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LETRAS DESNUDAS

31 Octubre 2016

MARIO CABALLERO

¿ESTÁN LAS MANOS DE FERNANDO CASTELLANOS EN EL CASO CAÑA HUECA?

A veces las cosas no son lo que parecen o -muy probablemente- no sucedieron como nos dijeron que sucedieron, como el Caso Caña Hueca, por ejemplo, que después de haber intervenido los funcionarios del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez de súbito tuvo un giro inesperado.

Si ponemos un poco de atención en los hechos que le siguieron al encuentro de los paramédicos con la joven que supuestamente fue violada por tres sujetos que la secuestraron en un taxi, fácilmente nos daremos cuenta que en el desenlace hay una evidente manipulación de parte de las autoridades municipales y estatales. ¿Por qué? Porque es increíble que una mujer después de haber sufrido uno de los mayores traumas físicos y psicológicos, tal sea el caso de la violación tumultuaria, haya no solamente decidido no denunciar, sino además cambiar la versión de lo sucedido.

Las cosas pasaron más o menos así: María (la que llamaremos así para proteger su seguridad), de 23 años de edad, fue auxiliada por paramédicos de Protección Civil la mañana del domingo 23 de octubre, sobre el tramo carretero que conduce a la zona de tolerancia, en Tuxtla Gutiérrez.

Aterrorizada, María declaró a los policías que había estado jugando un partido de fútbol en el centro deportivo Caña Hueca la noche del sábado. Terminó de jugar y salió a esperar el colectivo. Eran alrededor de las 08:00 p.m. Y estando en la parada, sola y sin iluminación, dos hombres descendieron de un taxi y la obligaron a subir con empujones y golpes. Una vez adentro del vehículo le dieron a oler una sustancia empapada en un trapo que le hizo perder el conocimiento.

Cuando recobró la consciencia los dos hombres y el conductor del taxi estaban abusando sexualmente de ella. Quiso zafarse, pero las fuerzas se le escaparon y volvió a desmayarse. Ya era de mañana cuando volvió en sí. Se encontraba en un barranco, el mismo lugar donde sufrió la violación. Así que como pudo comenzó a caminar hacia la carretera hasta que una persona la vio y pidió ayuda al 911.

Cuando los socorristas llegaron, ella tenía puesto el uniforme deportivo, raspones y una herida en la mano derecha de la que dijo habérsela provocado ella misma con una botella de vidrio porque había querido quitarse la vida. Las autoridades después de revisarla la trasladaron a un hospital para su debida atención y en espera de que hiciera su denuncia.

Hasta aquí la historia de ese día.

María y su mamá habían decidido no interponer ninguna denuncia. Estaban en su derecho. Pero el lunes 24 de octubre, un día después del crimen, en su domicilio se presentó Jorge Ángel Alcázar Cancino, coordinador de enlace interinstitucional del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez y encargado del centro deportivo Caña Hueca. Y después de esa extraña visita las cosas comenzaron a cambiar.

En el muro de su página de Facebook, Jorge Alcázar dice lo siguiente: “Quiero dejar muy claro que, como encargado de Caña Hueca, lo que hice fue presentarme ante ella (María) y su familia para ofrecerle todo el apoyo y ponerme a sus órdenes en lo que se requiriera de nuestra parte”. Supongo que al decir “de nuestra parte” incluye al Ayuntamiento de Tuxtla, lo que implica además que fue con el consentimiento del alcalde Fernando Castellanos Cal y Mayor.

En primer lugar, ¿cómo dio Alcázar con el domicilio de María? Según sus propias palabras la obtuvo con el número telefónico que le dio personal de Protección Civil, dependencia que no tiene ninguna facultad para revelar la información de la víctima. Segundo, ¿por qué acudió a brindar ayuda?

