05 Julio 2017
Enrique Alfaro
+ Los bloques electorales y sus candidaturas presidenciales.
De cara a las elecciones presidenciales de 2018 se advierte la conformación de tres bloques electorales: El de izquierda, que integran Morena y el Partido del Trabajo; el oficialista, de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista; y el “frente amplio”—indefinido ideologicamente— que impulsan los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática.
De los tres bloques, el de izquierda tiene más que resuelta su candidatura presidencial que no puede ser otra que la de Andrés Manuel López Obrador quién, a la fecha, sigue punteando en las encuestas.
El bloque oficialista, que podría sumar a otros partidos como Nueva Alianza y Encuentro Social, depende de la decisión unipersonal del presidente Enrique Peña Nieto para definir quién será su aspirante a la primera magistratura. Sin embargo, la voluntad presidencial podría enfrentar una rebelión en el propio PRI donde algunos grupos y liderazgos están llamando a obligar a una consulta a la militancia para definir su principal candidatura. En contra de Peña pesa que su descrédito ha arrastrado a su propio partido a un tercer lugar en las preferencias electorales.
Pero es posible que el tercer bloque enfrente las mayores dificultades para definir quién los abanderará, si es que llega a constituirse. En el PRD está garantizado el conflicto interno y el rompimiento de algunas corrientes que se decantarán por la candidatura Lópezobradorista. La falta de institucionalidad interna de las tribus y la incorformidad por la alianza con la derecha “que les hizo fraude”, podría ocasionar una verdadera pesadilla a sus actuales dirigentes.
Por su parte, desde hace meses el PAN enfrenta serios problemas para procesar su candidatura presidencial por el interés de su propio dirigente por encabezarla, es decir ser juez y parte. Ni Margarita Zavala, ni Rafaél Moreno Valle están dispuestos cederle el paso a Ricardo Anaya y esto podría generar un rompimiento al interior del partido albiazul.
Incluso una candidatura ciudadana representaría una afrenta para muchos panistas. El senador chiapaneco Roberto Gil Zuarth ya ha manifestado que corresponde a PAN por el ser el partido que encabeza las preferencias por encima del PRD.
Además, es importante destacar que este tercer bloque sufrirá de una indefinición ideológica que es obligada en una elección presidencial donde se vota por un proyecto de nación. Por ejemplo, la alianza PAN-PRD no podría definirse a favor o en contra de las llamadas reformas estructurales, como tampoco podría definir si estaría en contra del aborto y de los matrimonio igualitarios. La lista de importantes temas que no podría precisar sería amplia y sus acuerdos serían muy generales. Se corre el riesgo que la coalición, ideológicamente desdibujada, obligue a los militantes panistas y perredistas a votar por otras opciones lo que podría favorecer al PRI y a Morena.
En el caso de la elección de Chiapas, ésta necesariamente se vería influida por la conformación de estos tres probables bloques. Pero este tema lo abordaré en la siguiente colaboración.