+ Expertos de la Universidad Nacional y diversas instituciones del país trabajan en tres proyectos para afrontar la COVID-19: una vacuna, un tratamiento basado en dexametasona y un método de detección de anticuerpos.
Redacción/Sin Embargo
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de julio 2020,/(SinEmbargo).- Con la intención de atender la emergencia sanitaria de COVID-19 que afecta al país, un equipo multidisciplinario de expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) trabaja en una vacuna contra el virus SARS-CoV-2, en un posible tratamiento para enfermos de COVID-19 basado en dexametasona, y en un método de detección de anticuerpos IgG e IgM para facilitar la identificación de personas que han vencido la enfermedad y que cuentan con una respuesta inmune a la misma.
Cincuenta expertos clínicos y básicos de diversas especialidades conforman el equipo de trabajo, del que forman parte integrantes del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) y de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), investigadores de instituciones nacionales de salud y científicos de otras universidades del país.
“Es un grupo transdisciplinario que puede abordar objetivos tan ambiciosos como competir con las grandes empresas en el desarrollo de una vacuna, de métodos diagnósticos y de un protocolo de tratamiento de pacientes”, explicó Juan Pedro Laclette, investigador de la Universidad, a Gaceta UNAM.
LA VACUNA
La doctora en Investigación Biomédica Básica e integrante del IIBm, Edda Sciutto, es quien dirige el estudio en busca de una vacuna sintética que podría administrarse vía nasal o inyectada.
“Hay vacunas basadas en el patógeno completo, y otras en algunos de sus componentes, que pueden ser recombinantes o sintéticamente producidos. En nuestro caso, identificamos regiones del virus que pudieran tener gran capacidad de inducir una respuesta inmune, con el objetivo de sintetizarlas con un alto grado de pureza. Es lo que estamos evaluando actualmente en el IIBm: su capacidad de inducir una respuesta inmune eficiente”, expuso.
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A partir de los resultados, podría formularse una composición óptima de la vacuna que permita evaluar su capacidad protectora e inocuidad en animales.
TRATAMIENTO BASADO EN DEXAMETASONA
Medicos del Hospital General de México, Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), Instituto Nacional de Cardiología, investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), la Universidad Nacional Autónoma de Morelos (UAEM), y el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), pondrán en marcha un protocolo clínico con la intención de evaluar un nuevo tratamiento basado en dexametasona.
El procedimiento consiste en la administración de dosis bajas del glucocorticoide sintético para valorar su efectividad en pacientes de COVID-19 en distintos grados de gravedad de la enfermedad.
En pacientes moderados se busca prevenir la desregulación de la respuesta inflamatoria; en pacientes graves, evitar las complicaciones respiratorias que llevan a intubación y ventilación mecánica; en los casos severos, se busca disminuir la mortalidad, así como el tiempo de asistencia respiratoria.
El protocolo se llevará a cabo en el Hospital General de México con 60 pacientes para dotar de herramientas al persona médico y de la salud que lucha durante la pandemia.
“Quienes estamos en hospitales necesitamos más herramientas para evitar que las personas hospitalizadas lleguen a la unidad de cuidados intensivos, y estando ahí no mueran. Desde el inicio sabíamos que teníamos pocas estrategias y casi todas han sido copiadas del tratamiento de la Influenza A H1N1”, declaró Joselín Hernández, de la Unidad de Medicina Experimental UNAM del Hospital General.
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Entre los propósito del proyecto se encuentra el de “evaluar si el uso de glucocorticoides puede evitar que pacientes graves no críticos progresen a pacientes críticos”, señaló.
En caso de obtener resultados saitisfactorios se buscará implementar la aplicación de dexametasona intranasal en otras instituciones.
“Aquí hay una innovación que es la aplicación intranasal, porque permite reducir la dosis, generando menores efectos colaterales negativos sistémicos, pero un efecto local antiinflamatorio más efectivo en vías respiratorias y en sistema nervioso central”, expuso Laclette.
NUEVO MÉTODO DE DETECCIÓN DE ANTICUERPOS
Para esta investigación, los investigadores trabajan con sueros de pacientes con COVID-19 del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición con la intención de detectar anticuerpos del SARS-CoV-2.
Actualmente, los expertos han identificado cinco moléculas que podrían utilizarse para la detección de anticuerpos.
“En algunas semanas podríamos tener resultados y solicitar a las instituciones de salud más sueros para, siguiendo la normatividad de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, validar el ensayo de inmunodiagnóstico, y a corto plazo poder ofrecer a la comunidad de la UNAM y a México esta prueba para saber si alguien tuvo o no la infección”, declaró Sciutto.
“Necesitamos saber qué proporción de la población va teniendo contacto con el SARS-CoV-2; sabemos que la mayoría son asintomáticos, y a través de pruebas masivas se puede evaluar la evolución de la epidemia en el país y tomar decisiones mejor fundamentadas”, subrayó Laclette.