En un principio, Alcázar llegó a la casa de María diciendo que era un amigo de la joven que sólo quería ayudar, pero después dijo que era un abogado y una vez adentro de la casa dijo que era un funcionario del gobierno municipal. ¿Por qué mentir respecto a su condición? No lo sé, pero obviamente lo hizo por algo.

Se desconoce de qué habló con María ese día. Lo cierto es que lo que le dijo -¿o le ofreció?- hizo cambiar de parecer a toda la familia que de haber decidido en un primer momento a no denunciar, llegó a la Fiscalía Especializada en Protección a los Derechos de las Mujeres acompañada de Jorge Alcázar, quien se ofreció a llevarlas.

A la Fiscalía llegaron Selene Domínguez del Frente Feminista de Chiapas, A.C. y María Enriqueta Burelo Melgar de la Secretaría Municipal para la Igualdad de las Mujeres, que fueron previamente avisadas por Alcázar de que María había llegado con él a hacer su denuncia.

Estando ahí María no quería hablar con nadie, pero la insistencia de Alcázar terminó por convencerla. Así que después de un largo tiempo en que María estuvo llorando y sin hablar, rindió su declaración ante el ministerio público.

Y la información que debió quedar en secreto por estar protegida por la fracción tercera del artículo 46 de la Ley General de Víctimas, el martes 25 de octubre, un medio de comunicación local se encargó de hacer públicas las declaraciones de María, diciendo que todo se había tratado de un malentendido. Y recogió las supuestas palabras de la joven: “La verdad estoy muy apenada con lo que sucedió, pero quiero decir que no fui víctima de un delito como se manejó en las redes sociales, estaba confundida ese día”.

Hasta el momento, María no ha dado una declaración ante medio de comunicación alguno, ni se ha confirmado de dónde provino la información que se publicó al respeto y ni quién fue el que la filtró, pero de ser cierta ¿por qué el repentino cambio de la versión, que se dio justo después de que Jorge Alcázar visitara a María?

Jorge Alcázar es conocido como un tipo non grato, arrogante, insolente, prepotente, que siente que nadie lo merece. Es de esas personas que no dan paso sin huarache; si no obtiene a cambio un beneficio personal por el favor prestado, no mueve ni un solo dedo.

Por eso es difícil de creer que sus intenciones hayan sido ayudar a la víctima. Es más fácil creer que su visita fue para limpiar la imagen del gobierno municipal, si no para qué la apuración porque María interpusiera la denuncia y la rapidez en que se difundió la segunda versión de que no hubo violación, versión que no coincide con las imágenes que muestran a María con lesiones y una herida producto de un intento suicida.

¿Tiene las manos metidas Fernando Castellanos en el asunto? Obviamente sí. Pero lo que hay que entender es que este el tipo de gente, como Alcázar, es la que gobierna a Tuxtla Gutiérrez, donde si pasan estas cosas con plena impunidad la mujer nunca estará segura.

Y es esta misma gente, comandada por Castellanos Cal y Mayor, la que quiere gobernar los destinos de Chiapas en el 2018. Ya lo veremos.

PARA MAGDALENA

SIN NINGÚN INCIDENTE concluyó la evaluación para el ingreso al servicio profesional docente, donde hubo 12 mil 686 aspirantes. Sin duda fue ejemplar la actuación del Secretario de Educación Roberto Domínguez Castellanos y de los subsecretarios Eduardo Campos y Eduardo Velázquez Hernández, de la federal y estatal respectivamente, que al hacer que se respetaran los lineamientos de la Reforma Educativa y brindar seguridad y garantías a los derechos de los concursantes, nos prometen tener a los mejores elementos para la formación de nuestros niños y jóvenes chiapanecos. Bien por las autoridades educativas… OTRO DATO del caso Caña Hueca: El secretario de seguridad pública municipal, al saber de la joven víctima dijo que “la culpa de que la violaran fue de ella, porque qué tenía que hacer en ese lugar y a esas horas de la noche (sic). Vaya por este servidor público… Au Revoir.

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmail.com

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