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DE FACTO

13 Junio 2017

Miguel Angel Culebro Acevedo

Los premios para la foto: ¿anticorrupción?

Y los niños de la calle… ¿qué?

En política se ejercen dos decisiones para realizar una gira: el personaje principal va a una gira, cuando ha sido rebasada la estructura de primer nivel, porque los subordinados han fallado sistemáticamente dejando crecer los conflictos; si se ejerce la política como debe ser, dicho personaje acude a dar respuesta, previamente documentado de hasta dónde llegaron los reclamos y ya lleva la solución. La otra parte de la acción para agendar una gira, es ir a tomarse la foto para la egoteca, donde el personaje principal será aplaudido y, hasta las gracias le darán “por el apoyo” de ejercer el presupuesto para obras o acciones obligadas de gobierno.

Llama la atención que la titular de las Secretaría de la Función Pública, Arely Gómez González, secretaria de la Función Pública, acompañada del auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez hayan escogido a Chiapas, para avalar que el gobierno del estado sea el primero en aterrizar su propia ley estatal anticorrupción y de rendición de cuentas y a entregar dudoso documento al gobernador Manuel Velasco y, aquí se antoja la primera parte de mi comentario al inicio de esta columna; dichos funcionarios vinieron a Chiapas a rubricar que la corrupción ha alcanzado niveles de los que aún no se ajustan cuentas y no precisamente las del dinero, sino como la de los capos: el de la traición, que posiblemente si se llega a ejecutar, sin duda no será la simulación como se está ventilando los casos de Javier Duarte y Beto Borge, ex gobernadores de Veracruz y Quintana Roo.

La corrupción que persiste en Chiapas se da en todas sus modalidades, porque hasta para eso, han clasificado de qué manera la ejercen los personajes que engullen el dinero público y el poder. Las hay desde la intervención directa para la asignación de obras, concesiones y otros caprichos del poder, donde los gobernantes no permiten el intermediarismo de sus subordinados; pero también de esas modalidades, destaca principalmente la omisión, de la que a pesar de las denuncias recurrentes de desvíos de recursos o vil robo del erario público, se permite a funcionarios de alto nivel y desde el primero hasta el cuarto círculo del poder administrativo, incluidos a presidentes municipales, junto con toda y su pirámide invertida y por supuesto, a los diputados locales, para que todos se enriquezcan ilícitamente, sin que el gobernador haga algo para impedirlo.

Es público, que la deuda que sostiene el gobierno que encabeza Manuel Velasco, rebaza los ¡Once mil millones de pesos!, tan sólo a proveedores, desde los dos últimos años del gobierno de su antecesor, Juan Sabines Guerrero, sin contar la deuda pública que rebasa los 20 mil millones de pesos, por la que se descuenta del presupuesto corriente, más de ¡Cinco millones de pesos diariamente!.

El problema no estriba en que se debe y desde el inicio del gobierno de Manuel Velasco se venga repitiendo la repudiable frase: “no hay dinero”; el conflicto para el propio gobernador, es que precisamente es la Secretaría de la Función Pública la que ha detectado millonario desvío de recursos federales y por los que mantiene abiertos expedientes, algunos esperando su consignación a la PGR, mientras que otros, en su oportunidad, esa misma dependencia federal dio a conocer que ya se habían turnado expedientes a la Procuraduría General de la República, al haber detectado dinero federal que no fue invertido o que fue justificado, sin que se hubiera aplicado en los rubros para los que fueron etiquetados, de éste gobierno encabezado por Manuel.

A nadie sorprende que pese a esa insistente frase, de que “no hay dinero”, es público la cobranza de proveedores de gobierno, que incluso llevó a la cárcel a algunos que reclamaron públicamente que les pagaran, el Congreso del estado le esté aprobando la cuenta pública, presuntamente ejercida cada año, “¡con transparencia!, al gobierno estatal, mientas que las denuncias no cesan, sobre todo de las pocas obras que inician y no terminan, o las que ni siquiera se realizaron, pero que fueron dadas a conocer “su arranque”, con absurdos banderazos o la puerta de la primera piedra. ¿Pero si no hay dinero?, -versión pública-, ¿Cómo es que los diputados locales le validan el ejercicio del dinero público presupuestado al gobierno del estado?

