De Pactos… a “pactos”
Alfonso Carbonell Chávez
06 Agosto 2013
Empezaría por cuestionar ¿los pactos sirven para algo? Y las respuestas surgen en cascadas. ¡Claro que sirven!, contestarían los más, digo si nos atenemos por ejemplo al pacto de pactos que sería el denominado Pacto por México, que le ha dado viabilidad bueno al menos a lo que va del gobierno del presidente Peña Nieto, a una agenda pendiente en materia de reformas estructurales que necesita el país. Pero hay otro tipo de “pactos” como los que se dicen se hacen con el diablo (y no me refiero a ningún político con ese sobrenombre je) sino con el mismísimo ¡Satanás! Pero al que quiero referirme hoy es a una especie muy particular y que nos muestra, con pasmoso realismo, hasta dónde se puede llegar en el ejercicio perverso del poder a la hora de pactar. Sí de pactar impunidad. Que no la libertad.
A raíz de la aparición pública y política del ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, y marco como punto de arranque el evento realizado el pasado sábado en San Cristóbal de las Casas en el inicio de la construcción de la candidatura del ex senador Carlos Sotelo a la dirigencia del PRD, mucha agua está corriendo bajo el puente de este “pacto” construido entre Juan Sabines Guerrero y Pablo Salazar Mendiguchía para el desistimiento del primero de una serie de demandas contra Pablo, y la liberación de éste y sus demás compañeros. Permítame competir con mis amables lectores, en un ejercicio de recuperación de algunos textos de la entrevista que la periodista Carmen Aristegui le hizo ayer al propio Pablo en su noticiero matutino MVS noticias primera emisión, mismo que rescato del audio que la propia Carmen en su página electrónica sube. Aquí pues, algunos “insert” de la misma. Usted juzgue.
De Pactos a… (II)
(CA) Bueno empezaría yo preguntándote ¿cómo se dieron las condiciones judiciales y políticas para que salieras de la cárcel? ¡Cuéntame Pablo!
– Primero contesto a la pregunta con la que cerraste el bloque anterior; ¿en qué tono regreso a la política? Regreso renovado Carmen, regreso más fuerte física, mental y espiritualmente y regreso en el tono que se requiere para construir, en los espacios en los que pueda incidir, todo lo que este país pueda necesitar. Mi capital político y social lo he puesto a disposición del PRD. Porque soy un político y porque me gusta la política y ¡porque creo en la política a pesar de todas sus miserias!
Nota del comentarista; nótese críticos, se equivocan cuando critican a Pablo de querer buscar la dirigencia estatal del PRD, ¡jolines! sus pretensiones son conquistar el país y de ahí, como “pinki y cerebro”; ¡Conquistar el mundo!
Cuando el reforzado mandatario le propone a Carmen mejor abordar el tema de Sotelo y de ahí regresar en el tiempo, la periodista lo ataja y dice; me interesa Pablo saber, Salazar Mendiguchía ¿cuáles fueron las condiciones judiciales pero más que judiciales, políticas en las que se dio tu propia liberación y tu salida de la cárcel?
– Hay una mezcla de las dos cosas Carmen; hay condiciones judiciales y hay condiciones políticas que tienen que ver con mi liberación. Como tu sabes fui un perseguido, una de las persecuciones más inhumanas que ha habido en este país que involucró, prácticamente, a sesenta familias. Me instruyeron 11 procesos, la mayoría de ellos por no decir todos sin fundamentos. (Los más emblemáticos le dice Pablo a Carmen los ganamos y se refiere al de peculado y la muerte de niños de Comitán)
Nota; o séase que ni los bebés muertos en Comitán, ni el encarcelamiento y persecución de cientos de periodistas y líderes sociales, ni el dinero que cobraron por ese seguro millonario ni lo aún no aclarado caso Stán, nada estuvo fundamentado. Es pregunta.
De Pactos a… (III)
Entonces (continúa Abner en su extensa perorata de argumentos) cuando “mi sucesor” (así se refiere varias veces a Juan Sabines) empieza a ver qué voy ganando todos los amparos, toma la iniciativa de buscarme para establecer un acuerdo político (que yo he llamado pacto) me dice prácticamente; bueno ahí muere el asunto. Yo creo que a él le preocupó que era inminente que yo iba a salir.
Pero déjenme, por razones de espacio y tiempo (el mío), citar en este acápite y en “ya de salida” dos citas textuales las cuales dejó a su entera reflexión y análisis, las que sin duda reflejan la calidad política y moral de ambos protagonistas; Pablo y Juan.
Y entonces me llegan con un primer mensaje (le comenta Pablo a Aristegui que antecedió a su pacto de liberación); Mi amigo al que recuerdo hoy con gran cariño que no sabe mucho de política, llegó muy contento y me dijo; querido Pablo creo que esto está muy cerca del final, te traigo esta propuesta del gobernador; dice que asumas la responsabilidad de al menos un delito chiquito y que ellos te van a sentenciar, con una sentencia corta y que incluso ellos pueden pagar la fianza, pero que necesitan que tú te inculpes en algún delito. Su respuesta argumenta Pablo fue un rotundo no. Y le envió una contrapropuesta.
Ya de salida
Al ceder a las precondiciones para llegar a un “pacto”, Juan le manda a decir a Pablo que acepta, pero le pone a su vez tres condiciones que su hijo le hace saber al propio Pablo; que se sienten a una mesa para que mirándole a los ojos (Pablo a Juan) le jurará que no lo iba a demanda al tiempo que, de puño y letra escribiera lo mismo. Una última y no acordada originalmente, pide que haya un testigo de calidad que presencie tan indignante y aberrante escena. El personaje es Pedro Joaquín Codwell, en ese tiempo dirigente nacional del PRI y amigo de Salazar. Los dejo con la narración textual…// Dice Pablo; el final de toda esta historia es y espero no estar causándole daño; Pedro Joaquín en un acto generosísimo que le agradezco dijo (a la petición hecha por Pablo hijo y Fernando Ortiz Arana amigo y socio de Pablo); “si de esto depende se acelere la salida de Pablo voy. Pablo es mi amigo… // Así es qué, esto de mirarlo a los ojos y desistirse de su sed de venganza, ocurrió bajo la mirada de Pedro Joaquín…// Solo el uso del poder y la doblegación de la justicia. ¡Me queda claro!