29 Junio 2016
Irma Ramírez Molina
**Dios nos agarre confesados**
A pesar de que a muchos no les gusta la intervención de la iglesia católica en asuntos públicos que más le competen a los poderes, es justo decir, que para esta hora, en Chiapas, es preciso que todos le entren al tema, que todos sepan para dónde va la ruta, por dónde hay que meter el hombro, desde cuando la convocatoria es para todos y para que todos, jalen juntos en una sola dirección.
Y lo mismo han hecho las iglesias evangélicas de Chiapas, han sumados sus voces, sus oraciones, porque este asunto del magisterio por fin se termine, no solo porque llegó al fondo del callejón sin salida, sino porque está llevando entre las patas a todos los chiapanecos, muchos sin deberla ni temerla, pero que resienten la fuerza de la movilización magisterial y porque a todos entra el pánico cuando se radicalizan las posturas, se cierran a la solución y los ciudadanos, quedamos bailando con la más fea de la fiesta.
No debería ser la iglesia el factor que determine el cause de una crisis o que sea un solucionador de conflictos con el que hoy vivimos, pues baste recordar cuando en la época zapatista monseñor Samuel Ruiz, siempre estuvo al centro del tema desde el principio y el surgimiento armado traía consigo a la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI) como uno de sus instrumentos en tiempos de guerra.
Hoy, Monseñor Fabio Castilla, que enmendó el dicho de «Si le va bien al pueblo, le va bien al gobierno», es ahora un factor decisivo para que el asunto magisterial se discuta donde se debe, en la Cámara de Diputados, y no en las calles.
No creo que «calentar» el ambiente a favor del gobierno sea la preparación del proceso de desalojo: como bien dice la Secretaria de Educación, Sonia Rincón Chanona, en Chiapas el tiempo del tolete ya pasó y hoy hay que darle cauce a la solución consensuada, trabajada desde el esfuerzo para construir un acuerdo, donde ambas partes, aporten a la solución, ya que a nadie conviene la violencia.
Y los maestros deben tener claridad en la posición radical que juegan: porque la gente comenzará a irse en contra de ellos porque no les hace ningún sentido que sean los afectados, cuando el “pleito” es con el gobierno federal.
No han sabido los maestros transmitirles la necesidad de radicalizar sus jornadas de lucha (quién va a querer entender a su verdugo) y eso se traduce en pérdida de confianza y respaldo ciudadano, ya muy mermado que pudiera esfumarse en los próximos días.
Vienen días de resoluciones, se espera que tanto la autoridad como la dirigencia, puedan entenderse como un empate entre ambas posturas.
Los que le dan crédito a la CNTE dirán que ganaron porque midieron fuerza y no les ganaron, al contrario, se llevaron «el trofeo» de Noxchistlán, Oaxaca y con ello a ocho mártires que podrán revivir siempre en beneficio de su lucha.
Y el gobierno apostándole a la resistencia de sus instituciones, sorteando el desgaste, administrando la crisis, esperando a que sean ellos los que se desgastan y cometen más errores y pierdan más frente a una sociedad harta de ambas posturas simuladas que en nada los beneficia.
En fin, vamos hacia tiempos difíciles, sin duda, por eso es bueno decir: que Dios nos agarre confesados.
BASE DE DATOS…-
A muchos gustó y a muchos molestó el tono sincero del gobernador, Manuel Velasco Coello, ahora en el encuentro con sectores, incluso porque llamó a las cosas por su nombre y se quitó el protocolo y habló como hablamos quienes estamos entre personas de confianza.
Lo cierto es que ese «mea culpa» de Velasco Coello no puede interpretarse como un signo de debilidad, como un «no puedo» que muchos insisten en entender en ese fragmento del vídeo que circula del evento en Palapa de Gobierno.
Más bien es la preparación de la siguiente etapa de la estrategia de contención, comenzar a desmarcarse y poner en evidencia que el ofrecimiento de dialogo nació aquí y allá, no supieron aprovecharlo.***
A Juan Carlos Gómez Aranda, secretario de Gobierno, se le da muy bien eso de pedirle ayuda a la iglesia cuando tiene un problema grave entre las manos, cuando sus mejores operadores políticos tiran para la barranca y están más perdidos que una brújula en el Polo Norte.
Bien por él, porque siempre los ha sabido conjuntar, pero la iglesia no puede tener más capacidad de solución que el propio gobierno.***
Willy Ochoa llegó a la Secretaría General del CEN del PRI en México por prelación, es decir, por mecánica, de chiripa, no precisamente porque sea el hombre fuerte de Carolina Monroy, sino que ante la orfandad política en que lo dejó Manlio Fabio Beltrones, pues no quedaba más que asumir las siguientes posiciones; tampoco hay que darle lecturas desproporcionadas.***
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