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Denuncian incomprensión de autoridades federales, deslealtad y falta de regulación en importación de lácteos

+ Una vergüenza que LICONSA como  empresa nacional no se abastezca de leche producida en México

+ Lecheros sacrifican en pedazos su patrimonio para poder seguir en el mercado

+ A  las autoridades federales de Economía y Salud, no les  importa que desaparezcan los productores y se comercialicen supuestos derivados lácteos

CIUDAD DE MÉXICO, 05 de Junio de 2016.- Son varios los factores que inciden en la problemática lechera en México. Primero, la incomprensión de las autoridades gubernamentales del gran daño al patrimonio nacional que representa la cadena láctea, al dar en exceso, facilidades para importar y vender, obligando a vender en partes lo logrado en décadas para seguir en el mercado; segundo, el bajo precio de  que paga la industria. Y la disminución del volumen de compra copiado por LICONSA.

Tercero, la falta de ética de parte de LICONSA y la industria que deslealmente, aprovecha la baja en el precio internacional del polvo de leche descremada para condicionar el volumen y el precio a la baja de la leche pura y fresca producida en México. Esto obliga a los productores a regalar su producto por falta de mercado.

Cuarto, que las autoridades federales de Economía y Salud, parecen comparsas y no les importa que entren supuestos derivados lácteos –‘productos lácteos’ les llaman las tiendas de autoservicio—sin la regulación correcta, de la calidad, de sanidad, en competencia desleal en el precio  y con el riesgo adicional de afectar la salud de los consumidores.

El presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz, señaló lo anterior en entrevista y destacó que es más fácil para las autoridades federales permitir la compra en el extranjero de polvo de leche, que ponernos a trabajar para resolver un problema que afecta a 150 mil familias dedicadas a la ganadería lechera y a dos millones de empleos directos relacionados con la producción, procesamiento industrial, distribución y comercialización de los derivados lácteos.

Además de estos elementos, en el país hay más de 500 empresas proveedoras de alimentos, de equipos para la ordeña, laboratorios, farmacias y profesionales veterinarios que viven en torno de la leche y sus derivados.

Consideró Álvaro González que “es una vergüenza que LICONSA como empresa nacional no se abastezca de leche producida por mexicanos, fresca, pura, de alta calidad nutricional, comparada con la que se importa, además coadyuva a inhibir la migración a las grandes ciudades o al extranjero, contribuye en pueblos y comunidades pobres donde existe hambre y desnutrición”, a la generación de riqueza, a tener una alimentación más sana, entre muchos otros beneficios, puntualizó.

De la misma manera, para la economía nacional representa una dinámica generadora de impuestos, sin perder de vista que la lechería mexicana tiene inversiones en el sector; es decir, en ganado, infraestructura, equipos, instalaciones, por más de 300 mil millones de pesos.

“Esto no lo podemos echar al drenaje”, porque es el sustento y patrimonio de una ganadería lechera que tiene una tradición de más de 400 años y que, malas políticas nos han impedido a los pequeños y medianos productores contribuir al desarrollo de México tanto como podemos, afirmó el dirigente Álvaro González.

Los productores lecheros pedimos al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, su intervención para poner fin al desorden y que se dé a la lechería mexicana la importancia social y económica que merece, en virtud de que la alimentación del segmento de población que se encuentra en estado de pobreza alimentaria, no se siga poniendo en riesgo.

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