MÉXICO, D. F., 29 de Enero de 2015.- La Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH) estimó que de la mano de los temas económicos se encuentra una serie de elementos que enrarecen las condiciones para incrementar la productividad y la rentabilidad de las organizaciones.
“Quienes gestionan a los recursos humanos enfrentan en el 2015 el reto de mantener integrada a la comunidad de colaboradores que atienden. La incertidumbre y la ansiedad producto de diversos procesos sociales representan un factor que genera emocionalidad negativa que no contribuye para que seamos más productivos como trabajadores”, refirió Pedro Borda Hartmann, director de la AMEDIRH.
El directivo expuso que los ejecutivos de recursos humanos deben facilitar los procesos estratégicos de contención y comunicación en situaciones de crisis “toda vez que las variables económicas y políticas están afectando directamente a la fuerza de trabajo. Por ejemplo, el salario mínimo para 2015 quedó establecido en 70.10 pesos al día para el área geográfica “A”; y para la zona “B” se fijó 66.45 pesos. El aumento aplicado con respecto al periodo anterior fue del 4.2% de acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.
“La transición de un año a otro siempre genera un clima social en el que se entrecruzan expectativas muy altas por parte de todos los que trabajamos y la realidad financiera de la cuesta de enero; generando frustración en las personas y una sensación de inestabilidad que desenfoca al colaborador de sus funciones y tareas específicas mermando también los resultados”, agregó al presentar el panorama que enfrentan los trabajadores.
De acuerdo con Pedro Borda, el siguiente gran reto consiste en abonar a favor de la formación de talento. “Se implementó una reforma educativa que se convirtió en el tema social de mayor debate y movilizaciones en 2013. Pero, ¿conducirá a los resultados que esperamos para los años próximos? ¿Cómo podrá garantizarlo este modelo de planificación de la educación y su impacto en la formación de los niños y jóvenes para el 2020 y 2030?”.
Ante la incertidumbre y la incierta planeación social, cada vez son más las empresas y las áreas de recursos humanos que están impulsando iniciativas de índole educativa para desarrollar las competencias de sus colaboradores a través de modelos como las universidades corporativas.
“Es cierto, lo vemos en las empresas que tienen la membresía en AMEDIRH y están obteniendo grandes logros con un impacto en sus indicadores de productividad y rentabilidad. No obstante, las organizaciones están subsanando lo que el sistema de educación del país no está proporcionando”.
El desajuste no es menor, dice Pedro Borda, y la guerra por el talento sigue abierta para conseguir a los mejores candidatos y retenerlos. “Hay rezago, alejamiento de la realidad económica en los planes y programas de estudio; y, falta de vinculación entre las instituciones educativas y la realidad empresarial. Todo esto aunado a una batalla por aquellos mexicanos que sí están preparados para ofrecer altos niveles de desempeño sin contar la agobiante realidad de tener a 8 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan (NINIS) sin que sepamos qué hacer con ellos”.
Para Amedirh hay un reto más que tiene que ver con la participación de las mujeres en el ámbito laboral. De acuerdo con las cifras oficiales del INEGI, las mexicanas son poco más de la mitad de la población y sólo 19 millones desempeñan algún tipo de ocupación.
“La mayoría de ellas son trabajadoras subordinadas y remuneradas, prácticamente 7 de cada diez mujeres, mientras que 2 trabajan por su cuenta”, comparte Pedro Borda. “Sin embargo, tratándose del ámbito laboral y empresarial, sólo 2% de las mujeres en la actividad económica influyen en el destino de las empresas porque han alcanzado una posición ejecutiva y un porcentaje muy similar decide arriesgarse a ser empresaria”.