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ENTORNOS

30/Julio/2014.

JOSE LUIS ROQUE POPOMEYA

EDUCACIÓN CON EQUIDAD

Parece que Confucio, por ahí del año 400 antes de la era cristiana, no se confundió cuando refería la frase que “Donde hay educación no hay distinción de clases.”. Sin embargo, es hasta el año el año 2010 en donde la Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, puso el dedo en la llaga con un proyecto educativo para iberoamérica, denominado Metas 2021 “La Educación que queremos para la generación de los Bicentenarios”, ante la ceguera de maestros y la política educativa implantada en las escuelas públicas o privadas latinoamericanas.

Proyecto cuyo objetivo fundamental busca mejorar la calidad de la enseñanza, conseguir reducir las desigualdades y llegar al año 2021 con un sistema educativo propio, con identidad latinoamericana, teniendo especialidad sensibilidad hacia la equidad en la educación.

Hay que recordar que la Educación es un derecho reconocido por todas las personas, es una garantía para su desarrollo. Es una garantía para su futuro, en esa perspectiva la OEI incorporó el proyecto de inclusión educativa.

El objetivo de este proyecto es conseguir que todos los alumnos estudien juntos, que todos los alumnos aprendan juntos de acuerdo con sus diferencias, físicas, culturales, de credos, políticas, de raza e incluso de habilidades mentales o con o sin discapacidad.

Sobre la inclusión  por ejemplo, Sylvia Schmelkes, refiere que se caracteriza por esta capacidad de atender a cada niño según lo que es, y en función de sus propias necesidades.

No hay que olvidar que a ojo de los expertos, ninguna cultura vale más que otra, ninguna discapacidad o ningún niño vale más que otro. Todos tienen un igual valor en dignidad y en derechos.

Recordemos que antes por ejemplo, las escuelas se caracterizaban por seleccionar a su población escolar, de acuerdo al perfil que consideraba correspondía a su visión académica, y en ello, afectaba clase social, cultura, creencia, en pocas palabras a niños diversos con o sin discapacidad que no reuniera el perfil requerido. Desde hace cuatro años, la OEI junto con organizaciones y fundaciones especializadas en el ámbito educativo, estudian diferentes estrategias para animar a las escuelas a que trabajen en experiencias inclusivas.

Estos estudios e investigaciones, por ejemplo llevaron a la fundación MAPFRE a reconocer que en Latinoamérica, los niños con discapacidad tenían muchísimos problemas no sólo para asistir a la escuela, o ser incluidas en ellas, sino para tener una vida normal, y bueno, no sólo esta población presentan este tipo de dificultades, sino también determinadas poblaciones étnicas, presentan exactamente los mismos problemas, es más, en determinadas zonas y en determinados países, las niñas tienen menos posibilidades de asistir a la escuela que los niños.

Esto no quiere decir que las buenas prácticas en las escuelas, los maestros, los grupos de profesores, dentro de este proyecto no fueran tomadas en cuenta, aún a aquellos que continúan sin superar sus complicaciones, los retos con que se encuentran, y que todo ello, permita que las sociedades locales conozcan que dentro de los estados, los municipios, las localidades, existen ya centros públicos o privados que trabajan por la inclusión. Tarea que a observadores de esta actividad, consideran un trabajo no sencillo.

Para ello, los que ya trabajan por la inclusión tiene determinadas prácticas, actividades, programas para mejorar la inclusión educativa, pensando que todos los niños y niñas de cualquier país o comunidad tiene el derecho de estudiar en la escuela junto a los demás alumnos, esto permite el paso a una escuela con mayor democracia.

Parece sencillo, sin embargo, se requiere la disposición del maestro en su centro escolar, pues le obliga a ser muy participativo, estar en contacto con todos los niños más allá de lo cotidiano, porque son con los maestros con quienes pasan la mayor parte del tiempo del día.

Y es aquí donde la aplicación de la inclusión en la educación, va a ligarse no solamente con las actividades de pupitre (o silla con paleta, según el caso), sino con actividades culturales, deportivas, incluso de campo en el cuidado del medio ambiente. Más allá de lo ordinario.

Tarea que en Chiapas, si se considera el 2010 como punto de partida, lleva cuatro años, en sus intentos de caminar al ritmo de la inclusión.

Quienes conocen de estos ambientes, refieren que un número suficiente de maestros, aún se niegan a trabajar de forma directa con niños que presentan alguna discapacidad, que es en este caso, el mayor de los problemas que pudiera darse al referirse a la inclusión.

La sociedad espera que al menos antes de llegar al 2021, el grueso de la población magisterial de escuelas públicas o privadas, en Chiapas, hayan puesto su granito de arena para atender a la diversidad escolar y por su puesto su inclusión educativa….“CORAM POPULO, EST VOX DEI” (LA VOZ DEL PUEBLO ES LA VOZ DE DIOS). Escritos y sugerencias, favor de enviarlas a: colentornos@gmail.com; colentornos@yahoo.com.mx. Tel cel. 044 9611500150.

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