+ La iniciativa internacional Nutrialgae demostró que el uso de bioestimulantes elaborados a base de algas marinas permite obtener hasta un 20% más de productividad, dependiendo de las características del suelo, empleando un 30% menos de fertilización convencional.
+ Los productos aplicados, propios de la agricultura sostenible del siglo XXI, han demostrado que tienen un alto retorno de la inversión, al haber conseguido un rendimiento económico tres veces superior a los costos.
CIUDAD DE MÉXICO; 05 de diciembre de 2022.- El proyecto Nutrialgae, liderado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la empresa de biotecnología marina Ficosterra, ha logrado su objetivo de reducir el uso de fertilización química sin repercutir en la productividad de las cosechas.
Mediante ensayos internacionales, llevados a cabo durante un año y medio en pruebas de campo y laboratorio donde se utilizaron bioestimulantes elaborados a base de algas marinas y microorganismos, se demostró que con el uso de estos insumos es posible obtener hasta un 20% más de productividad, dependiendo de las características del suelo, empleando un 30% menos de fertilización convencional.
La aplicación de los bioestimulantes –desarrollados por Ficosterra– en el campo multiplica por dos la inversión, lo que se traduce en una reducción de costos en toda la cadena de valor de la industria agroalimentaria.
Cabe recordar que, en 2021, Ficosterra fue seleccionada entre más de 600 empresas e instituciones, por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus siglas en inglés) para participar en el programa Ocean Innovation Challenge (OIC), una herramienta específicamente diseñada por UNDP para acelerar el progreso del cumplimiento del Objetivo 14 de Desarrollo Sostenible (ODS), cuya misión es conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.
El Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, (CICESE. México), GN Productores Navarro (México) y la Universidad Hassan II de Casablanca (Marruecos) fueron las entidades con las que colaboró Ficosterra en las pruebas en campo y laboratorio que se realizaron con el cultivo de brócoli como parte del proyecto del OIC.
Para ello, se emplearon los bioestimulantes de extractos de algas y microorganismos, Cystium-k® y Ficosagro®, certificados por la agricultura orgánica y recolectados de forma sostenible.
Los expertos señalan que existen dos beneficios económicos dentro de este proyecto de agricultura orgánica: los derivados de la disminución de costos de fertilización y los correspondientes a la venta del brócoli. Los productos aplicados, propios de la agricultura sostenible del siglo XXI, han demostrado que tienen un alto retorno de la inversión, al haber conseguido en México un rendimiento económico tres veces superior a los costos.
La ciencia ya conocía las propiedades del uso de las algas marinas para mejorar el rendimiento de los cultivos. El proyecto de investigación Nutrialgae ha demostrado, además, que se puede reducir la contaminación en los acuíferos, provocada por los residuos de nitrógeno presente en los fertilizantes de origen químico.
Ahora el equipo multidisciplinario que trabajó en Nutrialgae comprobó que la aplicación combinada de bioestimulantes con estas características promueven el crecimiento de los cultivos gracias a que los suelos ganan en porosidad y capacidad para absorber nutrientes, la salinidad se reduce, la actividad microbiana del suelo se estimula y se requiere menos agua en el cultivo.
“En Ficosterra nos referimos al enfoque Triple Win, tres son los ganadores que salen beneficiados de esta agricultura regenerativa: la naturaleza al reducirse la huella de carbono y la escorrentía de nutrientes; los agricultores al aumentar el rendimiento de los cultivos y ahorrar en productos para el campo; y las personas, los consumidores que podemos acceder a alimentos más saludables y respetuosos con el medio ambiente y sus recursos limitados”, destaca el CEO de Ficosterra, Luis Lombana.
La apuesta por la agricultura sostenible deriva en casos de éxito
Otro resultado exitoso derivado del proyecto de investigación Nutrialgae es el acuerdo cerrado en noviembre entre GN Productores Agrícolas, a través de su filial Croptek, y Ficosterra América para investigar, desarrollar y comercializar productos orgánicos.
En paralelo, GN Productores Agrícolas incorporará los bioestimulantes Cystium-k® y Ficosagro ® en los planes de fertilización de cultivos de la empresa, mientras que Croptek también ampliará su catálogo de productos con bioestimulantes elaborados por Ficosterra América.
Asimismo, como parte de la distinción de UNDP/OIC, la organización desarrollará un programa de acompañamiento para abrir nuevas vías de negocio en torno al valor nutricional y regenerativo que tienen las algas. Una de esas acciones es el proyecto fiConcept que se está gestionando con las islas de Santo Tomé y Príncipe.
Este proyecto ofrece una cartera multidisciplinaria de servicios de consultoría para la gestión sostenible de las algas. Ficosterra prepara una propuesta de servicios de transferencia de tecnología para apoyar a estos países en la consecución de sus objetivos de desarrollo sostenible.
Las soluciones en las que se está trabajando están basadas en la evaluación del uso de las algas marinas para generar productos agrícolas, ganaderos y energéticos, en concreto, en la aplicación de la biotecnología para transformar las algas de arribazón (Sargassum spp.). Con ello, se busca reducir el deterioro de la fertilidad del suelo causado por el exceso de fertilizantes químicos, la escorrentía de nitrógeno y fósforo a los océanos, los crecientes costos de fertilizantes y alimentos, así como las emisiones de metano en animales.
Ficosterra es una empresa española de biotecnología marina, fundada en 2017, dedicada al desarrollo de bioestimulantes y biofertilizantes a partir de algas marinas. Estos insumos incrementan la productividad de los cultivos al tiempo que facilitan la reducción de fertilizantes convencionales. Esta nueva práctica en la agricultura, 100 % ecológica y sostenible, reduce sensiblemente el impacto medioambiental que generan los fertilizantes químicos, especialmente en mares y océanos.
Con sedes en Burgos (España) y Ensenada (México), Ficosterra surge de la mano de un proyecto de investigación de la multinacional española Hispanagar, que se dedica desde hace más de 50 años a la fabricación de hidrocoloides marinos. Con numerosos clientes afines a este tipo de productos en España, está abriendo mercados en Europa y América, donde recientemente cerraron un acuerdo con socios mexicanos para constituir Ficosterra América, donde se fusionan las biotecnologías europea y americana para ponerlas al servicio de la agricultura del continente americano.