SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chiapas, 29 de Mayo de 2014./Mirena Mollinedo/ASICh.- El Director de la Clínica de la Mujer, José Héctor Frausto Godínez informó que quizá alguna cuestión genética de la mujer indígena ha ayudado a que no se reporten muertes por cáncer cervicouterino y de mama, en la región Altos.
En entrevista, dio a conocer que a lo mejor la baja incidencia en las estadísticas de cáncer en la mujer, se debe a la alimentación a base de frijol, pozol, tortilla, chile y hortalizas cultivadas sin químicos.
Mencionó que a diferencia de otros estados del país y municipios de Chiapas, en los que el cáncer cervicouterino y de mama están cobrando la vida de las mujeres, en esta región no hay estado de alerta por esta causa.
“Afortunadamente no tenemos muchos casos; alguna situación genética que tiene la población indígena, diferente a la población anglosajona que tienen otros estilos de vida, los alimentos, eso es muy importante, tal vez ha influido”, consideró.
Frausto Godínez afirmó que la Clínica de la Mujer detecta en promedio de 2 a 3 casos anuales que dan positivo en casos de cáncer cervicouterino y de mama.
Estos casos se canalizan a un tercer nivel para ser atendidos en área especializada de oncología en los Hospitales “Rafael Pascacio Gamboa”, de Tuxtla Gutiérrez y “Ciudad Salud”, en Tapachula.
Asimismo, comentó que en la mujer tzotzil y tzeltal, tampoco es frecuente la presencia del Virus de Papiloma Humano, VPH, que se adquiere por transmisión sexual, “a los mejor tenga que ver la sana alimentación del sector”. ASICh.