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15 Enero 2017-
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ /De Arcano Político
CIUDAD DE MEXICO.-
Sustituye el foxista Gerónimo Gutiérrez Fernández al peñista Carlos Manuel Sada Solana en la embajada de México en Washington, y al mismo tiempo, el regiomontano Ildefonso Guajardo Villarreal, secretario de economía, adelanta la disposición mexicana de “modificar” el “desactualizado” TLC, en consonancia a la orden de Donald Trump.
A 7 días de que el magnate neoyorquino de ascendencia alemana, Donald John Trump, asuma a sus 70 años como el XXXVI presidente de Estados Unidos, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, envía señales de la “digna” política exterior en la recta final de su devastador mandato en economía, política y social.
El reajuste de la posición del considerado Señor de Atlacomulco, inició el 4 de enero, al defenestrar a Claudia Ruiz Massieu Salinas y reinstalar a su hombre fuerte, Luis Videgaray Caso, en la Secretaría de Relaciones Exteriores. La mujer se opuso y perdió el relanzar la deslucida campaña del republicano, suegro de un socio del “indispensable”.
Recuérdese que después de “renunciar” a la materia gris del peñismo el 7 de septiembre de 2016, por las fuertes críticas a la recepción de Jefe de Estado del estadounidense, el magnate xenofóbico y antimexicano defendió en su cuenta de Twitter a Videgaray, y se congració el mexiquense con el ganador de las presidenciales de Estados Unidos.
En realidad, recibió el neoyorquino un adelantado regalo de Día de Reyes al proyectar que inició de hecho su gestión presidencial… en México. Y se confirmó en la víspera de que sea ungido en la Casa Blanca, al anunciar el “digno” Canciller mexicano el cambio de Embajador en Washington en forma simultánea con el “reajuste” del regio sobre el TLC.
El madrugador comunicado 10 de la Secretaría de Relaciones Exteriores del viernes 13 de enero, se respeta el protocolo de que el muy cercano al presidente electo estadounidense recibió “instrucciones del Presidente de la República, Lic. Enrique Peña Nieto” para anunciar los nombramientos en la encargada de la diplomacia mexicana.
Intentan cuidar las formas, al señalar que “una vez que se haya obtenido el beneplácito del Gobierno de los Estados Unidos de América, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, someterá el nombramiento de Gerónimo Gutiérrez Fernández, a consideración del Senado de la República para su ratificación.
Por ello, será el embajador actual, el peñista Carlos Manuel Sada Solana, el que asista a la toma de posición del magnate, como represente al esposo de la estrella exclusiva de Televisa, Angélica Rivera Hurtado, ganadora de un profundo “casting” para ser la novia, primero, y después La Primera Dama, en sustitución de la primera esposa, Mónica Petrelini que murió sospechosamente el 11 de enero de 2007.
El “reajuste” en la “digna” genuflexión de la política exterior mexicana, tienen fecha: El 23 de enero, en que esperan anunciar con bombo y platillos que el mandatario mexicano se reunirá con el estadounidense allá, en la Casa Blanca, para “intercambiar” puntos de vista sobre las relaciones bilaterales.
Sin embargo, flota en el ambiente que presentará Peña Nieto en los estertores de su mandato, la “dinámica” visión sobre el Tratado de Libre Comercio para “modificarlo como usted mande y lo desee”, según se entiende al escuchar al regiomontano Guajardo Villarreal en los micrófonos oficiosos de Televisa y su amanuense estrella, Carlos Loret de Mola:
“El mercado está reaccionando a la incertidumbre por el futuro del TLC, el cual está desactualizado y hay que modificarlo”.
Se abandona la estridencia “nacionalista” de que el instrumento benefició a los Estados Unidos para aceptar la posibilidad de que México se aprovecha de los pobrecitos Estados Unidos, igual que en el Tratado McLane-Ocampo, formalmente Tratado de Tránsito y Comercio firmado el 14 de diciembre de 1859.
Es igual porque el agente confidencial del Departamento de Estado, William B. Churchwell, le sugirió al 15° presidente James Buchanan, Jr., que se incluyera una cláusula para lograr la cesión de Baja California a los Estados Unidos.
Este elemento y que el Senado estadounidense consideró “excesivo” el pago de 4 millones de pesos cuando podían garantizar sin costo el uso de tránsito, construir un tren en el Istmo de Tehuantepec, con cargo de los mexicanos.
Empero, eran otros tiempos. El oaxaqueño Benito Pablo Juárez García recibió el reconocimiento mundial por haber defendido a México de la invasión de rapiña del mejor ejército en ese momento, el de Napoleón el Pequeño. Ahora, la “digna genuflexión” de los hombres y mujeres de Enrique Peña Nieto, se reduce a una posición decúbito dorsal.
Piensan congraciarse con el del peluquín de oratoria bravucona para heredad La Silla Presidencial a su amigo que le cuide la espalda, sin importar que el único que puede hablar cara a cara y de igual a igual, con el millonario que hizo su fortuna por no pagar impuestos en sus casinos, es Carlos Slim Helú, a quien le invitó a desayunar para limar asperezas por los ataques del entonces candidato y actual presidente electo.
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