Arturo Ramo García*/Foro Independiente de Opinión**
TERUEL, España, 17 de Agosto de 2016./ Arturo Ramo García.– Aunque en el mundo actual comprobamos que hay un gran cambio de valores, ideas y cambios de vida, observamos que en muchas encuestas dan a la institución matrimonial un valor positivo, tanto para las personas como para el conjunto de la sociedad.
El matrimonio se basa sobre tres pilares: la diferencia de sexos, la procreación entre un hombre y una mujer y el sentido de la filiación nacido de un padre y una madre.
En primer lugar, la diferencia de sexos ha sido estudiada en numerosas investigaciones de la neurología, la endocrinología genética y la psicología del desarrollo. Estas investigaciones concluyen que hay una verdadera diferencia de los sexos del hombre y la mujer, en sus aptitudes corporales y mentales, en las formas de trabajar, de sentir y reaccionar ante estímulos ordinarios. Estas diferencias no se deben a los roles que tradicionalmente se han atribuido al niño y a la niña, ni a la cultura que han recibido en la familia, en la escuela o en la sociedad, como pretenden los impulsores del «género», sino que vienen dados por la misma naturaleza.
En segundo lugar, la procreación se da en la relación amorosa y sexual entre un hombre y una mujer, mientras que las relaciones homosexuales son radicalmente estériles. Una de las mayores realidades del matrimonio es la misión de transmitir la vida y poder traer un nuevo ser al mundo.
En tercer lugar, los hijos tienen un padre y una madre y entre ellos son hermanos. De las relaciones humanas entre ellas nace el sentimiento de seguridad de los cónyuges y la formación de una personalidad equilibrada de los hijos. El matrimonio está ordenado a la procreación y educación de los hijos y esto contribuye al bien de los propios padres.
Por otra parte, el matrimonio tiene un valor social, pues los padres y los hijos son los futuros miembros de la sociedad. La familia ha sido considerada como la primera y esencial forma de la sociedad, pues es la célula básica de la comunidad. Para muchos autores, la familia es el modelo de la sociedad por sus valores afectivos y morales.
Algunas ideologías rupturistas actuales pretenden negar los valores esenciales del matrimonio, defendiendo un mundo sin reproducción sexual, sin maternidad y sin paternidad, dejando todo esto a los progresos de la biotecnología e investigación genética, para construir el mundo feliz diseñado por Aldous Huxley en los albores del siglo XX.
Ante esas ideas mecanicistas e inhumanas, vemos que muchas personas con sentido común defienden y promueven los auténticos valores del matrimonio
Arturo Ramo García
Foro Independiente de Opinión http://foroin.wordpress.com
Datos personales:
*Arturo Ramo García. DNI: 18381117-T. Licenciado en Pedagogía. Inspector de educación jubilado. Plaza Playa de Arto, 3, 1º DO. Teruel (España)
**El Foro Independiente de Opinión es un grupo de profesionales (licenciados en Química, Medicina, Pedagogía, Ingenieros Agrónomo, de Caminos, Profesor Mercantil, Catedráticos universitarios, etc.)