ZARAGOZA, España, 22 de Julio de 2019/Roberto Grao*/Foro Independiente de Opinión**.- Constantemente, se publican en los medios de comunicación en España la muerte violenta de mujeres por manos de hombres, hasta alcanzar la cifra media anual de 60 desde se comenzó a registrar estadísticas de este tipo de violencia en el año 2003. Todas ellas sufrieron de indefensión ante la mayor fuerza física del hombre.
En efecto la superioridad física del hombre es evidente y manifiesta; cuando el hombre la ataca violenta y físicamente, la mujer apenas puede oponerse. Y el hombre se aprovecha de esa superioridad para humillarla, violarla sexualmente en la mayoría de los casos, y finalmente matarla, para que no pueda denunciarlo.
El hombre también puede sufrir esa violencia de la mujer ejercida por medios más ocultos o sofisticados, como envenenamiento, atentado mientras el hombre duerme, etc. y éste llega también a perder la vida, pero los casos en este supuesto son mucho menores, apenas un 5/10 % del de las mujeres.
Mujeres y hombres estamos llamados a convivir y a respetarnos unos a otros, de acuerdo con nuestra personalidad, y el carácter y el modo de ser de ambos tan distintos y según las relaciones que nos unen en esa convivencia. Pero sucede que los hombres están generalmente más condicionados por el apetito sexual que las mujeres; mientras que éstas necesitan sobre todo cariño del hombre, éste se halla más sujeto a esa apetencia libidinosa, que debe superar mediante el control de sus deseos, para no dejarse llevar por ellos.
Cuando ese control desaparece, o no existe, porque el hombre carece de recursos de fe y de moral para controlarse, la mujer aparece como objeto de sus deseos para satisfacerlos a cualquier precio y deviene en utilizar su mayor fuerza física, tanto en la convivencia de matrimonio, como fuera de él, para tratar de conseguir esos acuciantes deseos masculinos.
Esto es así y ninguna ley humana puede ni podrá evitar nunca los asesinatos de mujeres por parte de los hombres; podrá reducirlos y tratar de ayudar a las mujeres que se encuentren en ese trance violento, de lo que se ha venido en llamar peyorativamente violencia machista, y yo prefiero llamarla violencia masculina, pero jamás se erradicarán de la sociedad esos lamentables sucesos en su totalidad.
Otra cosa es que, aprovechando esas circunstancias de atentados y abusos sexuales por parte de los hombres, se desarrolle una manipulación fraudulenta, por políticos de izquierda ultrarradicales, generalmente ateos y anticristianos, apoyando desde el poder, mediante ingentes cantidades de dinero a asociaciones feministas que las convierten en saco de votos y clientes agradecidos de los Partidos que las fomentan, sin que además lleguen esas ayudas a muchas mujeres que la necesitan.
Se convierten así esos penosos hechos que escandalizan a gran parte de la opinión pública, en el pretexto ideal de organizaciones feministas radicales tan despreciables o más que los hombres que recurren a esos asesinatos, bien sea de la esposa, de la pareja o de cualquier mujer guapa que pasaba por allí en el momento menos oportuno.
Roberto Grao
Datos:
*Roberto Grao. Profesor Mercantil – Zaragoza- España
**El Foro Independiente de Opinión es un grupo de profesionales (licenciados en Química, Medicina, Pedagogía, Ingenieros Agrónomo, de Caminos, Profesor Mercantil, Catedráticos universitarios, etc.)