que mostraron el cobre y dejaran sus curules cobijados por la impunidad.
En sólo una hora, los integrantes de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados aprobaron con 22 votos en favor y uno en contra -de Morena-, el dictamen de la minuta del decreto de reforma a la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Curiosamente, quienes protestaron porque no se aplique esta ley a la actual legislatura, fueron los diputados panistas, petistas y, naturalmente perredistas, cuya cruzada contra la corrupción la utilizan como un mero recurso de mercadotecnia y no como un compromiso con los electores, porque saben que tendrían que predicar con el ejemplo, algo que no están dispuestos a hacer, aún cuando disfracen sus verdaderas intenciones.
Aunque podría decirse que la nueva Ley de Transparencia es un hecho, será hasta la sesión legislativa del próximo jueves, cuando la minuta aprobada sea llevada al pleno camaral para su aprobación, con lo cual se reglamenta la reforma constitucional del artículo sexto en la materia.
La Cámara de Senadores ya aprobó dicha Ley el 19 de marzo pasado, con lo que el jueves se terminaría el trámite y se enviará al ejecutivo federal para su promulgación y aplicación a partir del 31 de agosto, justo el día que dejan sus curules para dar paso a la LXIII Legislatura que seguramente dará muchas sorpresas, siempre que las predicciones del triunfo del abstencionismo en las elecciones intermedias de junio no se convierta en realidad.
Por lo pronto, panistas petistas perredistas y morenistas habrán de emprender una campaña mediática para señalar con dedo flamígero a sus adversarios políticos, acusándolos de corruptos por no haber aplicado la Ley de Transparencia a ellos mismos.
Esta reforma obliga a transparentar y permitir el acceso a su información a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, a los órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos y fondos públicos. También a cualquier persona física, moral o sindicato que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad en los ámbitos federal, estatal o municipal. Así andamos…
…Desde este espacio periodístico envío mis más sentidas condolencias a la familia del estimado colega Roberto Cienfuegos, por el sensible fallecimiento de su señora Madre, doña María de Jesús Jiménez Saavedra de Cienfuegos. Un abrazo fraterno. …Sus comentarios envíelos al e-mail gentesur@hotmail.com