21 Marzo 2018
Por: Claudia González Guillén.
Pobres niños ricos, pobres niños verdes…
“La gobernabilidad encarna las tradiciones e instituciones por medio de las cuales se ejerce la autoridad de un país”. -Daniel Kauffman.
Por gobernabilidad se entiende que es la interacción entre los que toman las decisiones y quienes las acatan, el término gobernare deviene del latín y puede traducirse como “pilotar un barco.”
Existen diferentes formas de ejercer la gobernabilidad, la democracia con del voto de las mayorías a través de instituciones creadas con funciones específicas, el parlamentarismo, la monarquía parlamentaria, la absolutista o bien la tiranía o la oligarquía.
Hay diversos estudios sobre este tema que han intentado analizarla desde diferentes puntos de vista, al final se trata de llevar a cabo las mejores acciones de gobierno para armonizar las acciones de quien ostenta el poder con sus gobernados.
Los indicadores de la gobernabilidad según el CEGI (Centro de Estudios para la Gobernabilidad Institucional) la conforman:
- Estabilidad política interna: calcula la probabilidad de que surjan amenazas que afecten la continuidad de las políticas públicas.
- Representación, legitimidad y responsabilidad: mide la confiabilidad en la democracia y la calidad política.
- Eficacia de Gobierno: estima la calidad en la impartición de justicia y la corrupción en las instituciones.
- Sistema social: estima la cantidad y calidad de las políticas que impulsan la educación, el trabajo, reducen la pobreza y desigualdad.
- Medios de comunicación: mide varios aspectos del ejercicio de los medios de comunicación para promover la civilidad y el derecho a la información.
Chiapas al día de hoy ¿con cuántos indicadores cumple?
ROSADOS
Para Ripley: “Chiapas la tierra donde todo puede pasar”.
Amanecimos con la noticia de que el gobernador Velasco Coello, el más joven pero también el más ineficaz e improductivo que ha tenido el Estado, se encuentra en la lista de Senadores Plurinominales en la 2a fórmula y Fernando Castellanos Cal y Mayor el inoperante, mentiroso y rebasado alcalde tuxtleco, también en la lista de diputados federales plurinominales por la 3ª. Circunscripción, los dos obviamente por el PVEM.
¿En dónde queda el compromiso adquirido por ambos? Se vale que dejen todo tirado y lavarse las manos como Poncio Pilatos, dejando el Estado y la capital del mismo a la deriva: con deudas millonarias, recursos estratosféricos sin comprobar, el sistema de salud en condiciones deplorables, qué decir del sistema educativo, magisterial, de vivienda, la seguridad, falta de oportunidades de empleo, pagos pendientes a proveedores y medios de comunicación, entre otras tantas problemáticas más.
No es cuestión de poder sino todo lo contrario por lo que pretendan Velasco y Castellanos renunciar a sus cargos: es miedo, falta de conciencia, de vergüenza y honorabilidad.
Que terminen lo que empezaron, y si tanto es su devoción y madera política que lo hagan en tiempo y forma. Y no por la vía plurinominal sino por mayoría relativa.
¿Será que los tuxtlecos y los chiapanecos volverían a darles el voto para representarnos nuevamente?
Recordemos que votamos para tener gobernantes que pensaran, trabajaran y desarrollaran procesos de crecimiento económico y de cambios estructurales para propiciar un mejor nivel de vida, no para dar limosnas, no para acarreos, no para que ayuden a su parentela a llenarse las bolsas de dinero ni para que nos utilicen y nos vendan al mejor postor en unas elecciones federales.
Está en nosotros los chipanecos permitirlo, hagamos un ejercicio de ciudadanía, y dejemos de dar premios de consolación a los políticos corruptos, dañinos, despreciables, egoístas, farsantes y egocéntricos.
“Vamos a milal qué pasa” dijo el chinito.