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DE NORTE A SUR

24 mayo 2018

GUILLERMO CORREA BÁRCENAS

EL SEGUNDO DEBATE PRESIDENCIAL Y EL TLCAN AGROPECUARIO

  •  No falta mucho tiempo para que los alimentos y el agua sean usados como arma política
  • La falta de producción interna para satisfacer los requerimientos de alimentos, se resuelve con sistemas de producción eficientes, sustentables y rentables

Ante la incertidumbre que provoca la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, durante el segundo debate presidencial se confirmó que los candidatos del PRI y el PAN están a favor de lo que decidan los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos. La diferencia en este punto fue el representante de Morena y el aspirante independiente que de plano se pronunciaron por el rescate del campo mexicano, pues solo el sector agro exportador constituido por un puñado de empresarios, la mayoría con intereses trasnacionales, es el que se ha beneficiado del TLCAN agropecuario mientras crece la pobreza en millones de productores minifundistas.

Es probable que al empatarse las pláticas negociadoras con los procesos electorales de México y de Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump se pronuncie por la firma de un acuerdo  sin grandes cambios que puedan ser rechazados por el congreso estadounidense y esperar a una verdadera modernización, lo que implicaría negociar ya con el gabinete del presidente electo de México donde el puntero es Andrés Manuel López Obrador.

Y aquí es donde entra la embestida empresarial contra el morenista que se ha expresado a favor de que en materia de alimentación se dé prioridad a lo que la población nacional demanda –comida— que se produce en el país que, como se sabe, no goza de autosuficiencia alimentaria y debe de importar más del 50 por ciento de los alimentos. La propuesta de El Peje ha sido condenada bajo el argumento de querer volver al pasado. Esta postura neoliberal, sin embargo, contradice las indicaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Hay analistas que en principio consideran que a escala nacional sí puede mejorarse la seguridad alimentaria mediante el aumento de la producción interna y de las importaciones. Reconocen el crecimiento de las últimas y que su tendencia se mantendrá, lo que puede ser positivo si van asociadas con una mayor capacidad para sufragar las compras mediante los ingresos que generan las ventas.

No obstante hay un problema: el fuerte crecimiento de lo que se importa puede minar la producción nacional, que de otro modo sería viable, con escasas oportunidades de encontrar usos alternativos para los recursos productivos; o que el aumento de los ingresos generados por las exportaciones sea insuficiente para sostener las importaciones de alimentos si los precios aumentan significativamente.

Hasta aquí los razonamientos son aceptables. Pero la realidad nos avisa que no falta mucho tiempo para que los alimentos y el agua sean usados como un  arma política, principalmente por naciones beligerantes entre las que destaca Estados Unidos. Al respecto, un informe de la FAO sostiene que la incidencia de los aumentos repentinos de compra de comida en países en desarrollo como el nuestro fue creciente durante el período comprendido entre 1980 y 2000. Esto es, las naciones con déficit de alimentos cada vez importan más cereales, carne y leche con lo que aumenta su exposición y riesgo con los mercados mundiales. Además, las subvenciones y el proteccionismo de los países desarrollados (Estados Unidos) siguen siendo considerables y perjudican a los que están en vías de serlo (México).

De cómo lo anterior es tan cierto, basta recordar que el 24 de febrero de 2011 –en pleno TLCAN— la SAGARPA informó el incremento de las importaciones de maíz blanco provenientes de Estados Unidos, Canadá y ¡Sudáfrica!, con el fin de complementar el abasto ante las pérdidas de grano provocadas por las heladas en Sinaloa. En esa ocasión el entonces titular de Agricultura, Francisco Mayorga (PAN), reconoció que las presiones en el mercado internacional en el precio de los granos han encarecido el maíz y otros productos. Para esas fechas, las autoridades aseguraban que el precio del kilogramo de la tortilla no debía ser mayor a los 10 pesos con 34 centavos. En el reciente debate efectuado en la ciudad de Tijuana, AMLO recordó que si antes el salario mínimo compraba 55 kilos de ese alimento básico, hoy sólo alcanza a comprar 6 kilos.

Bien. Arturo Huerta González, licenciado, maestro y doctor en Economía, con mención honorífica de la UNAM donde es académico y fue coordinador del Programa de Posgrado. Es autor del estudio “Las negociaciones del TLCAN y la falta de Política Económica de México para continuar o salir del Tratado”, dado a conocer por el Senado de la República. Se trata de un extenso ensayo que toca varios apartados del acuerdo. Del mismo resulta interesante leer que la mitad de las frutas que ellos importan, los gringos, son de México, así como las dos terceras partes de los vegetales. Informa que el 31 por ciento de las importaciones agrícolas de Estados Unidos son de productos mexicanos. En contraparte, el 60 por ciento del trigo consumido en México es importado, el 30 por ciento del maíz es importado, el 95 por ciento del consumo de soya es importado, el 90 por ciento del arroz es importado. Y el gobierno estadounidense quiere en las renegociaciones eliminar las medidas fitosanitarias que obstaculizan sus exportaciones agrícolas y que se faciliten las demandas por dumping en ese país en contra de importaciones de vegetales, y con ello establecer medidas de salvaguardar a sus productos perecederos.

