+ Si pasas por una impresión muy fuerte en México, lo primero que te recomendarán, es «Un bolillo pa’l susto» o un poco de pan dulce son los mejores aliados contra dichas emociones.
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CIUDAD DE MEXICO, 08 de septiembre de 2021./VIX.- Si pasas por un susto o una impresión muy fuerte en México, adivina qué es lo primero que te recomendarán… ¡pues claro! «Un bolillo pa’l susto» o un poco de pan dulce son los mejores aliados contra dichas emociones.
Fuera de que esa es una premisa altamente «memeable» (sobre todo después de un temblor), la idea alguna vez llamó la atención de especialistas médicos pertenecientes al Journal of Traumatic Stress.
Según una investigación titulada Benefits of Bolillo in Postraumatic Stress Among Mexican People (alojada también en la National Library of Medicine- NIM) el bolillo y en general cualquier tipo de pan, sí logra aminorar los efectos del estrés y la ansiedad.
A través de entrevistas realizadas por los especialistas, se recopilaron 24 testimonios de diversos sobrevivientes a desastres naturales en Jalisco, Oaxaca y en el estado americano de Florida.
Todos ellos mostraron síntomas relacionados al estrés post-traumático en días posteriores al evento. Sin embargo, el 83% se sentía «en paz» cuando comía.
Éste análisis evaluó hasta qué punto el hecho de comer «apagaba» los síntomas de estrés post-traumático (angustia generalizada, sudoración de manos, espasmos en el pecho, etc.)
De acuerdo a los propios entrevistados que se sentían aliviados, no toda la comida les devolvía la calma. Por alguna razón, sólo volvían a sentirse en paz con alimentos dulces y de consistencia suave.
En sí, los científicos tienen una explicación sencilla para avalar al bolillo como «pacificador» oficial de los mexicanos: los carbohidratos que contiene producen neurotrasmisores como la dopamina, misma que ayuda a reducir sentimientos de culpabilidad, hipervigilancia y nerviosismo; conduciendo a un estado de relativa calma y «recompensa» a pesar de la alerta.
De esta manera, aunque no siempre se esté consciente de ello, los carbohidratos de nuestra vida diaria (incluso aquellos que no son saludables para el peso) funcionan como inhibidores de nerviosismo. Por esto mismo, a veces relacionamos el estrés con hambre, y si se recae mucho en esa manía, se convierte en un problema.
Ahora lo sabes: hay algo de científico en todo mexicano que sabe que un bolillo es el mejor combatiente para un susto.