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COMENTANDO LA NOTICIA

13 Noviembre 2014

Alfonso Carbonell Chávez

Se cierra el círculo… la historia continúa

En efecto, a raíz de lo dado a conocer por el Procurador General de la República Jesús Murillo Karam el pasado viernes 7 de noviembre, ello a raíz de las tres últimas capturas de integrantes del grupo del crimen organizado que opera en el estado de Guerrero, principalmente, denominado “Guerreros Unidos” y en que relata el procurador al tiempo de presentar imágenes de las que obvio su descripción, en donde se confirman versiones pasadas incluso la aportada por el Padre Alejandro Solalinde en el sentido que y de acuerdo a versiones de testigos oculares, los 43 normalistas de Ayotzinapa aún considerados por las propias autoridades como desaparecidos hasta en tanto no se conozcan los resultados científicos sobre la identificación de los cadáveres encontradas la mayoría hechos literalmente cenizas, decía, el procurador mostraba las evidencias del hecho o hechos que de acuerdo a las investigaciones y la declaración de los capturados, todo indica que esos cuerpos podrían ser de los estudiantes normalistas de Guerrero. Con lo que la narrativa a 46 días de los sucesos y el clamor de la gente sería en el sentido de ¡vivos se los llevaron aunque sea muertos los queremos! ¡Qué duro desenlace para los padres y madres! ¡Qué duro para todo el país!

Hay que rescatar para soportar lo ahora conocido y revelado, que ya la Fiscalía estatal de Guerrero al consignar los hechos y realizar las primeras detenciones de los policías de Iguala con la casi segura presunción de haber participado en los hechos del 26 y 27 de septiembre, las primeras indagatorias conducían de acuerdo a versiones de los perpetradores del crimen, de haber recibido la orden del presidente municipal -en clave-, de atacar y matar (qué más) a los estudiantes que iban en los camiones y que lograron su cometido en un número de tres y tres más que no correspondían a estudiantes, tras lo que los sobrevivientes y capturados fueran entregados al “Gil” miembro de los “guerreros unidos”. Claro no todos fueron privados de su libertad muchos lograron escapar esa noche de la masacre. Veintidós heridos se registraron esa misma noche dos de gravedad que, aunque suene contradictorio, se salvaron.

Se cierra el círculo… la historia… (II)

Los policías, bueno algunos de ellos, narraron que junto con policías del municipio de Cocula se llevaron a los jóvenes en camionetas de redilas y que fueron entregados al “GIL”. Ya otros de los capturados pero estos miembros de la organización delincuencial ya citada, habrían dicho dónde se encontraban algunos cuerpos en aquellas de menos cinco fosas en el paraje de la comunidad de Pueblo Viejo. Se supo después de al menos 28 cuerpos que fueron incluso calcinados. Es decir todo esto se sabía en los primeros días y semanas de los hechos de sangre y a más de un mes con la captura de los tres últimos integrantes de “guerreros unidos”, todo apunta y confirma de alguna manera y que difícilmente encontrará retorno, sobre la ejecución de los 43 estudiantes normalistas. Si fuera así, finalmente; Que descansen en paz.

Estos comentarios que hoy me atrevo a escribir hubieran sido impensables una ofensa, un agravio y ¡una falta de respeto!, tanto a los padres y madres de los normalistas desaparecidos, a sus hermanos familiares y amigos, a la comunidad estudiantil de Ayotzinapa y a la sociedad nacional, sí, pero antes de conocer el parte de las autoridades del pasado viernes 7. Insisto impensable. Y aunque la autoridad diga que no será hasta conocer los dictamines de los forenses científicos en la materia, que incluso encuentran coincidencia con los padres de los jóvenes desaparecidos  (la única quizás pero la más determinante) sobre eso mismo; conocer de los expertos argentinos si son o no, será entonces (quizá también) que dejarán de exigir al gobierno sobre su localización ¡con vida! Aunque aún con ello de ser así, solo cierra un círculo pero otro de más grande envergadura y determinante para la nación entera se abrirá ante la pregunta abierta y que se ha expresado con la mayor fuerza social jamás vista quizás desde el Movimiento estudiantil del 68 y que serían, me atrevo a interpretar, algunas cómo éstas: ¿Y ahora qué es lo que viene? ¿Qué país esperamos construir a raíz de lo ocurrido cuando todo apunta a una descomposición social empezando por las esferas gubernamentales y su colusión con el crimen organizado?

Se cierra un círculo… la historia… (III)

Desde los trágicos sucesos de septiembre en Iguala, Guerrero, de manera modesta pero igualmente solidaria con los estudiantes de Ayotzinapa, no he dejado de considerar en este espacio sobre el caso que como tal, insisto, nos ha escupido a la cara a todos porque la descomposición social parte desde nosotros mismos. Algunos que resultan ser los más, siempre en la displicente actitud sumisa y aplaudidora hacia nuestros gobernantes. Incluso les festejamos sus rapiñas si en un acto de “conmiseración” nos tocan, levemente,  con apenas su dedo índice. Inmediatamente nos sentimos complacidos “tocados” y las blasfemias de antes se vuelven halagos al dueño del poder. Pasajero poder. Sí todo esto nos ha pasado a los mexicanos de todas las latitudes y meridianos de nuestra encogida patria, no es de gratis. Nosotros solemos alimentarles el ego con nuestra propia hambruna, paradoja.

Insisto y es más, con independencia de que se encuentren a todos los autores materiales e intelectuales directos, pero de igual manera a los que por inacción, omisión o complicidad venida desde la aceptación e igual del silencio, es decir más allá de los Abarca, los guerreros unidos, las policías, fiscalías, gobernadores, partidos políticos y más ¡muchos más!, es hora de irnos planteando todos sin excepción; gobernantes (Presidente del país, gobernadores, presidentes municipales, poder legislativo–federal y locales-, poder judicial, partidos políticos, INE’s, Derechos humanos, iglesias, empresarios, sindicatos, maestros, estudiantes ¡medios de comunicación! (nótese mi impertinencia); bueno todas y todos sobre de lo que vamos hacer de ahora en adelante, digo si lo que queremos construir a futuro es nuestra propia historia de vida. Nuestra propia sobrevivencia como país.

El tiempo es hoy sino… díganme si no (respóndase con sinceridad) ¡no habrá mañana! ¡Me queda claro!

Ya de salida

En lo local y a modo de sumario, ahí les van algunos temas: No, que la reforma que aprobó el Congreso local no fue con dedicatoria, al menos no en el tema de la reelección. Así se da lectura a lo que el propio rector Jaime Valls Hernández, hizo saber en documento por escrito que ayer circulo en las redes en donde asevera que su ciclo de rector de la UNACH, se cierra definitivamente en diciembre. Por lo que ya sus enemigos verdaderos y los de mentiritas ya pueden dormir tranquilos. Así pues, el joven Jaime no bailará más vals, al menos no en la Unach… (Lo hará en el Congreso federal) dos contra uno…// Hueyi Tlatoani (Huēyi Tlahtoāni) es una expresión náhuatl, usada para denominar a los gobernantes (tlahtoāni, «orador») de México-Tenochtitlán, Texcoco, Tlacopan quienes ejercían su poder sobre el valle de México. La palabra hueyi [we.ji] o [we.i] significa “grande, largo, alto” (¡!). Hueyi Tlatoani, por tanto, significa “gran gobernante, gran orador”. (Fuente Wikipedia). Así pues, no me queda más que enviarle al gran gobernante y gran orador Enoc Hernández Cruz ¡Felicitaciones!…// Me queda claro. Salu2.

 

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