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Las protestas en Chiapas son tan invisibles en solitario que un hombre ve cómo su esperanza crece en la unidad

TUXTLA GUTIERREZ, Chiapas, 30 de Mayo de 2016./Edwin González/muralchiapas.com.- Para cuando Nicéforo relató esto, llevaba quince días en huelga de hambre. El dios al que le pide justicia, no lo escucha, tal vez ni siquiera lo ve, se siente invisible. Pero ya intentó todo y no tiene más que perder.  Espera la muerte. El palacio gris y silencioso detrás de él. El calor cae a plomo.

En la plaza, jóvenes y maestros alzan su puño izquierdo mientras entonan “Venceremos”, himno creado en los 60’s del siglo pasado. Fue una de las veces que la música se dio en la protesta, como la verbena con guitarra de la noche del 24, tras una lluvia refrescante o el Himno Nacional Mexicano entonado, viendo de frente a los granaderos, con la bandera ondeada por una vecina desde su balcón y el aplauso de otra desde su azotea en honor a los profesores, con las brasas de llantas quemadas dividiendo la avenida central de Tuxtla Gutiérrez.

Los cohetones de pólvora suenan como feria tradicional, pero la basura, los campamentos pálidos, el sol, la contaminación, el hartazgo, el cansancio, las heridas, los desmayos, el miedo, los helicópteros sobrevolando, las llamadas de alivio, de infortunios, hacen pensar lo contrario.

El transportista, perdido entre todo, es otro de miles que llegan a la plaza central para dialogar con el dios, que se sigue sintiendo lejano. Los cantos superan al edificio de concreto con paredes de madera, hierro y concreto, se escuchan por varias cuadras, donde otros más los repiten.

¿No lo ve el gobierno a usted, aún?

“No, no porque, pues ponen muchos topes para que uno hable con él, es un dios y pues yo cuál y pues yo cual verlo se vaya a enfermar,  no sé, solo Dios sabe…”, se quita la cinta adhesiva que tiene en símbolo a su protesta en los labios, un sombrero de paja le cubre la piel quemada e hinchada.

Así como la Secretaría de Educación Pública en voz de su titular, Aurelio Nuño Mayer, ha declarado un rotundo no al diálogo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Nicéforo, sin aviso, ha entendido la cerrazón de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte. Los diálogos del gobierno federal, de los que el tlaxcalteco da razón, son nulos o mentiras.

Ese mismo 26 de mayo circuló en las redes sociales el video de El Coyote con Sentido, Yudiel Flores Tovar, fundador de Artículo 139, que viajó a Chenalhó para entrevistar al presidente del Congreso del estado, Eduardo Ramírez Aguilar, quien fue trasladado por los pobladores al parque central de la localidad de los altos, para dialogar la situación de Rosa Pérez, primera mujer y primera “no priísta”, que ganaba en el pueblo regido por usos y costumbres.

“Ellos fueron invitados a debatir, ellos fueron invitados a platicar en Chenalhó, de la misma forma que son invitados los maestros, de la misma forma que hemos sido invitados todos los pobladores de Chiapas –estoy bastante nervioso, interrumpe- y quiero decirles que no fue un secuestro, no fue un levantón, simplemente se le invitó a charlar en el lugar de los hechos, en Chenalhó”, relató en un video que fue compartido 6 mil 431 veces.  El mismo funcionario confirmó el diálogo después.

Nicéforo sigue esperando que llegue la justicia a él, no tiene planeado hacer algo diferente a dejar de comer, pues fue la herramienta con la que alimenta a sus dos nietos que tuvo que criar a lado de su esposa, lo que le quitaron en un robo en el que además del costo de su unidad, la burocracia, los trámites, le han hecho invertir tanto que le quitaron las ideas.

“Pos yo nomás espero a ver hasta dónde Dios me de vida y si no, así como le digo a mi esposa, ay que me lleve a Tlaxcala y ahí, lo que diga Dios pa’ mi”, sus ojos se cierran ante el calor y a veces se queda dormido en la silla que deja fuera de la sombra, “para ver si así me notan”, dijo.

