05 septiembre 2019
Tío Pilo y Esquer
Enrique Alfaro
A propósito de que ahora está en el ojo del huracán hice memoria de que conocí a Porfirio Muñoz Ledo en una de sus múltiples visitas a Chiapas. Recuerdo que le organizamos una plática en pleno parque de la ciudad capital, a un costado de la catedral de San Marcos. Dictó una conferencia magistral para los pocos asistentes y al final respondió los cuestionamientos de periodistas. Uno de ellos le preguntó su opinión sobre Patrocinio González, recién nombrado Secretario de Gobernación y del aún gobernador Elmar Setzer.
Porfirio respetaba el poder de Patrocinio. “No lo quiero molestar pero es un déspota ilustrado que maneja a distancia al gobernador. Por eso al mandatario estatal le apodan al ‘fax’ Setzer, porque por vía telefónica lo manejan desde Bucareli”, mencionó Porfirio, lo que provocó la risa de los presentes.
Yo pertenecía a un grupo de muy jóvenes militantes del Partido Mexicano Socialista. Bromistas todos, gustábamos de llamar “Tío Pilo” a Porfirio Alejandro Muñóz Ledo y Lazo de la Vega y “Latrocio” a Patrocinio González Blanco Garrido Canabal, como le agradaba ser mencionado.
Nos reíamos de las anecdotas del entonces gobernador quién en una evento oficial en Europa fue anunciado: “Con nosotros el mandatario de Chiapas” y todos el público esperaba ver a un hombre con razgos indígenas y en su lugar se presentaba un hombre alto, delgado, rubio, de ojos claros, descenciente de alemán, que tenía por nombre completo Elmar Harald Setzer Marseille. Solo el nombre “Elmar” lo identificaba como mexicano porque su aspecto era nórdico, pero gobernaba una entidad con una gran población indígena y hablaba más de una lengua autóctona.
Pero regresando a Porfirio, gustaba hacer giras por Chiapas e invariablemente era acompañado por Edgar Antulio Guzmán, Javier Champo, Jorge Modesto Moscoso Pedrero y Jack Demóstenes Muñoz, entre otros. Porfirio guardaba especial estima por Edgar quién luego llegaría a ser diputado local por el Partido de la Revolución Democrática.
Eran tiempos de la construcción del PRD y también Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano visitaba la entidad en tiempos de precampaña y ya formalmente en campaña presidencial. A los recorridos de “Tío Témo” siempre le antecedía la “avanzada” representada por un solo hombre alto, que se había criado como su hermano, bajo la tutela de Doña Amalia Solórzano, viuda de Cárdenas: Era Alejandro Esquer Verdugo, simplemente “Esquer” para nosotros.
De carácter amable, nada complicado, Alejandro Esquer recurría a los jóvenes para contactar con el perredismo en los municipios. Jack y Champo siempre le acompañaban y pasaban hambre cuando había necesidad. Comían en fondas y cantinas, donde se pudiera. En Tuxtla nos reuníamos con Esquer quién hizo una buena amistad con el periodista y militante, José Antonio López Arévalo, “el camarada Pepe”. Ciertamente convivíamos alegramente.
Esquer fue presentado a Andrés Manuel López Obrador por Cuahtémoc y al paso de poco tiempo se hizo indispensabe para el Peje. Ya no se le separó y acompañó al tabasqueño a todas sus candidaturas presidenciales. Ya no convivíamos tanto como antes pues las circunstancias eran distintas. Las campañas ya contaban con financiamiento y el partido había crecido. Pero ocasionalmente nos reuníamos con Esquer.
Hoy, el viejo conocido Esquer es el secretario particular del Presidente de la República. Despacha en Palacio Nacional. Ya es difícil que la “banda” acceda a él. También es probable que se acuerde poco de las vivencias con ese grupo de chamacos inquietos, metidos a la militancia de izquierda en tiempos en que muchos la pagaban con la muerte, en tiempos en que cubrías de tu bolsa las tareas que te encomendaba el partido ¡Salud por los que ahora gozan de las mieles de poder!