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TUXTLA GUTIERREZ, Chiapas, 27 de Febrero de 2017./Jesús Gómez./ASICh.- Luis Alonso Molina Caballero, ciudadano Honduras denunció la ineficacia en la Fiscalía Especializada de Atención al Migrante y del Consulado de su país, con su caso de secuestro express que fue víctima en diciembre de 2016 en Tapachula por policías municipales, de lo cual presentó un video que tampoco ha sido considerado elemento de prueba para que se le haga justicia.
Refirió que el 11 de diciembre se encontraba en un hotel con su pareja en uno de los hoteles de Tapachula, cuando se acercó un policía diciéndole que era buscado por un reporte en su contra por hechos cometidos en el parque central, lo cual reconoció en el acto que estuvo en ese lugar público pero nunca hizo nada.
No obstante, el policía lo sometió para registrarlo si traía arma, por lo que el encargado del hotel intervino advirtiéndole al policía que estaba al interior de las instalaciones del hotel actuando sin tener ninguna orden, sobre todo que somos clientes.
El policía aseguró que no lo estaba deteniendo, solo que lo acompañara para aclarar la situación en la comandancia, a lo cual accedió por respeto al uniforme de la autoridad del orden público, sobre todo que al encargado del hotel le aseguró el oficial que su cliente regresaría pronto.
Sin embargo, en cuanto salieron del hotel llamó por radio diciendo “ya lo tengo”, lo cual lo desconcertó, y enseguida se acercó una patrulla, donde le presentaron al comandante, una persona vestida de civil, quien lo empezó a insultar con palabras altisonantes amenazándolo con que pagaría lo que hizo o se moría. Que ya sabían quién era y a qué venía, por lo que les pagaría o lo meterían hasta diez años en prisión.
Aseguró que inclusive lo amenazaron con que si no cooperaba regresarían por su pareja al hotel, con lo que lo acalambraron, pero reaccionó con que no se metieran con su señora, que mejor lo mataran ahí mismo. De inmediato le pegaron con la escopeta en las costillas, por lo que reaccionó golpeando a golpes en la cabeza a ese policía pero el otro le puso la pistola en la cien.
Lo obligaron a que se comunicara con su familia, pero lo hizo con uno de sus compas en Sonora poniéndolo al tanto de lo que estaba pasando, pero no le creía su conocido, por lo que el policía se puso a gritar que lo matarían ahí si no se ponía las pilas para pagar rápido. Le quitaron el teléfono y negociaron con su conocido por cinco mil dólares.
Finalmente, le dijeron que su amigo depositaría siete mil pesos a su nombre y lo llevarían para que lo retirara en una tienda Copel, donde aprovechó para pedirle al gerente que lo ayudara, que estaba secuestrado y ese dinero era para pagar su liberación.
De inmediato el gerente de la tienda dijo que llamaría a la policía, pero él le pidió que no lo hiciera con la Municipal porque eran de ahí los que lo secuestraron y podía ir en contra de su pareja en el hotel. Pidió que llamara a los estatales, pero el gerente se atemorizó y mejor le pidió que saliera porque se haría un tiroteo en un momento dado.
Salió de la tienda y ya lo espera el Comandante quien le quitó el dinero y le dijo que ya podía andar libre en Tapachula. Se regresó al hotel donde el gerente le dijo que ya están cansados de los policías que llegan al hotel a sacar a los centroamericanos, les quitan el dinero y ya no le pagan el hospedaje por esa situación.
Por eso, el 18 de diciembre, luego de haber sido deportado regresó e hizo la denuncia con las pruebas agravantes que son videos de cámaras de seguridad del hotel ante la Fiscalía Especializada de Atención al Migrante, pero esa instancia de especial no tiene nada.
Inclusive, el Cónsul de su país en Tapachula le dijo que lo ayudaría, pero finalmente solo le faltó el respeto diciéndole que en el video se veía que estaban de la mano con el policía. Por eso fue a la Fiscalía a reclamar porque le dijeron al Consulado que ese caso tendría carpetazo por carecer de pruebas cuando está el video, pero en esa dependencia le aseguraron que no se habían reunido con el Cónsul. ASICh.