Llegó a Chiapas de Tlaxcala confiado de encontrar autoridades honestas, pero en la segunda vuelta de su primer día en la ruta Tapachula-Escuintla, Nicéforo Ledezma Ruiz se topó con esta realidad que lo tiene en protesta de hambre.

Fue el 17 de septiembre de 2004 cuando personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte detuvo a Nicéforo que en ese tiempo llevaba 31 años en el negocio y fue trasladado al corralón denominado Grúas Navy, según consta en la Averiguación Previa 255/C049-CT1/2011.

Dicho lugar se ubica en Tapachula y el dueño es Virgilio Asdrúbal Muñoz Campero, hermano del actual diputado local José Rodulfo Muñoz Campero, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), por la vía plurinominal.

“..Y pues no sabía que su hermano es diputado, otro trabaja en la Procuraduría allá en Tapachula, por eso me trajeron…”, no termina la frase, sus ojos se entrecierran mirando para terminar la frase sin más palabras. Asdrubal Muñoz, es señalado por testigos por quitar piezas y venderlas sin autorización, de manera ilegal.

Nicéforo recibe la visita de un doctor de gobierno del estado, cada tres días a la semana, sus pies se ven hinchados y su piel brillosa, morena, con ojeras, pero aún se nota con energía para hablar, ha tenido mareos, su alimento ha sido sueros orales, gelatina y “un poquito de leche”, sin embargo ya se siente cada vez más afectado. La SCT no ha dialogado con él, no lo escucha.

-Es que se equivocó, espérate unos días-, le dijo Miguel Ángel Ortega Jiménez quien en ese entonces era inspector de Vías Generales de Comunicación y quien ha ocupado puestos como jefe del Departamento de Autotransporte Federal en el gobierno federal.

Durante los más de diez años que estuvo en búsqueda de que le devolvieran el autobús panorámico, Sepomex, guinda de 1979 con el número de serie somex-2030-7597, es al dueño del corralón y al funcionario federal a quienes inculpa de perder más de un millón de pesos y sólo las autoridades le quieran devolver hasta 50 mil pesos.

Él lo llevó manejando y lo encontró sin casi 20 piezas, destartalado; ha pasado por la burocracia que lo dejó sin el dinero necesario, al menos para volver a iniciar. “No hubiera pagado la multa, si lo iba a perder y ya hubiera hasta comprado otro autobús”.  “Aun así ni siquiera me oye (el gobierno)”. “Es una mafia pero muy grosera. El pobre más pobre”.

Comienzan las lluvias y cada vez es más difícil mantener el cartón funcional, a veces lo acompaña su esposa y sus nietos, quienes cría como hijos; pero decidió que ya no llegaran, el sol, el cansancio, ha mostrado en su salud, los efectos.

Nicéforo ve en los maestros algo que no tuvo en su lucha. Ahora que no está solo, sino entre tantos inconformes, da tiempo para la reflexión, para comprender a los que cantan los himnos con el puño en alto.

“Da tristeza, pobre gente, mire, deja a sus pobres criaturas, abandonándolos por venirse a la marcha, dando sus pasajes como yo lo he hecho también para ver lo de mi autobús y no hay justicia para mí”.

Ve a los campesinos que están en la plaza, a los trajes típicos de multicolores con mujeres dando de mamar o serias, con arrugas como la tierra que abren en sus pueblos para dar de comer a su familia. Ve a la escena de casas de campaña, de maestros en lucha

“Yo no lo podía ver, uno solo no. Veo que siempre es en unión de todo el pueblo”.

Encontró la manera que el gobierno federal escuche, que sea un Dios que voltee y atienda, la unidad del magisterio, de los campesinos y organizaciones que llegan a la plaza central hace nacer la esperanza de seguir con su propia lucha, hasta que lo escuchen entre las peticiones.

“La ley se burla de uno, se siguen burlando…”, este domingo cumplió 18 días, sigue en la misma plaza, que llegue el Dios o la muerte, lo que Dios decida. El palacio atrás de él sigue en silencio, la plaza tomada y los cohetes aún rompen el ruido de los helicópteros ocasionales. Ya el cartón no aguantará otra lluvia más.

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