TUXTLA GUTIÉRREZ, Chiapas, 28 de Agosto de 2014./Grissel Fernández Serrano.- Quiero platicarte acerca de un libro que me ha parecido muy interesante, podrás encontrarlo con el título Música vernácula de Chiapas, ¿por qué he visto atractivas las páginas del libro mencionado? Para comenzar si estuviese colocado en una tienda de ropa, traería inscrito a su etiqueta la palabra “unitalla”, y toda persona podría amoldarlo a intereses personales, ya que a pesar de poseer cualidades provechosas –que iré mencionando- puede ser oportuno tanto para personas curiosas, como para estudiantes (egresados, maestros) de música –en caso de hallarse en la tarea emocionante de escribir una tesis, la información contenida en Música vernácula de Chiapas resultará como un bello y frondoso árbol en un día asoleado, esto para los interesados.
Más aún, parecerá atractivo también a sociólogos y antropólogos que mantienen su punto de vista puesto en Chiapas. Un dato que el libro proporciona, es el hecho que un instrumento llamado el tinco, ubicado tal vez en la época Preclásica (desde 2000 a.C. hasta el año 250 d.C.), puede verlo en el Museo Regional, guardaba tanta relación con la cultura de las personas indígenas que al dejar de sonar desapareció su lengua, la chiapaneca, ésta todavía se manifestaba a través de una alabanza ceremonial.
Ahora bien, aunque en el libro puede hallar información muy valiosa, su lectura no resulta complicada puesto que maneja un lenguaje agradable para todo público. Música vernácula de Chiapas contiene referencias de un relevante valor respecto al pasado en nuestro estado. De un pasado en el que convergen y conviven los sonidos, el ritmo, cantos, además de las ceremonias religiosas –que si bien éstas fueron o son aún el punto focal para la representación acústica-, me refiero al estrato musical más cubierto por capas polvorientas dedicadas al mismo fin. Es decir, a todas las generaciones musicales posteriores a las primeras manifestaciones acústicas del hombre en Chiapas, ya que si todas las que le siguieron se nutrieron de las primeras en gran medida, éstas han sido olvidadas y abandonas entre polvo y escombro.
Mientras la línea del tiempo va transcurriendo dentro de las hojas de papel, podrás ver los barcos europeos arribar a tierras mexicanas: poner su vista en nuestros antepasados, en cada acción, entre ellas la ejecución de instrumentos acompañados por cantos. Observarás a los extranjeros cual antropólogos en trabajo de campo, tomando nota también de la necesidad espiritual que las personas del pasado abrigaban y exteriorizaban en sus eventos religiosos, digo esto porque la música guardaba una estrecha relación dentro de este ámbito.
Apreciarás cómo ellos fueron facilitando instrumentos tan nuestros ahora, como los de cuerda: violín, guitarra e instrumentos de viento, madera y metal. La marimba tan representativa de nuestro estado, vino después con la llegada de los esclavos negros. Los extranjeros europeos crearon canciones religiosas que posteriormente fueron puestas en las voces de nuestros antepasados.
Pero lo que he venido mencionando no es todo, en las páginas que siguen aguardando tu vista como lector, vas a encontrar investigaciones etnográficas muy disfrutables. Cierta-mente lo previo expresado en cuanto al libro es poco en comparación con la información contenida en él, se puede leer una recopilación de notables investigadores del CESMECA muy valiosa en contenido. Sumando su singularidad debido a que no hay ejemplares variados que aborden el tema de forma tan extensa y meticulosa, por lo que es conveniente tenerlo en el librero.
Música vernácula de Chiapas es un libro muy valioso en información, por lo que desde mi punto de vista es muy recomendable para los interesados en la trayectoria de la música, en el estado de Chiapas.
Este libro es parte de la colección Selva Negra de la Producción Editorial de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), que está disponible para su venta en las Librerías Universitarias ubicadas en Ciudad Universitaria (Libramiento Norte Poniente) y la planta baja del Edificio de Rectoría (1ª. Sur Poniente #1460).