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Calidad educativa en México, obstáculo para crecimiento: CEESP

MÉXICO, D.F., 08 de Diciembre de 2013.- La baja calidad de la educación en México ha sido un obstáculo para el crecimiento y el desarrollo, inhibiendo la posibilidad de reducir los niveles de desigualdad y pobreza, sostuvo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En su publicación semanal «Análisis económico ejecutivo», el organismo de investigación del sector privado expone que la nueva administración tiene una tarea difícil en materia educativa, pero que debe cumplir rápidamente.

No hay que olvidar que además del deterioro de la calidad de la educación que reporta la reciente Prueba Pisa de 2012 de la OCDE, el actual ciclo escolar se ha visto afectado a raíz del paro de maestros de diversas entidades.

En su opinión, lograr que los cambios constitucionales que se aprobaron recientemente en la materia se reflejen en una mejora significativa de la calidad del sistema educativo, «estará en función de que las autoridades hagan valer las leyes aprobadas».

Para ello, señala, el Estado debe recuperar la rectoría del sector educativo en materia de selección, permanencia y estímulos para los profesores, pues «no hay razón de que esto lo ejerza el sindicato cuando el Estado es el responsable principal de la calidad de la educación».

Destaca que la población mexicana requiere de un sistema educativo lo suficientemente bueno que le permita ser competitiva a nivel mundial, pero que además estimule la creatividad, fortaleciendo la innovación tecnológica en bien del desarrollo productivo y del crecimiento económico del país.

Un buen sistema educativo también debe estar dirigido a solucionar los problemas de corrupción, de falta de transparencia, de delincuencia organizada y de desintegración familiar, además de fortalecer el respeto por las leyes y reglamentos.

Asegura que sólo de esta manera se generará un ambiente de bienestar colectivo y mayor facilidad para la elaboración de políticas públicas que estimulen el crecimiento y una mejor distribución del ingreso.

«Los maestros son el pilar de la educación en México, pero eso no les da la autoridad de tomar como rehén al sistema educativo en la búsqueda de beneficios particulares o de fracciones políticas, cuando el país en su totalidad ha aprobado las reglas que deberán acatar los docentes para mejorar la calidad de la enseñanza».

Nadie, continúa, está en contra del magisterio ni de sus derechos laborales, simplemente se les demanda cumplir con sus obligaciones de enseñanza de calidad y actualización continua.

El CEESP expuso que un buen sistema educativo ayuda a las personas a reducir la pobreza, las enfermedades y amplía sus posibilidades de participación política, de tal manera que esto hace más fuerte a la sociedad.

Además, apunta, es claro que en un mundo globalizado, donde el comercio se guía por ventajas comparativas, una fuerza laboral bien preparada tendrá la facilidad de utilizar las nuevas tecnologías y la posibilidad de generar nuevos conocimientos.

El organismo reconoce que en las últimas décadas México ha logrado avances importantes en materia de educación.

Mientras que la matrícula total nacional pasó de 25.1 millones de alumnos en 1990 a 35.3 millones en 2013, el promedio de escolaridad nacional se elevó de 6.6 a 9.2 años y el analfabetismo disminuyó de 12.6 por ciento a 6.1 por ciento en el mismo periodo.

Asimismo, la eficiencia terminal muestra también resultados favorables, ya que mientras que en el nivel primaria pasó de 70.1 por ciento en 1990 a 96.0 por ciento en 2012, la relación en secundaria se elevó de 73.9 por ciento a 84.5 por ciento en el mismo lapso.

Reconoce que hay avances, pues la cobertura se ha incrementado al igual que el promedio de escolaridad de la población, incluso el gasto canalizado en la materia ha aumentado de manera significativa.

Sin embargo, precisa, esto no significa que la calidad del sistema educativo haya mejorado. De hecho, los indicadores internacionales reportan lo contrario, como la Prueba PISA 2012, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

«En este contexto, se puede decir que la baja calidad de la educación en México ha sido un obstáculo para el crecimiento y el desarrollo, inhibiendo la posibilidad de reducir los niveles de desigualdad y pobreza», asevera.

Los resultados recientes de la prueba PISA de 2012 indican que los conocimientos y habilidades de los estudiantes mexicanos en temas como lectura y matemáticas se mantuvieron muy por debajo de lo que significa un grado elemental.

Incluso, refiere, las calificaciones de las asignaturas evaluadas muestran un deterioro, lo que propició que México descendiera cinco lugares en el ranking mundial respecto a la evaluación previa (2009), para colocarse en la posición 53 de un universo de 65 países.

El reporte de la OCDE indica que en 2012 México obtuvo una calificación de 413 puntos en matemáticas y de 424 en lectura, resultados que respectivamente estuvieron seis y un puntos por debajo de las calificaciones reportadas en 2009.

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