La corrupción que se ejerce, va más allá de dar a conocer un reconocimiento por la ley estatal anticorrupción que vino a premiar Arely Gómez; tal parece que vino a alertar, con semejante documento, que la corrupción ejercida por uno de los 17 gobernadores comprometidos con Peña Nieto, está en capilla, por aquello de las decisiones de hacia dónde inclinar la balanza para las elecciones federales del próximo año, cuyo rehén del presidencialismo y ejercido de la manera más feroz por Enrique Peña Nieto, advierte un escenario de no perdonar más las traiciones a la cofradía del poder.

Y para sellar el asunto de la corrupción que campea a lo largo y ancho del territorio chiapaneco, es ofensa pública premiar al gobierno de Chiapas, por el gobierno federal, presuntamente por haber disminuido el trabajo infantil en la entidad. Francisco Zorrilla Ravelo, pírrico secretario del Trabajo estatal fue el representante para recibir “el galardón”, que al no conocer la vergüenza, ambas instancias, hacen alarde del cinismo, del vil descaro, para refregar a los chiapanecos el insulto de decir que 32 mil niños y niñas dejaron de trabajar, sin decir en qué se ocupan ahora, mientras las cifras de extrema pobreza alcanzan niveles escandalosos, imparables, en este saqueado rincón del sureste mexicano, en donde todos somos testigos de la explotación de infantes en la vía pública, que deambulan por las calles y cruceros pidiendo dinero o vendiendo cualquier cosa, -la mayoría, indígenas- y por los que el gobierno del estado nada hace para impedirlo.

Miles de niños que no tienen la oportunidad de acudir a una escuela, porque los presuntos programas de apoyos de becas y otras ofensas que mediáticamente el gobierno estatal despliega por doquier para simular y engañar a la población y a las otras esferas de gobierno, son la misma sábana se tapen y hasta se premien… eso es no tener… dignidad. Más se puede decir al respecto, pero no hace falta, porque la evidencia la vemos todos, todos los días.

Y hablando de decisiones, de hacia dónde inclinará la balanza Manuel Velasco, para las elecciones del próximo año, ya desde Morena le mandaron el mensaje, de que no irá en alianza con el PRD, ni con el PAN; por el contrario, irá con el PT, partido al que Manuel ha relegado y al que sin duda, se verá obligado a ir abriéndole espacios políticos, en tanto no cesan en su peregrinar legítimo, el jaguar negro, Eduardo Ramírez Aguilar, quien hasta visita los feudos de Enoc Hernández Cruz, del partido Mover a Chiapas, como sucedió este fin de semana en Mapastepec, donde el alcalde no puede evidenciarse más para demostrar su compromiso con el partido que lo llevó hasta donde está, engullendo también parte del dinero público.

Mientras que Enoc antes de finalizar la semana pasada realizó una gira con reporteros al municipio de Suchiapa, para exigir la intervención de las autoridades y sea sancionada la empresa Proactiva, encargada de dejar la basura tirada cuando se le da la gana, sin que haya poder humano que lo someta y mucho menos que le aplique la ley, por la severa contaminación que realiza a los ríos y afluentes que atraviesan la región centro de la entidad, por los lixiviados que arroja el tiradero municipal de la capital chiapaneca… Enoc recorre la entidad, gestionando y enfrentando problemas que los alcaldes soslayan… ahí está pues. ¿Por quien decidirá la gubernatura, Manuel Velasco, si en sus manos estuviera?… porque Peña Nieto le impondrá candidato… ahí está pues… ¡YA!

 

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