El investigador aclara que el gobierno mexicano no ha puesto objeción al capítulo agrícola debido a que tenemos superávit de comercio exterior, y ello lo explican las exportaciones de frutas, de hortalizas, y de cervezas. En cambio, somos deficitarios en granos básicos y el gobierno de México no presenta posición alguna en defensa de los productores para retomar la autosuficiencia alimentaria y reducir la dependencia de importaciones agrícolas para satisfacer el consumo nacional.

En este sentido resalta la propuesta hecha por López Obrador en el reciente encuentro con sus competidores por la Presidencia de la República, y ya en forma el planteamiento que se tiene desde la oficina del doctor Víctor Villalobos Arámbula, quien, de ganar el primero, está anunciado para ocupar la titularidad de la SAGARPA. Con 40 años en la agronomía, Ciencias Ambientales y Economía Agrícola, el director Emérito del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) nos asegura:

México tiene la capacidad, por sus recursos naturales y el trabajo de sus productores, de hacer frente a las necesidades crecientes de disposición oportuna y suficiente de alimentos para el abasto interno y la participación en mercados internacionales. No podemos menospreciar esta capacidad y mucho menos la aspiración que habrá de guiar, de entrada, nuestros esfuerzos por ser más productivos, por incluir a los pequeños productores y por abrir nuevas oportunidades de desarrollo a los jóvenes y las mujeres en el campo. Tratamos de que la racionalidad económica alcance para atender los graves rezagos que se tienen por el abandono en que se ha tenido a los campesinos de este país, quienes no reciben beneficios por un comercio internacional exitoso.

Con base en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, la seguridad alimentaria significa el abasto oportuno, suficiente e incluyente de alimentos a la población. Soberanía alimentaria debemos entenderla como la determinación del país en materia de producción, abasto y acceso de comida a toda la población, basada fundamentalmente en la producción nacional, y la autosuficiencia como una consecuencia de esto último, acotando, en todo caso, el cumplimiento de metas que garanticen la seguridad alimentaria. Seguridad y soberanía alimentaria son conceptos complementarios y, por Ley, obligatorios. Se requiere, por tanto, de una definición propia, como país soberano, como lo hacen muchos otros países, de la cuestión alimentaria, con indicadores precisos, objetivos, metas, indicadores, medición y evaluación. Con soberanía en la determinación de las políticas y acciones a seguir, debemos establecer que la autosuficiencia se oriente prioritariamente a garantizar el abasto de productos estratégicos para nuestro país, como maíz, frijol, arroz, trigo harinero y leche.

La falta de producción interna para satisfacer los requerimientos de consumo de productos, en general y en específico –advierte–, se resuelve con sistemas de producción eficientes, sustentables y rentables. No se trata de producir internamente a cualquier costo, sino aprovechar al máximo el potencial productivo de la producción agrícola y pecuaria con políticas apropiadas. Se tienen márgenes importantes para aumentar la productividad de los cultivos.

El tema de la volatilidad de los precios agrícolas, la especulación y los efectos del cambio climático es otra vertiente por la cual se debe avanzar en el rubro de la autosuficiencia. México no puede ser susceptible a vaivenes de este tipo; es grave, por ejemplo, no saber hoy día la calidad de nuestros inventarios en productos estratégicos. Y es lamentable la forma como el Presidente EPN y su partido han decidido dar la espalda a los productores de México al negar la posibilidad de luchas y aspiraciones históricas, como el lograr que los campesinos mexicanos contribuyan en mayor medida a la disponibilidad de alimentos y a que su trabajo les sea dignamente retribuido.

DESDE EL CENTRO

En cuatro mesas temáticas empezaron a ser atendidos las organizaciones que integran el Frente Auténtico del Campo, que no han dejado de protestar por el trato que se les ha dado en la actual administración. Ahora el casi estrenado como nuevo titular de la SAGARPA, el tamaulipeco Baltasar Hinojosa Ochoa ordenó pronta respuesta a los productores “siempre que la dependencia esté en posibilidades y los tiempos lo permitan”. Las centrales que cuentan con puertas abiertas son la UNTA, MST, CODUC y CIOAC, las que mantienen esperanzas de que se aprueben sus proyectos productivos… José Antonio Meade Kuribreña se reunió ayer con miles de cenecistas de la Comarca Lagunera donde aludió el triunfo del equipo Santos, con el que ganó el campeonato del futbol mexicano al imponerse a los Diablos Rojos del Toluca, que es el de las preferencias del presidente Enrique Peña Nieto… “Juntos haremos historia”, la coalición que encabeza AMLO sigue estableciendo la agenda de los temas nacionales y hoy miércoles, por el sector primario, Víctor Villalobos inicia una gira de trabajo de dos días por Sinaloa, donde se reunirá con productores del sector agroalimentario de esta entidad así como de Sonora y Nayarit.

tigrebilly@hotmail.com

 

 

 

 

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