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El líder nacional del PRI altera estatutos y se pone a sí mismo la corona hasta 2032

+  Aunque desde la Asamblea Nacional del PRI aseguraron que el objetivo de reformar los estatutos del partido no fue beneficiar a Alejandro Moreno, las modificaciones abren la puerta a que él y su circulo cercano se mantengan en el poder hasta por ocho años más.

 Historia de Montserrat Antúnez • Sin Embargo

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de julio 2024./Historia de Montserrat Antúnez • Sin Embargo/(SinEmbargo).– El Partido Revolucionario Institucional (PRI) podría llegar a 100 años de vida de la mano del mismo dirigente que ha acercado esta fuerza política a su desaparición. Este 7 de julio el priismo avaló una reforma que permitirá a Alejandro Moreno Cárdenas, su dirigente nacional, postularse para mantener el mando hasta 2032.

La Asamblea Nacional número 24 del partido se realizó después de días de reclamos de exdirigentes del partido, exgobernadores y cientos de militantes que exigen quitarle el control del priismo a Moreno Cárdenas, conocido como “Alito”.

Más de 3 mil militantes votaron por reformar el artículo 178 de los estatutos del PRI para permitir que tanto “Alito” como Carolina Viggiano, secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional, así como quienes encabezan los comités directivos estatales puedan ser electos hasta por tres periodos consecutivos. Las y los dirigentes actuales podrán participar en el proceso de renovación ordinario que se realice en los próximos meses.

“Las personas titulares de la Presidencia y la Secretaría General electas para los Comités Ejecutivo Nacional y Directivos de las entidades federativas, durarán en su función cuatro años y podrán ser electas hasta por tres periodos consecutivos. Los Comités Municipales y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, durarán en su función tres años, y podrán ser electos hasta por dos periodos consecutivos”, se lee en el dictamen avalado durante la Asamblea Nacional.

Alejandro Moreno fue electo para dirigir el PRI de 2019 a agosto de 2023, pero a finales de 2022 impulsó cambios a los estatutos del partido que le permitieron extender su gestión hasta agosto de este año, con el argumento de esperar la elección federal. La reforma a los estatutos le permitiría extender su presidencia hasta 2032, pues ya cumplió un primer periodo y ahora puede aspirar a ejercer dos más de cuatro años.

Pese a que priistas expusieron que se convocó a la Asamblea Nacional de manera apresurada, sin una reflexión sobre la elección federal del 2 de junio que colocó al partido como la tercera fuerza política, tanto “Alito” Moreno como quienes encabezaron las discusiones previas defendieron que la decisión no se tomó para favorecerlo y, dijeron, fue  un proceso democrático realizado después de más de 500 asambleas municipales, 32 asambleas estatales y cuatro mesas temáticas con representantes de distintos estados.

“No se amplía el mandato lo que sí se hace se hace una reforma para que todos los comités municipales comités, estatales y comités y Comité Nacional pudiera reelegirse, pudiera participar o continuar después de otro producto, un proceso electoral de determinado período hasta por dos períodos más.

“No es una ampliación del mandato, sino que se le permite a los presidentes, secretarías generales de los comités municipales, de los comités estatales y del Comité Nacional participar en la elección de dirigentes hasta en tres elecciones consecutivas. No veo beneficio para Alejandro Moreno, es la oportunidad de volver a participar en un proceso […] eso es una apreciación de quienes intentan y han intentado siempre desprestigiar al PRI”, dijo en entrevista Gaspar Quintal, presidente de la Mesa de Estatutos y dirigente del partido en Yucatán.

A la Asamblea Nacional acudieron militantes de distintos estados para acompañar con porras y tambores a sus delegaciones, pero algunos lamentaron que su voz y su voto no fueron considerados, un reclamo que ya se había replicado en las últimas semanas.

Alejandro Arévalo, un militante de la Ciudad de México, acudió este domingo al Pepsi Center de la Ciudad de México con la intención de participar porque, dijo, este evento fue promocionado “como un debate plural político abierto a todas la sociedad priista”, al no conseguirlo rompió una puerta de cristal del acceso al Pepsi Center de la Ciudad de México, donde se realizó la reunión, y logró entrar junto a más militantes, pero no les permitieron la entrada al salón donde se votó la reforma a los estatutos.

