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EPISTOLARIO

04 Enero 2017.

Por Armando Rojas Arévalo

El inicio, cuidado

DON ENRIQUE, mientras usted se reincorpora de sus vacaciones anunciando que el “gasolinazo” se queda y hace cambios en su gabinete, la ira recorre desordenadamente el país, sin cauce ni guía. Las redes sociales invitan a bloquear carreteras, quemar gasolineras y saquear comercios. ¡Cuidado! El enojo y la furia podrían ser el pretexto para que grupos radicales y oportunistas siembren el desorden y la anarquía, lo cual conduciría a un estado de excepción que, a su vez, daría ocasión a medidas que a nadie y a la sociedad civil en su conjunto convienen.

Veo a un Presidente solo, sin asesores ni quien le diga que la cerrazón tampoco es el camino. Las focas aplaudidoras llegan a ser un lastre.

El Senado aprobó el lunes 28 de abril de 2016, un dictamen para la reglamentación del artículo 29 constitucional, relativo al estado de excepción. De suyo regresivo y atentatorio contra los derechos humanos y las libertades políticas de la sociedad mexicana, el llamado Estado de Excepción permie al Presidente, con la aprobación del Congreso de la Unión, suspender o restringir las garantías individuales, bajo el supuesto de “invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto”. También, “cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto”, donde se contemplan “catástrofes naturales o provocadas por alguna persona; epidemias; desabasto prolongado de productos o servicios de primera necesidad; o similares”.

Lo que hay en las protestas genuinas de la ciudadanía por el “gasolinazo” y la escala de aumentos que ya se está dando, es rabia por el engaño y el descaro. El salario mínimo subió 7 pesos, pero los diputados y senadores aparte de su aguinaldo recibieron “bonos” de más de 250 mil pesos, y los ministros de la Corte llenaron sus alforjas con más de un millón. Varios ex gobernadores que dejaron quebrados sus estados y salieron locos de contentos con su cargamento, andan a salto de mata. Añádale la galopante inseguridad. Rabia porque las cosas no mejoran, por el contrario.

INICIÓ su gobierno con el dólar costando 12.87, hoy se cotiza a 21.71 pesos, nueve pesos más que hace cuatro años. Eso dice mucho.

PEMEX, que en su momento estuvo dentro de las diez empresas más ricas y poderosas del mundo, está en bancarrota. Las refinerías que se dijo se construirían para que este país fuera autosuficiente en combustibles refinados, quedaron sólo en bardas. Sin embargo, en Houston, Texas, Petróleos Mexicanos acaba de abrir una gasolinería donde se expende magna a 6.80 el litro. ¿Por qué allá cuesta más barato que acá? ¡Qué coraje! ¡Qué ofensa!

Los nuevos precios de las gasolinas empezaron a surtir efecto con una escalada de aumentos en las tortillas, el gas, la luz y el transporte urbano y foráneo y hasta las medicinas. El medicamento genérico que antes me costaba entre 90 y 100 pesos, hoy 141 pesos con el Dr. Simi y en Farmacias del Ahorro casi 250 pesos.

Ningún secretario de Estado salió en estos días a explicar. Todos estaban de vacaciones. Un funcionario digamos “de medio pelo” salió a justificar el aumento, pero a nadie satisfizo, porque con eso de que los nuevos precios nos beneficiarán porque eliminarán un oneroso subsidio, ni mis nietos lo creen. Vacío de información. Vaya, ni el vocero presidencial encaró a los medios.

Total, un desastre. Más el “efecto TRUMP”, quien, después de presionar para que la Ford cancelara la realización de su nueva planta armadora en San Luis Potosí, que tendría una inversión de mil 600 millones de dólares, dijo alborozado por el “triunfo”: “Es sólo el principio, viene más”.

Muerto de miedo por TRUMP, el Presidente nombró hoy a LUIS VIDEGARAY nuevo secretario de Relaciones Exteriores, creyendo a éste amigo de aquel, y bajo el supuesto de que con eso calmara el enojo del próximo Presidente de los Estados Unidos haga lo que éste prácticamente ordene. ¡Vive Dios!

El enojo de la gente es contra todo lo que tope; no sólo está furibunda, sino desconsolada y desesperada. Empero, hay que decirle a la sociedad que no es bloqueando carreteras, el saqueo de comercios ni tomando gasolinerías como se va a resolver el problema. Son protestas a tontas y a locas que no tienen otro propósito que descargar la furia largamente acumulada. Es un movimiento anárquico sin guía ni liderazgo, y eso es lo altamente peligroso.

LA HISTORIA DE LA elección en 2018 está prácticamente escrita, repito lo que dije en la entrega pasada. El diario Financial Times publicó un artículo donde asegura que las posibilidades de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR en 2018 “ya no parecen imposibles, debido a que se ha posicionado como el abanderado en la lucha en contra de la corrupción endémica en México”.

EL ÚNICO QUE CREE QUE el “gasolinazo” beneficiará al PRI, es su iluso presidente ENRIQUE REZA OCHOA, quien hace unos días, en Tlaxcala, justificó la medida adoptada por el gobierno federal y afirmó que para los comicios venideros el tricolor trabajará de manera exhaustiva para ofrecer a los ciudadanos los mejores candidatos. Pobrecito.

EL PAN y el PRD, cuyos dirigentes aprobaron las reformas “estructurales”, ahora dicen estar en contra del gasolinazo y hasta –en el caso del PRD- lanzan una convocatoria al Presidente a dar marcha atrás. De que los hay, los hay.

SE EXTIENDEN LAS PROTESTAS EN TODO EL PAÍS, y en calidad de mientras, y para evitar desgracias y saqueos, el Grupo Gasolinero 500, cerró hoy varias estaciones en diversos estados. De ese tamaño es el problema.

LA FURIA DE LAS protestas en el Estado de México –la tierra del Presidente- son sólo el prolegómeno de las elecciones a gobernador, este año.

armandorojasarevalo@gmail.com

rojas.a.armando@hotmail.com

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