26 Abril 2016
Mario Caballero
Tuxtla bajo amenaza
Después de tantos abusos, no era para menos. El domingo 24 de abril, el pueblo tuxtleco le declaró la guerra a la empresa recolectora de basura Proactiva, y para ello emprendió una intensa campaña de acopio de firmas para exigir su salida de Tuxtla Gutiérrez.
Pero, ¿qué tan viable es terminar el contrato con la empresa?
El asunto de Proactiva es más complicado de lo que parece. Desde Juan Sabines Guerrero, entonces presidente municipal, pasando por Rosario Pariente Gavito, Jaime Valls Esponda, Yassir Vázquez Hernández y Samuel Toledo, el consorcio español amarró una serie de beneficios contractuales que hoy le permiten amenazar al gobierno y poner en riesgo la salud pública con plena impunidad.
Proactiva Medio Ambiente, S.A. de C.V. llegó a Tuxtla el 11 de julio de 2006, y firmó con Juan Sabines un convenio de prestación de servicios por poco más de 116 millones de dólares con una duración de hasta 20 años a partir de 2006.
En el contrato la empresa se comprometía a brindar un servicio de calidad, con asistencia tecnológica, de manera eficiente, oportuna y cuidando los recursos naturales de la región. E incluía la recolección de los residuos sólidos municipales, el barrido de calles, la construcción y operación de una planta de transferencia, de una planta de reciclaje y de un nuevo relleno sanitario, además, del cierre del viejo vertedero.
En dicho contrato el gobierno municipal le concedió a Proactiva el relleno sanitario de 40 hectáreas que colinda con el predio San Martín Mujular, que hoy por la negligencia de la empresa las filtraciones de contaminantes en el lugar están afectando los ríos, la flora, fauna y la vida humana.
Si Sabines inundó a Proactiva de privilegios, dándole exclusividad y un convenio multimillonario, Yassir Vázquez Hernández le pagó infames sumas de dinero que no iban de acuerdo con lo convenido en un transparente acto de corrupción que nunca fue denunciado, sumándose este fraude al que cometió con la obra “Que viva el centro” en complicidad con su jefe Juan Sabines y Nemesio Ponce Sánchez.
Se presume que Vázquez Hernández hizo del tema de la basura un negocio jugoso del que obtuvo importantes ventajas monetarias que lo sacaron de la mediocridad y la miseria. Con los cuales pasó de ser un burócrata con sueldos de hambre a excéntrico millonario con residencias en Cancún, Acapulco y en el Distrito Federal.
LA MONSTRUOSIDAD
Proactiva Medio Ambiente es una compañía multinacional con presencia en los cinco continentes, con sede en Madrid, España. En América latina es líder en servicios medioambientales para municipios e industrias, principalmente en países como Perú, Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela y, por supuesto, México.
Factura 24 mil 960 millones de euros al año, emplea a 174 mil personas en todo el mundo y labora con tres actividades (agua, limpieza y energía) en 10 mercados mundiales.
Tiene 25 años en México. Gestiona anualmente en el país 2.3 millones de toneladas de residuos sólidos en tratamiento y 800 mil en recolección. Potabiliza 500MMm3 de agua, atendiendo 20 ciudades y 13 millones de personas en sus dos actividades. Por otro lado, tiene 4009 clientes privados, emplea a 11 mil 39 profesionales, ha gestionado 179 pozos de agua potable y controla 21 rellenos sanitarios. En la República mexicana tiene contratos con Querétaro, Aguascalientes y Tuxtla Gutiérrez.
A pesar de las lindezas de las que tanto habla Proactiva, desde que inició en el 2006 no tiene el personal suficiente ni los camiones recolectores apropiados para cubrir a plenitud las necesidades de esta ciudad, donde diariamente se generan 480 toneladas de basura. Por eso mismo vemos hacinada montones de desperdicios en las esquinas convirtiéndose en focos de infección pese a que la empresa se comprometió en su momento a ofrecer un trabajo con aptitud e impecable.
Imposible no pensar que entre las autoridades pasadas y la empresa hubo componendas del tipo político y económico, más aun cuando Jaime Valls Esponda, en calidad de alcalde, fue invitado a España, en junio del 2010, a la Semana Internacional del Urbanismo y Medio Ambiente donde se premia a las ciudades más limpias del mundo.
En el evento Valls Esponda recibió la Escoba de Plata, y mencionó que el reconocimiento con el que distinguían a Tuxtla Gutiérrez no hubiera sido posible sin el esfuerzo y profesionalismo de la empresa Proactiva Medio Ambiente, que tiene –dijo- un modelo vanguardista, ejemplar e integral.
Se sospecha que Jaime Valls y Juan Carlos López Fernández, miembros de la mafia del sexenio pasado, son socios de dicha firma española. Otro podría ser el ex gobernador Juan Sabines.
