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COMENTANDO LA NOTICIA

08 Marzo 2016

Alfonso Carbonell Chávez

Help!

Escuchando a los Beatles y su canción icónica de los sesentas ¡Help!, no podría ser más puntual hoy en México y Chiapas. ¡Auxilio! Sería la palabra que nos conduciría al estado inminente de cosas que nuestro país y nuestro estado ¡gritan!, repetidamente, y no hay quién escuche tal clamor. No, no traduciré la canción porque ni al caso. Lo que sí, me da pretexto para incursionar en el estado de cosas que nos están pasando y nadie, o casi nadie, atina a decir las cosas como son. ¡Hipócritas! Si están pensando que el presidente Peña va a salvar la situación en Chiapas, déjenme decirles que están como… y lo que le sigue. Hay voces sobre todo en internet que se desgañitan y está bien, es decir publican esto y lo otro de un gobierno que a todas luces ni los ve ni los escucha. Ah pero eso sí; valentones que dicen en Face y Twitter que el gobierno de Manuel es corrupto, desconsiderado, sátrapa y demás linduras y se jactan de decirlo y publicarlo. Sus miles de “amigos” siempre pendientes de sus pendejadas. Y está bien y es lícito. No me puede dar más que pena ajena. Porqué esos mismo que con una gran valentía dicen y mientan madres, comparten y todavía se dicen adalides de la verdad, los más no generalizo, son entes inadaptados porque no son capaces de dar la cara y plantarse, por ejemplo, ahora que un grupo de empresarios emprendieron su lucha por que el gobierno les pagara hacerse presentes, pero eso sí, se cuelgan las medallas del éxito. Pué qué sí pero ahí no acaba el compromiso social ciudadano. ¿O sí?

Me enfrento como siempre ante mi computadora tratando de discernir ¡qué putas hago llamando a la civilidad y al compromiso con los más débiles? Y solo me encuentro valientes de internet que proclaman una nueva sociedad más justa e igualitarias con lo que sea. ¡A qué bueno que ahora los cobardes -no generalizo- tienen el anonimato de mentarle la madre a los gobernantes! Así mismos por cobardía. Cuántas historias se han contado ¡hemos contado! Pero ahí los tienen a los más recalcitrantes bebiendo en los antros de moda algunos hasta pagados por esos mismo a los que dicen aborrecer. ¡Las mangas del chaleco!

Alguna vez dije y escribí; ¿la verdad? Para que quieren la verdad si no van a saber qué hacer con ella. Pinches simuladores. ¡Parias! Y sí, ya lo leyó ¡estoy encabronado! Y así me voy a quedar. De qué sirve la verdad si es lo que menos les importa. ¡Carajo! Siempre es lo mismo y la tradición parece nunca fenecerá. Y no critico a nadie en lo particular que no sea yo mismo. Cuando uno tiene un medio como ahora los digitales, que por cierto se han convertido en el mejor de los negocios periodísticos, le juegan como a decir la verdad a medias, y las mentiras… piadosas. Y así en esta rueca perversa que se han convertido los medios para mediar su incapacidad, digo de al menos acercarles a sus lectores algo que les dé alguna luz en sus oscuros caminos, recurren a la retórica fundamental; no me pagan para que les pegue.

Pero ¿por qué traigo a colación el tema de los medios?, porque es inaudito que teniéndonos comiendo caca quienes se atragantan con el presupuesto del estado, sigan recibiendo migajas de sus propios verdugos. Sí lo he dicho hasta la saciedad; de algo hay que vivir pero no comiendo heces. No sean cabrones. En esa actitud indigna y denigrante nos están empinando a todos. Y no hablo (solo) por mí, les puede quedar claro;  hablo de millones de chiapanecos y chiapanecas que allá en la sierra; en la costa y en la selva en los altos sobre todo, ven coartadas sus esperanzas de mejor vivir; es más ni siquiera saben que sus dineros están sirviendo para enriquecer a un grupo de pinches sátrapas que construyen casas y fortunas a costa de su miseria y sus desvelos. Me cae que estamos bien jodidos de la mente. ¿Qué Sandoval Jaffif ni que la chingada?, perdón. Aquí el único responsable se llama Manuel. No nos sigamos haciendo pendejos. Y disculpen si el castellano ya no me da posibilidad de expresar el sentimiento, sé que puede parecer iconoclasta, pero díganme entonces ¿cómo se los digo, como nos lo decimos? No trato de sacar una conclusión a esta perorata de párvulo de la vida. No sabría cómo. Les confieso. Lo que sí es menester es preguntarnos, lo hago con respeto; ¿cuánto más vamos a aguantar? ¿Cuántos más “juliones” necesitamos para entender que estamos fritos? Estoy por irme, al menos hoy lejos de mi computadora que me empieza a reclamar mis desatinos. De menos ¡iluso!, me grita. Y los Beatles siguen tocando y me regreso a esos tiempos y reconozco que nada ha cambiado. Seguimos inmersos en la conquista de los hombres (¿?) barbados y ojos de color. No escribiré ni una línea más hoy. Esperaré estar más sereno porque “twis and sharp” ya no me dice nada. Ni el “submarino amarillo” ni “cuándo llora mi guitarra”. ¡Qué jodido estoy!

Ya de salida

Bueno y ya para romper esta inercia de mentiras a medias y verdades completas, les comparto; quienes están allí muy campantes esperando que la vida y la muerte les sorprenda con un ¡se acabó! Les digo que mejor se mantengan en sus mullidos aposentos rellenos de hastío e indiferencia. Así será. Pero por favor y por cierto que apenas pasado el domingo publicitario del ¡“Día de familia”! ¡Por dios! Por eso mismo se les pide y recomienda; ¡ya basta de silencios cómplices! Si los medios formales y los dimensionales (digitales) no les alcanza; los que vuelan por las redes –paro- salieran del clóset de sus miedos y pruritos; otro gallo (no gallina) nos cantara. Por lo pronto seguiré escuchando a The Beatles; ¡“yo soy la morsa” y “todo lo que necesitas es amor!…// Me queda claro. Salu2. Los quiero mucho y los quiero ver… ¿fracasar? Ahí seguís. Je.

 

 

 

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