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LA UNIVERSIDAD ESTÁ DE LUTO

10 octubre 2022

ü La triste herencia de los integrantes de la Junta de Gobierno

ü Han muerto los valores éticos

ü Ha nacido un grupo de análisis de la vida universitaria

Por Agustín López Cuevas

Hoy la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) amaneció de luto. De luto porque han muerto los principios jurídicos, los valores éticos y los valores universitarios en que se sostiene la máxima casa de estudios de Chiapas.

Este sábado 8 de octubre de 2022, la otrora “honorable” Junta de Gobierno le dio el tiro de gracia, y lo hizo con su precipitada, desafortunada e irresponsable decisión de designar a Carlos Faustino Natarén Nandayapa, de nueva cuenta, como rector de la UNACH para el periodo 2022-2026.

La administración rectoral, la cual concluye este próximo 3 de diciembre, muchas veces fue denunciada por ser represora, arbitraria, vengativa, prepotente y, sobre todo, violadora sistemática de la Ley, de los derechos humanos y laborales, así como por ser misógina y agresora de los derechos de las mujeres. Sin embargo, la servil y obediente Junta de Gobierno premió esa conducta transgresora de la Ley y de la dignidad de las y los universitarios, al ratificar en el encargo al soberbio y petulante de Faustino Natarén.

La sociedad chiapaneca se ha enterado de la muerte civil y de la esquela universitaria, a través del boletín que da cuenta de la toma de protesta del actual rector frente a los cinco serviles y obedientes integrantes de la Junta de Gobierno. Una imagen que, de aquí y para siempre, dará cuenta a la historia de la Universidad Autónoma de Chiapas de quienes fueron sus sepultureros finales. Triste herencia la que dejan estos ilegales e indignos “universitarios” integrantes de este órgano colegiado para con sus estudiantes, sus hijos, sus familiares y amigos. ¡Qué pena produce saber cómo serán registrados en la historia unachense!

Hoy la Universidad está de luto, al saber que tiene una Junta de Gobierno ignorante e irresponsable que, en cada actuación y decisión que adopta, exhibe descaradamente no solo su desconocimiento de la Ley Orgánica y de la normatividad que rige a la UNACH, sino sobre todo su servilismo y obediencia ciega a su patrón, lo que genera, en el ánimo de la comunidad universitaria, incertidumbre y falta de certeza jurídica, a la vez que ha deja claras dudas y notoria desconfianza en el actuar y en el resolver de este órgano colegiado.

Hoy en la UNACH murió la Justicia, porque, a pesar de la infinidad de problemas que existen sin resolverse, se ha tomado la errónea e inadecuada decisión de premiar al verdadero causante y verdugo, con lo que se revictimiza a las y los universitarios que han sufrido arbitrariedades y violaciones legales, así como las injusticias del “nuevo” rector.

Hoy en la UNACH ha muerto la esperanza, porque, con esta errónea decisión, se cancelan los proyectos de miles de jóvenes que pretenden ingresar a la Universidad y que son rechazados por carecer de recursos para adquirir una ficha de admisión, mientras el “nuevo” rector Faustino gastó una inmensidad de recursos financieros de la Universidad en comilonas y bacanales con los que compró la conciencia de la comunidad para poder reelegirse en su encargo.

Hoy la Universidad está de luto porque murió la honradez, porque a pesar de que catorcenalmente se les descuenta impuestos y cuotas a las y los trabajadores universitarios, éstos no se enteran, con oportunidad ni responsabilidad, a las autoridades rentísticas y de seguridad social. A esto se le llama desvió de recurso; no obstante, a la figura del rector, causante final de esta anomalía e irregularidad, se le premia con la reelección.

Hoy en la Universidad ha muerto la libertad de cátedra y de investigación, como base del desarrollo, porque no existe proyecto académico viable ni políticas universitarias adecuadas para estos fines; por el contrario, al verdadero culpable de esta carencia hoy se le recompensa con su continuidad.

Hoy en la Universidad ha muerto la autonomía universitaria, porque los destinos universitarios han sido definidos en otras esferas, en una grosera intromisión en las decisiones internas. La reelección del rector no fue un decreto de su comunidad universitaria, sino de componendas políticas con obscuros intereses.

Hoy en la Universidad hay luto, porque ha muerto el respeto, como valor fundamental de la relación entre órganos de gobierno, autoridades, funcionarios, docentes, investigadores, trabajadores administrativos y estudiantes, impunemente violentados por el rector Faustino, quien los obligó, de forma indigna e irrespetuosa, a asistir a mítines, desayunos, comidas, cenas, y a firmar listas de adhesión y cartas en favor de la reelección del rector, en contra de la voluntad de la comunidad universitaria.

Hoy en la Universidad, con la “reelección” del actual rector, se han muerto los valores de la libertad, la paz, la justicia, la democracia, la pluralidad, la tolerancia, la equidad, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos, como valores supremos y universales de la convivencia humana.

Pero también hoy en la Universidad, con la continuidad en el cargo del actual rector, ha nacido un grupo de universitarios con actitud valiente, consciente, crítica, analítica y con capacidad de interactuar ante las distintas esferas del poder y decisorias, para denunciar las arbitrariedades de la actual administración y la que sigue, que es justamente la misma pero revolcada.

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