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Tuxtla Gutiérrez, 13 Junio 2017.
Durante años en México diferentes actores han luchado para establecer una verdadera libertad de expresión, si bien han habido notables avances, también es cierto que existen personajes arcaicos que se oponen a los nuevos escenarios que se dibujan en el país en el tema en cuestión.
Este es el caso de la diputada local priista María de Jesús Olvera Mejía, quien escudándose en el fuero constitucional del que hasta este momento goza, emprende acciones propias de personajes retrogradas y totalitarios que no soportan la crítica y señalamientos, máxime cuando éstos son con elementos y pruebas.
La legisladora, valiéndose de su fuero, pretende una reparación económica por el orden de cinco millones de pesos por el supuesto delito de difamación y daño moral a su persona en que supuestamente incurrió este reportero.
Los señalamientos vertidos en la nota publicada en el medio para cual laboro, cuentan con los elementos suficientes para tales señalamientos además de señalar la fuente de manera clara y precisa quién la señala por delitos diversos entre los que se incluyen fraude, asociación delictuosa, motín homicidio en grado de tentativa, falsificación de documentos, entre otros.
En este último, llama la atención pues a pesar de que existen elementos de la falsificación de documentos, pues la legisladora en cuestión cuenta con dos actas de nacimiento, una de Chiapas y otra de Hidalgo, así como dos CURP de los mismos estados, ninguna autoridad electoral en su momento dio cuenta de este hecho y pese a ello llegó a la curul que actualmente ocupa y desde la cual continúa haciendo de las suyas.
Porque ello, insisto, es lamentable que escudándose en el fuero constitucional emprenda una serie de ataques en contra de la libertad de expresión y hacia mi persona.
Festejo pues, que el congreso local haya dado los primeros pasos para eliminar la figura del fuero en los legisladores y que en casos como este se convierten en un pasaporte a la impunidad, como es el caso de Olvera Mejía, quien debería de conducirse sin protección alguna, como cualquier ciudadana.
Silvano Bautista I.
Reportero.