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Compiten alumnos de la UNACH en fase final del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible 2015

+ Más de 100 proyectos formaron parte del inicio de este concurso

TUXTLA GUTIÉRREZ, Chiapas, 06 de Junio de 2016.- Seis estudiantes de las Licenciaturas de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Autónoma de Chiapas, se encuentran participando en la recta final del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible 2015, organizada por la Firma Constructora del mismo nombre, cuya matriz se encuentra en Brasil y tiene presencia en México.

El Premio Odebrecht, cuyo ganador se dará a conocer el próximo jueves 23 de junio en el Centro Cultural “Roberto Cantoral” de la Ciudad de México, se realiza con el fin de incentivar a jóvenes universitarios a pensar y desarrollar soluciones de ingeniería desde una perspectiva de sostenibilidad, contribuyendo así a la generación y difusión del conocimiento en esta temática y al involucramiento de la comunidad académica en la dinámica empresarial responsable y sostenible.

Luego de sortear las dos primeras fases, donde participaron más de 100 proyectos de instituciones de educación superior de 13 estados de la República Mexicana, dos proyectos presentados por estudiantes de la Máxima Casa de Estudios del estado forman parte de los cinco finalistas, junto a otra institución chiapaneca como es el Instituto Tecnológico Superior de Cintalapa, además del Instituto Tecnológico de Chetumal y la Universidad Anáhuac de Querétaro.

El primero de estos proyectos, realizado por Hassel Ramos Bistrain, Rocío Kristel Vázquez Mondragón y Willberg Ignacio López González, estudiantes del octavo semestre de Arquitectura, es denominado Dotecplas, un producto que surgió a partir de la comparación de indicadores de los materiales duraderos empleados en los techos para vivienda  a nivel nacional.

Los estudiantes de Arquitectura, se inclinaron por desarrollar un sistema de techo para vivienda social en Chiapas en una primera instancia, pero por la utilización de plástico reciclado, es posible transpolar su aplicación a todo el país, dada la necesidad que existe en la materia en todo el territorio mexicano.

A partir de esto, se generó un techo ecológico de plástico reciclado por medio de termo fusión, que se moldea logrando un módulo en forma de bóveda, que entre las características competitivas que presenta se encuentran las siguientes ventajas sobre un techo convencional de concreto armado que es al cual aspira la mayor cantidad de población: reducción del peso del techo, eliminación de la utilización de cimbra y andamios.

También se reduce la utilización de mano de obra, su producción se puede realizar de manera artesanal, semi industrial o industrial, mayor facilidad en la construcción y al ser de bajo peso aumenta significativamente los rangos de seguridad de los obreros, reduce costos tanto económicos como ambientales, facilita su transportación y permite el ahorro en el consumo de cemento y acero.

El segundo de ellos es realizado por los estudiantes de la Licenciatura en Ingeniería, Cesar Augusto Laguna Torres, Liliana Romero Solís y Albina Sánchez González, quienes a través de una mezcla de un material liviano como es el unicel o Poliestireno Expandido (EPS) con el cemento tradicional, lograron la creación de paneles de concreto ligero.

Entre las características más destacadas de estos paneles de concreto se encuentran la de su ligereza, un mejor aislamiento térmico y acústico, la resistencia a la humedad y al envejecimiento, además de una gran versatilidad en el uso del mismo.

El proyecto también tiene como objetivos reducir los costos mediante el aligeramiento de estos elementos constructivos industrializados y aminorar el impacto ambiental provocado por la industria de la construcción al reciclar un material que tiene un proceso de degradación muy largo como el unicel, el cual tarda entre 600 y 800 años en degradarse.

Además al utilizar este material se busca reducir el peso de los paneles, con el fin de no sobrecargar las estructuras que se fabriquen con este material, evitando la rotura frágil y soportando una carga puntual de hasta 400 kilos.

Este trabajo se basó en las estimaciones del Instituto Nacional de Ecología que afirman que más de 350 mil toneladas anuales de unicel son producidas en nuestro país y solamente el uno por ciento es reciclado, además de que la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) indicó que instalar placas aislantes de poliestireno expandido (EPS) o unicel en viviendas permite reducir la huella de carbono en 75 por ciento.

El equipo ganador de esta segunda edición del certamen se hará acreedor a incentivos hasta por 175 mil pesos y un viaje a Bajo Sur, Brasil, para conocer los proyectos sostenibles desarrollados por la Fundación Odebrecht.

 

 

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