“La Asamblea Nacional nos quedó a deber, muchos votaron, pero hubo mucha gente que no, muchos también se quedaron afuera. Se sentía el ambiente polarizado”, externó Arévalo al hablar sobre su preocupación de que la dirigencia del PRI no escuche más voces.

“No sé si las intenciones [de Alejandro Moreno] sean malas, pero siento que no ha volteado a ver a toda la militancia, le hace falta un poco más de pluralidad al partido”, expuso.

Una vez aprobadas las reformas que le permitirán seguir al frente del PRI, Moreno Cárdenas argumentó que el proceso de modificación de estatutos del partido estuvo abierto a la militancia, pues aseguró que quienes quisieron expresarse acudieron a las asambleas municipales y estatales, así como a la Asamblea Nacional.

Sin embargo, desde junio, cuando el PRI publicó la convocatoria al encuentro nacional, militantes en distintos estados y exdirigentes denunciaron que limitaron su participación para priorizar la de las personas cercanas a la dirigencia nacional.

De eso han transcurrido más de 90 años. El llamado partido histórico ha pasado por una serie de reformas y en cara una más. Dos de las más importantes ocurrieron, primero, el 30 de marzo de 1938, bajo el gobierno del General Lázaro Cárdenas del Río, cuando fue renombrado el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), y, segundo, el 18 de enero de 1946 se crean los documentos que dan vida a la tercera etapa del partido y cambia el nombre a Partido Revolucionario Institucional (PRI), con el lema “Democracia y Justicia Social”.

Alejandro Moreno, quien lidera el cambio más reciente, ha personificado los vicios que tienen al PRI en su último estirón. “Alito” fue más allá de lo que ha ido cualquier dirigente nacional desde que el PRI es PRI al abrir la posibilidad de seguir en el cargo.

Entre las reformas que celebró el tricolor está la de garantizar que el 60 por ciento de los cargos serán ocupados por mujeres como una “estrategia esencial para fortalecer y revitalizar el partido”.

La propuesta fue celebrada por mujeres priistas, como Celia Sarabia, militante de Sinaloa, quien consideró que los recursos destinados para capacitar a mujeres en el partido “se tienen que realmente captar y lo que se capte usarlo para lo que está hecho, para reforzar la participación de la mujer para que realmente con más ganas esté preparada y capacitada para poder trabajar en  el tema político”.

El llamado es importante pues en los últimos meses la Diputada Montserrat Arcos ha denunciado que mientras dirigió el Organismo Nacional de Mujeres Priistas atestiguó cómo Alejandro Moreno desplegó todo un sistema para poder quedarse con millones de pesos destinados para la capacitación de mujeres, peros sus demandas siguen sin ser resueltas.

El PRI describió las reformas avaladas recientemente como “una ruta de modernización”, aunque se anunciado que las personas inconformes podrán presentar quejas ante el Tribunal Electoral. El intento por transformar al partido a llega mientras atraviesa su peor crisis en la historia y después de competir por primera vez en una elección presidencial sin una candidatura propia, en alianza con los partidos Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), que perdió su registro a nivel nacional

Lo cierto es que la debacle electoral y territorial del PRI comenzó en 2016, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, un sexenio marcado por una corrupción desbordante que le arrebató la confianza de la gente.

Ese año perdió siete de las 12 gobernaciones que estaban en juego en esas elecciones: Durango, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Aguascalientes y Puebla. Luego, en 2018, perdió la Presidencia del país con José Antonio Meade quien logró apenas el 16.4 por ciento de la votación, quedando en tercer lugar.

La crisis se agravó cuando Moreno Cárdenas fue nombrado dirigente nacional en agosto de 2019. Recibió a un tricolor que encabezaba 12 gaubernaturas pero en 2021 perdió ocho: Colima, Campeche, Guerrero, San Luis Potosí, Sinalo, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas; en 2022, perdió Hidalgo y Oaxaca y en 2023, dejaron de gobernar el Estado de México, uno de sus bastiones más fuertes.

Además, cuando Alejandro Moreno Cárdenas llegó a la presidencia del PRI, el INE tenía el registro oficial de siete millones 203 mil 191 priistas pero para 2023, última actualización pública de la militancia partidista, bajó a un millón 411 mil 889 militantes; es decir, en cinco años perdió cinco millones 791 mil 302 afiliados, equivalente al 80.3 por ciento.

Nada de esto ha importado. “Alito” se ha mantenido, y seguirá, en el poder.

 

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