SAN MARTÍN MUJULAR
Actualmente preocupa el daño ecológico del predio San Martín Mujular. Ahí la empresa está enfermando a la población, contaminando los suelos, los ríos, los arroyos y la fauna del ejido Emiliano Zapata.
En el año 2010, el Congreso del Estado ordenó investigar las causas de los cambios de cloración del agua en el predio. Los resultados obtenidos de las pruebas extraídas del lugar por el Laboratorio Estatal de Salud Pública de Chiapas revelaron que había residuos de cromo, plomo y zinc en los afluentes, advirtiendo asimismo que el agua no era apta para el consumo humano e incluso era nociva para la piel.
Héctor Montesinos Cano, propietario de San Martín Mujular, dio a conocer el terrible panorama que presenta el lugar por los efectos de la contaminación, diciendo que ésta se localiza dentro de las 50 hectáreas propiedad de Proactiva pero que se ha venido extendiendo hacia los terrenos que están a su alrededor, fluyendo por los arroyos que convergen en el río Sabinal, y éste a su vez desemboca en el Grijalva de donde el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado bombea agua hacia la gran urbe. Es un problema que nos pone a todos en riesgo de contraer enfermedades.
Por esta situación Montesinos denunció a la compañía por daños al medio ambiente, pero que las autoridades federales no han hecho nada al respecto.
Montesinos Cano hoy teme por su vida. Dice que hace poco tiempo fue demandado por la empresa Proactiva que inició un juicio en su contra por daño moral al denunciar la contaminación que ésta provoca en sus terrenos. Comenta que le piden 600 millones de pesos como reparación del daño.
“He tenido que sacar de Chiapas a mi hijo mayor y mis hijas pequeñas siempre andan conmigo, aunque no me callarán. La Semarnat sólo multó a Proactiva con 30 mil pesos sin mandarle corrección ni remedio a sus programas de manejo de desechos”, aseguró.
EL AUTORITARISMO
Tuxtla Gutiérrez tiene una deuda con la multinacional por un monto superior a los 150 millones de pesos, debido a que el ex alcalde Samuel Toledo Córdova Toledo dejó de pagar las mensualidades desde septiembre de 2014 hasta septiembre de 2015.
Por eso la crisis sanitaria del viernes 08 y lunes 11 de abril, donde decenas de colonias quedaron inundadas de basura porque Proactiva se negó a brindarle el servicio a la comunidad en un claro intento de coaccionar al gobierno municipal. Y no le importó poner en peligro la salud de miles de familias con tal de exigir el pago del adeudo.
Afortunadamente, la respuesta del alcalde Fernando Castellanos Cal y Mayor fue virtuosa, no se acobardó ni cayó en la trampa. Por el contrario, ideó un plan emergente para solventar el trance.
Una brigada de 16 camiones volteo de 7 y 14 metros cúbicos salieron a recorrer las rutas que Proactiva había dejado abandonadas, y para ello decenas de trabajadores del ayuntamiento se sumaron a la valiosa tarea de recoger la basura. Y la convocatoria que lanzó el alcalde Castellanos Cal y Mayor a la iniciativa privada y a la sociedad en general fue atendida con más manos y más vehículos que de inmediato se agregaron al ejército que limpió la ciudad calle por calle.
Podemos darnos cuenta que el consorcio no sólo ha producido una catástrofe de dimensiones irreparables en cuanto a ecocidio, daño económico y social, sino también chantajea y amaga con impunidad.
En lo que van de estos siete meses del gobierno municipal, el Ayuntamiento le ha abonado a dicha sociedad una cantidad similar a los 28 millones de pesos a pesar de la crisis económica que dejó la administración anterior y de no ser una deuda propia de este periodo.
Y más allá del encono social, del hartazgo y las ganas de echar a Proactiva de Tuxtla, hay que tomar en consideración la cláusula que especifica que si el Ayuntamiento municipal decide terminar la relación laboral deberá indemnizar a la compañía con al menos mil millones de pesos. ¿Y de dónde va el municipio a sacar tal cantidad de dinero si tampoco tiene para cubrir el importe de la deuda?
De ese tamaño es el problema.
No es aconsejable para la economía de la ciudad dar por terminado el contrato en estos momentos. Se podría ir a litigio, claro. Y desde ahí ver qué tanto se puede invalidar del contrato firmado hace diez años. Pero sería un desgaste económico y físico que podría llevarse años en los tribunales. Así que lo más apropiado que puede hacer al gobierno tuxtleco es negociar la deuda y exigir que se cumpla con lo pactado. Y nosotros como pueblo no nos quedará de otra que resignarnos a seguir aguantando esta herencia maldita.
¡Gracias, Sabines, por desgraciarnos la vida! Au Revoir.
@_MarioCaballero