TUXTLA GUTIÉRREZ, Chiapas. 07 de enero de 2019./A. Marroquín./(muralchiapas.com).- Médicos y personal del Hospital público Dr. Gilberto Gómez Maza de la capital de chiapanenca, sin ninguna consideración lo echaron a la calle por no haber medicamentos para atender el mal que lo aquejaba.
La Navidad del 2018 no fue lo que esperó, la esperanza que tenía se escapó con los pocos recursos con los que contaba; médicos y personal del hospital Dr. Gilberto Gómez Maza de la capital de Chiapas lo echaron por no contar con medicamentos y un tratamiento digno para amenizar su dolor… su enfermedad.
Desde el pasado 24 de diciembre –día que fuera dado de alta– deambulando por las calles y avenidas de Tuxtla Gutiérrez, Alberto De los Santos Escobar de 49 años de edad, ha rebuscado dentro de sus bolsillos y dentro de su vocabulario para que los tuxtlecos se apiaden del cálculo renal y de la litiasis biliar que se revuelven dentro de su riñón y vesícula.
Tras ser excluido del nosocomio del Estado, De los Santos Escobar relata la pesadilla con la que ha tenido que vivir en los últimos 14 días por no contar con el ingreso suficiente para combatir los depósitos sólidos malignos en su organismo.
“La vesícula llena de piedras y con el perdón de la palabra mi conducto ya explotó, pura sangre estoy haciendo y así ando en la calle; no tengo donde vivir”.
Sus ojos amarillentos y la memoria le recuerdan que se encuentra grave, pero –aun– así camina y atraviesa en un par de ocasiones el Parque Centra del Tuxtla Gutiérrez para pedir auxilio en presidencia municipal, no consigue más que una referencia para que lo apoye el Ejecutivo.
“Tengo un papelito, supuestamente me mandaron de presidencia que yo viniera aquí (Palacio de Gobierno) con una persona”.
El calor del meridiano lo golpea pero dice estar firme y con fe para pedir ayudar en Palacio de Gobierno, es rechazado por los guardias de seguridad; que vuelva otro día porque hay actividades y nadie puede atenderlo.
Con lágrimas en los ojos y las manos, indica que no puede más con el dolor que «me voy a dejar morir acá, yo creo que si pueden pagar una caja”.
Explica que en los dos meses internado en el Gómez Maza no tuvo mejora alguna, donde médicos externos le facilitaron su operación por un costo de 10 mil pesos, pero si logra botear una cifra cercana a esa será intervenido.
“Mis medicamentos todo lo costeamos nosotros, yo ya terminé con todo lo que nosotros tenemos derecho al hospital”.
“No me pueden hacer mi operación; estos son todos los estudios que no he podido pagar”.
Su historial clínico/privado es sólido como la enfermedad que habita dentro de él; solicita que la humanidad se acuerde de su existir.
Por último, deja un mensaje, que se comuniquen con su esposa, la señora María de Luz Martínez Castro, al 961 13 68 357 si desea apoyar con algo para mejorar su salud.
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