14 Enero 2016
Pascual Cruz Galdámez.
Saqueo y corruptelas las cartas de Bayardo para el PRI…
Comenzó la “loca” carrera por la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el otrora partido de las mayorías que ahora está reducido a nada, y no sólo porque en Chiapas sea letra muerta, sino porque a nivel nacional no representa más que los intereses o el medio utilizado por los hacedores de imagen que llevaron a Enrique Peña Nieto al poder, y ojo, el PRI no regresó a Los Pinos, sino que no había otro medio para que los Salinas, los Azcárraga, se apoderaran de México más que por esa vía, y hacer creer a la gente que el partido tricolor había retomado su fuerza y hegemonía política de otros tiempos y que se reposicionaba en el poder, pero que transcurrido tres años de gobierno fallido, es fácil darse cuenta que nos gobiernan los grandes monopolios televisivos y que el PRI sólo es una mera manera de disfrazar el ejercicio de la autoridad, donde las leyes y grandes reformas políticas representan los intereses propios de los poderes fácticos y no del pueblo. En Chiapas ya se barajan nombres de quienes pueden suceder al gris Roberto Albores Gleasson en el comité estatal del tricolor, pero ninguno de relevancia, todos enanos, con el único mérito de comprar los encargos de elección popular a los que han arribado por conducto de los acuerdos y no de una verdadera representatividad popular. El secretario de Infraestructura del gobierno de Chiapas, Bayardo Robles Riqué, se apunta mediáticamente aunque él personalmente no ha salido a decir esta boca es mía y cree tener los suficientes méritos como para poder suplir al senador Gleasson, aunque de trabajo partidista sólo ha tenido una carrera opaca y de mala reputación pues fue diputado con más penas que gloria impulsor de Yassir Vázquez, el gran saqueador de los recursos en la comuna capitalina, quien era quien le cargaba la maleta a Bayardo en el Congreso. Como secretario de Infraestructura en la presente administración, su misma gente dio cuentas del robo indiscriminado de los recursos destinados a la obra pública, la adjudicación directa de obras a su empresa a nombre de su propio hijo, el manejo de la papelería de “empresas” legalmente constituidas pero en las que el verdadero dueño es el propio Bayardo, la adjudicación de obras a empresarios de la construcción a cambio de “favores especiales”, donde hasta se habló de una supuesta compra de un rancho en la comunidad de Ocuilapa de Juárez en Ocozocoautla, mientras sus amigos se preguntaban “de dónde agarró tanto dinero Bayardo si antes de ser secretario traía una mano atrás y otra adelante”. Para nadie es un secreto que al pretender ser presidente municipal de Tuxtla, en una casa de conocido fraccionamiento residencial a la altura de la quinta norte poniente, se reunían Bayardo y sus esbirros para pasar la charola con el argumento que un tío del presidente de la República de apellido Del Mazo Peña, le había ya asegurado sería el presidente municipal de la capital chiapaneca en lugar del otro, no menos bandido, Samuel Toledo, pero que al no cuajar esa intentona por los grandes acuerdos de Sabines con la cúpula priísta, se presionó al gobernador Manuel Velasco para que lo incrustara como secretario de Infraestructura, con los resultados a la vista. Cuando el grupo de contratistas que patrocinaron a Bayardo en su búsqueda de la alcaldía coneja supieron esto, simplemente dijeron “le pegamos arriba” y ya se hacían construyendo obras de gran magnitud y precio producto del cuantioso favor económico a Bayardo, pero cuál va siendo la gran sorpresa que el flamante amigo de los constructores chiapanecos se les hizo ojo de hormiga y una vez sentado no volvió a recibirles ni siquiera la llamada telefónica. Ese es el gran mérito que tiene Bayardo para dirigir al PRI, una historia gris, de saqueo y corrupción que, al parecer, es el gran requisito entre los tricolores para aspirar al cargo de dirigente. Sin descartar, también, en lo que respecta a Chiapas, desde hace muchos años ese partido fue reducido a un cascarón viejo al que Pablo Salazar Mendiguchía llamaba “malditos priístas” y cuyo odio lo llevo a mantenerlo a raya, dividido y con dirigencias a modo a su gobierno. Desde esos tiempos el PRI no ha obtenido nada sustancioso, solo espacios dentro del gabinete del gobierno donde se limita a ser cola de león. Pablo, Sabines Guerrero, y el actual gobierno de Manuel Velasco, son la muestra palpable de que ya no hay PRI en Chiapas, pues aunque fue aliado en la asunción al poder actual, su dirigencia es vista como el patito feo del cuento y eso nos lleva a asegurar que el siguiente líder del PRI será un líder a modo, aunque para el caso de lo que representa y sirve, el PRI como la caca del perico (…) En los próximos días se recrudecerá el conflicto en la Secretaria del Transporte, esos son los datos que nos proporcionan fuentes fidedignas donde arribarán más inconformes desde el municipio de Comitán, Villaflores, Cintalapa, Acala, entre muchos otros municipios donde personas de posiciones económicas acomodadas invirtieron hasta en un número de cien mototaxis y a quienes les pasan periódicamente la charola, pero que ahora que se destapó la cloaca están perdiendo parte de lo que gastaron y es por eso la inconformidad. No tardan en decir, estos modernos empresarios del transporte en su modalidad de mototaxis, a quién le proporcionan todo el dinero producto de los peines diarios. Por lo pronto hay metidos varios ex alcaldes que aprovechándose del encargo adquirieron permisos apócrifos para meter a ruletear sus mototaxis y ahora son los que están moviendo sus influencias para poner en jaque al gobierno de Chiapas y por lo pronto el titular de la dependencia, Fabián Estrada, ya tiene lista hasta sus maletas, no sin antes, serán desenmascarados sus funcionarios menores que fueron comisionados a cobrar las respectivas cuotas para dejar trabajar libremente a los piratas… Por hoy es todo y hasta el próximo En Resumen…