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LETRAS DESNUDAS

02 Marzo 2016

Mario Caballero

+ La adicción de Manuel Velasco

+ Los chiapanecos ya nada quieren saber de Manuel Velasco Coello y su partido.

+ Lo mejor que podría hacer el gobernador en estos momentos es renunciar al puesto y dejar que alguien más competente se haga cargo de los rumbos de Chiapas antes de que las cosas empeoren y el coraje se agudice.

Cuando Manuel Velasco Coello ganó las elecciones para gobernador en el 2012, en todo Chiapas fue fiesta y regocijo. Se creyó que con él al frente de los rumbos del estado nos iría mejor que con los anteriores gobernadores. Se le apostaba a su juventud y a su trayectoria política que inició con su mayoría de edad.

Hoy, rebasados los primeros tres años del periodo, el descontento no podría ser más grande. No solamente estamos frente a un régimen que ha sido incapaz de gobernar, sino además corrupto, indiferente ante los problemas de los chiapanecos, que privilegia a la clase empresarial y a las familias del poder, que despilfarra cientos de millones de pesos del erario público en publicidad por esa absurda obsesión que tiene Velasco de querer ser Presidente de la República.

Se dice que en toda democracia cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Y tal vez sea verdad. Con Pablo Salazar Mendiguchía vivimos una de las épocas más despóticas y autoritarias, donde hasta los poderes legislativo y judicial prestaban pleitesía al ejecutivo, las instituciones perdieron autonomía por estar a las órdenes del señor gobernador, la censura se consumó con métodos medievales de tortura, encierros, destierros y, en el peor de los casos, entierros, y donde la depredación a las arcas cerró con broche de oro con el hurto de los 11 mil millones de pesos que eran para reparar los daños del huracán Stan.

Con Juan Sabines Guerrero tuvimos un gobierno viciado, con servidores públicos metidos en la parranda, en orgías pagadas con el dinero de los chiapanecos. No hubo obras importantes, tampoco impulso a la economía. Lo que sí existió fue una corrupción que enriqueció a los hombres más cercanos al gobernador. En total, el sabinismo fue una francachela que defraudó a Chiapas con más de 40 mil millones de pesos.

Y desde el 8 de diciembre de 2012, fecha en que inició esta administración, sufrimos la más intensa catástrofe política, económica, social y hasta electoral por Manuel Velasco que ha dedicado más tiempo a su campaña presidencial que al gobierno para el que fue electo.

Salimos del tiempo del embrutecimiento político para entrar en la época de la sinrazón y la cultura de los privilegios.

EL REY DE LOS SPOTS

Hay que ser cochino pero no trompudo, dice el refrán popular. Y Manuel Velasco se ha atascado con las dos manos hasta más no poder.

Las cosas hay que llamarlas por su nombre. La primera estafa de Manuel Velasco fue el Plan de Austeridad. Con dicho plan dijo que le haría frente a la crisis económica que heredó del gobierno saliente, que dejó literalmente al estado en bancarrota y con muchas cuentas por pagar. Todo el mundo aplaudió la medida. Y todo el mundo creyó la mentira. Hasta aquella en la que dijo no había dinero para pagar los sueldos y los aguinaldos de los trabajadores del estado.

¡Qué cínico!

Días antes de que Juan Sabines dejara el mando estatal el Congreso del Estado le aprobó un préstamo de tres mil ochocientos setenta millones de pesos, que serían etiquetados (o sea, que no podían tocar) para el pago de sueldos, aguinaldos y obra pública. De acuerdo con la ley, Sabines Guerrero podía disponer tan sólo de la mitad de dicho recurso y sólo para aplicarlo a los conceptos destinados, y suponiendo que lo hizo ¿dónde están los otros mil 935 millones?

Porque debemos recordar que hasta el día de hoy existen cuentas pendientes del sexenio anterior por obra pública y que los sueldos y aguinaldos de los trabajadores se pagaron en mayo y junio del 2013, y eso porque Velasco solicitó un préstamo para poder hacerlo. Es decir, ningún solo centavo de los 3 mil y pico de millones de pesos se utilizó para lo que fue determinado.

Y después de la mentira con que ocultó el hurto, vino la hipocresía de Manuel Velasco que por un lado anunciaba solemnemente el programa de austeridad al que se sometería su administración, “Haremos más con menos”, mientras por el otro gastaba 10 millones de dólares en una masiva y costosa campaña publicitaria para promover su imagen por todo el país. Esto durante el primer año de su administración.

Si Juan Sabines pagó cientos de millones a los medios para simular un buen gobierno que resultó ser un despojo, Velasco Coello está pagando más por un buen photoshop y una telenovela rosa, siguiendo el ejemplo de Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del Estado de México que le apostó más a la publicidad y al manejo mediático que al trabajo político para despejar su candidatura a la presidencia.

Oficialmente, Manuel Velasco gastó 10 millones de dólares en publicidad en el 2013 y otros 119 millones de pesos en el año 2014. Y se habla que el año pasado, 2015, rompió su propio récord.

Como cualquier adicto al infomercial, Velasco encubre a través de una doble contabilidad los millones de pesos del erario que destina a los vividores del periodismo rosa y a la adquisición de paquetes publicitarios para promoverse en concursos, telenovelas, programas de espectáculos, reality shows y cuanta basura produzcan Televisa y TV Azteca.

Anahí, por ejemplo, otro invento de Televisa que quién sabe cómo le hace para conciliar el sueño.

Cuando anuncia la populista iniciativa de la eliminación de la tenencia vehicular, cientos de millones de pesos invirtió Velasco para darlo a conocer por todo México, y para eso mandó  a imprimir una infinidad de calcas, lonas, folletos, volantes, trípticos; también pagó planas completas en periódicos, cientos de emisiones de radio y televisión, e inundó páginas web con publicidad innecesaria.

EL ASCO

Es un insulto que en el estado más pobre del país se gaste tanto dinero nada más para lucirse.

Y lo que se siente en el ambiente es la sensación de asco generalizado que provoca la soberbia de Manuel Velasco Coello. Verlo por todos lados es repugnante. Hasta en los estados de la República donde aparece su desazonada imagen en los autobuses, vallas o espectaculares, ya no hablemos de la insidiosa descarga de spots en radio y televisión, se indignan.

Para el colmo, se sabe con gran certeza que es la sra. Leticia Coello de Velasco la que en verdad manda en el estado y que el gobernador tan solo es la figura que sirve para aparecer en las portadas de los periódicos y hacer las relaciones públicas ante el poder central. Nada más.

Continuaremos.

PARA MAGDALENA

PARECE que el secretario Aurelio Nuño comienza a ponerse los pantalones, ayer anunció el despido de más de 3 mil 300 maestros que no presentaron la evaluación docente. Lo que hay que preguntarle ahora es si también se los pondrá para mandar a la cárcel a los mafiosos líderes, como Adelfo Alejandro Gómez, dirigente de la sección 7 y principal promotor del caos en Chiapas… EL partido morado, Mover a Chiapas, se sigue fortaleciendo gracias al trabajo del talentoso político Enoc Hernández Cruz. Se cuenta que los viejos partidos, los choteados, ya sienten pasos en la azotea. ¿Por qué será?… ¿Cuándo renunciará el matusalén de la rectoría de la UNACH? Este es otro tema del abuso de poder de doña Leticia Coello de Velasco, que impuso a Carlos Eugenio Ruiz Hernández en la máxima casa de estudios de Chiapas. Y sobre ella cae toda la responsabilidad del desastre que es hoy la universidad… Au Revoir.

 

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