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DE FACTO

05 Septiembre 2017

Miguel Angel Culebro Acevedo

La epidemia del dispendio… magna obra de Manuel.

¿La simulación del hartazgo?… o la falsa esperanza.

Ya muchos lo han comentado al cansancio y han abarrotado las redes sociales, principalmente la que ocupa más usuarios en México: Facebook; sobre todo, quienes en el afán protagónico, sin el obligado análisis, hacen alarde de la rumorología, han ensanchado la publicidad inversa de la epidemia y sus actores obsesivos de poder, que deambulan por toda la geografía chiapaneca, en aras de sumar la mayor simpatía, no tanto por el acarreo de personas, que singularmente son las mismas que van a todas las convocatorias, sino el de lograr atraer la de Manuel Velasco, en aras de ser ungidos a un cargo de elección popular. Pecan de lo mismo, ante la promoción del gobernador tachado a menos, indudablemente depredador de las arcas públicas para lograr el blindaje y la impunidad transexenal. Sigue los pasos de Peña Nieto.

Resulta increíble que a la par, el grueso de la sociedad, incrementa la voracidad por recibir “lo que sea”, en aras de demostrar la pobreza extrema que padece este rincón del sureste mexicano, que paradójicamente lleva al poder a quien más lo reprime, no al que más le da. De los aspirantes a la gubernatura, las conjeturas de los pitonisos, un día ubican al jaguar negro, Eduardo Ramírez Aguilar y a siguiente día lo bajan y suben a Roberto Albores Gleason; otro día suben a José Antonio Aguilar Bodegas como el casi gobernador a suceder a Manuel Velasco y al siguiente día lo destierran, ubicando en su lugar al más corrupto y perverso, Rutilio Escandón Cadenas, mientras que sin atinarle o queriendo quedar bien con todos, hay quienes se atreven a ungir al alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Fernando Castellanos Cal y Mayor.

Hasta ahí han resumido a los posibles sucesores de Manuel Velasco, sin pasarlos por el proceso constitucional de la campaña electoral, que para satanizarlos, muchas son las voces que los condenan por realizar actos de campaña anticipada, sin saber que ni siquiera ha iniciado el calendario electoral y que por lo tanto, no caen en el supuesto de lo que los acusan. Hay otros muy bien enterados, que sí encuadran a los que son funcionarios y como servidores públicos están violando la ley. Por cierto, si la Constitución general de la república les sirve como papel sanitario, la del estado ni cosquilla les hace. La falta de contundencia en su aplicación, por parte del IEPC, a cargo de Oswaldo Chacón, es evidente… ¿O también baila al son que le tocan?

El promotor del rompimiento de todo el compendio legal, por supuesto que es el mismo gobernador del estado, porque de querer hacerlo respetar, no estaría permitiendo en primera instancia, el manoseo del dinero público, dinero que por demás en la omisión se ocuparía para resolver los problemas sociales de extrema pobreza, el de servicios urbanos, el de medicamentos, el de equipamiento de clínicas y hospitales, el de las necesidades de escuelas, el de incentivar el empleo y no aumentar el desempleo y hasta el pago de pasivos de las deudas a proveedores… en fin, en muchas necesidades apremiantes podría ejercerse las grandes y millonarias cantidades de dinero que Manuel Velasco está permitiendo a todos y todas, aprovecharse para ver quien le garantiza no solo lealtad y sumisión, sino su libertad e impunidad después del 2018.

Las intensas campañas por querer convencer a Manuel que cada quien que lo realiza merece ser su sucesor, para muchos es una acción que raya en el hartazgo social, -que son las menos, las voces que se expresan en las redes sociales-, condenando el dispendio del dinero y los tumultos de la gente que va, -no sé a ciencia cierta si engañada-, porque hay muchas caras en cientos de fotos públicas que son las mismas que se observan en los acarreos de todos los pretensos a ese ambicioso cargo de la gubernatura de Chiapas.

Lo que si queda muy claro, es que los miles de acarreados de todos los municipios de la entidad, han demostrado su interés por recibir cualquier baratija de campaña, iniciando con las “cajitas mágicas de corazón a corazón”, que por cierto, son las mismas, pero con menos comestibles propagadores de obesidad y otras enfermedades, que el mismo Manuel Velasco obliga a repartir en los eventos de los aspirantes. Esas cajitas que fueron utilizadas en las campañas para la elección de alcaldes, sus ayuntamientos y diputados locales en la elección local pasada, cuyo “operativo” le resultó el triunfo y la imposición de los que ahora ostentan dichos cargos. Son las mismas gentes que las recibieron y son las que hoy hacen interminables filas para pelearlas y de ser posible, obtener más de una.

El derroche de miles de millones de pesos que también se realizó en el estado de México, en la muy cuestionada elección a gobernador, que no sólo se resume a la ilegitimidad, sino a la falta de legalidad de la imposición de Alfredo del Mazo III, es una muestra del comportamiento social, que pese a que con credencial retenida, los números no solo no cuadraron a favor del PRI, pese al intenso despliegue de sus propios, además de los extraños, que bien le demostraron que también “saben jugar chueco”, como los enviados por Manuel Velasco a Neza, que le apostaron en contra de su candidato del PRI y cumplieron el pacto antecedido con Héctor Bautista López, de apoyar al PRD, partido que gobierna el populoso municipio y donde los “operadores” de Manuel hicieron su agosto en pleno junio, quedándose con miles de pesos en sus bolsas y que fue dinero público que no invirtieron para lo que les ordenaron y mandaron.

Lo que para los priistas no deja de ser “un fenómeno” y que para otros representa la traición, los más de 30 mil millones de pesos destinados para comparar conciencias, no dieron los resultados que esperaban, de un triunfo arrollador y por el contrario, sigue el cuestionamiento de haber perdido la gubernatura frente a Morena, convertida en la cereza del pastel para las elecciones del 2018.

Este fenómeno se podrá repetir en Chiapas. Sin duda alguna, la gente ha demostrado que recibir despensas y demás chuchulucos, como las que reparten todos los aspirantes, incluidos ya los utilitarios para su campaña oficial, puede darles el revés que dejó como muestra el estado de México y exponer a una enfrenta cuerpo a cuerpo entre hermanos chiapanecos, que estos, a diferencia del Edomex, aquí, por lo menos en 45 municipios, sí son de armas tomar y defiende a sangre y fuego sus parcelas de mini poder.

Mientras están desatados los aspirantes al mayor cargo en la entidad, Eduardo Ramírez Aguilar, presidente del Congreso del estado, no ha desperdiciado su cargo para llevar a todas las regiones de la entidad su “informe de labores legislativas”, que en contra parte, “su estructura de campaña” no se ruboriza en el reparto de utilitarios con su rostro impreso, lo que puede llevarlo a la derrota, con actos anticipados que la contra parte le acumula para la oportunidad.

En contra sentido, Carlos Penagos Vargas, presidente de la Junta de Coordinación Política del mismo Congreso, ha corregido el discurso y hoy se le ve con más congruencia a su labor legislativa, como escuchando acertadamente, que sí va y ni quien se lo quite…. Ahí está pues… ¡YA!

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